La dieta baja en calorías activa el gen de la longevidad
Desde pequeños estamos escuchando dichos y consejos que son mentira, pero que pasan de generación en generación y se convierten en falsos mitos. Aquí os dejo una lista que escuché en el programa "No es un día cualquiera" de RNE y que es bastante completa. Completo un poco la información que dijeron en el programa y al final añado algunos que recordaba. Podéis ir completandola con vuestros comentarios.
Las espinacas, que tomaba Popeye, creado por Elzie Crisler Segar en 1929 en EE.UU, tienen mucho hierro, falso. El origen de este mito es un error de transcripción de la secretaria del científico J.Alexandr que al escribir los datos de composición de las espinacas desplazó una coma decimal de lugar por lo que multiplicó por diez la cantidad real de hierro que poseen las espinacas. El error consistía en asignar a las espinacas 30 miligramos de hierro en vez de los 3 que tiene realmente. Y el error perduró hasta la década de los 30, cuando unos científicos alemanes volvieron a realizar los análisis aunque no se hizo público hsta 1981 en un artículo en la revista British Medical Journal.
En dietética tenemos muchos ejemplos: el azúcar moreno engorda menos que el blanco, falso; el aceite de girasol engorda menos que el de oliva, falso; las ostras son afroduisiacas, falso.
Más mitos falsos: no te pongas bizco que si te da un aire te puedes quedar así, falso; si te arrancas una cana te aparecerán más, falso; espera un par de horas antes de meterte en el agua para hacer la digestión, falso; los Doberman se vuelven locos cuando alcanzan la madurez, falso. La Coca Cola es un excelente desastacador y si echas un filete dentro de la Coca Cola se consume, falso, podéis hacerlo en casa; Walt Disney está congelado, falso; introducir una cucharila en la botella de champan evita que se vaya el gas, falso; los esquimales tienen más de cien nombres para nombrar distintos tipos de nieve, falso; La rabia produce hidrofobia (miedo al agua), falso, realmnete produce fotofobia (miedo a la luz). El avestruz mete la cabeza bajo tierra cuando tiene miedo, falso, sale por patas como todos hariamos. Los elefantes tienen una memoria prodigiosa y miedo a los ratones, falso; la cobra se queda hipnotizada por el sonido de la flauta del encantador, falso, ya que son sordas, la cobra simplemente sigue el movimiento que hace el encantador cuando la toca; el cua cua de los patos no produce eco, falso; el canto del cisne es delicioso, falso; la cigarra canta, falso.
Este último mito proviene de la fábula "la cigarra y la hormiga" de Jean De
"Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte, y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano."
Por cierto, las cigarras ni siquiera llegan al invierno.
El agua del retrete gira en sentido contrario en un hemisferio que en otro, falso. El efecto Coriolis tiene efecto en grandes masas de agua pero en el retrete este efecto es ínfimo. Influye mucho más cualquier pequeño defecto del lavabo o retrete que el efecto Coriolis. En una misma casa puede girar en varios sentidos; solo utilzamos el 10% del cerebro, falso; sudar adelgaza, falso; si se hace un pequeño agujero en un avión todos salen volando, falso; si atamos un extremo de un cable a una farola y el otro al eje trasero de un coche el cable arrancará dicho eje cuando el coche avance, falso.
Mentira es que la píldora anticonceptiva engorda; que tomar agua con azúcar elimina las agujetas; que la vitamina C evita el resfriado aunque si puede ayudarnos a recuperarnos antes; que Júpiter evita que muchos asteroides impacten sobre la Tierra. Es un arma de doble filo. Por una parte es capaz de desviar cometas y asteroides que se dirigen hacia nosotros pero por otro si hubiera un planeta más pequeño como Neptuno o Urano, el número de asteroides que llegaría a la Tierra sería menor.
Mentira es que es bueno sacarse un puñal clavado; que frotando una tarjeta de crédito logramos que funcione; que comer uvas pasas mejora la memoria; que con dos móviles se puede cocer un huevo; que la pasta de dientes cura las quemaduras, de hecho puede dañar más la piel debilitada empeorando su estado.
No es digestivo tomar alcohol después de las comidas; ni conveniente golpear la espalda si alguien se atraganta. Lo que hay que hacer es ponernos detrás del paciente y golpear por debajo del diafragma expulsando el aire hacia arriba despidiendo el objeto que produce la obstrucción. Otros remedios como ingerir migas de pan son, en algunos casos, contraproducentes.
Mentira es también que un ojo morado se cura con un filete; que el alcohol y el agua oxigenada desinfectan las heridas. El mejor desinfectante es el Yodo; que te resfrías si sales con el pelo mojado a la calle. Los resfriados lo producen los virus no el pelo mojado; que beber mucha cafeína deshidrata el cuerpo, tiene el mismo efecto diurético que el agua; que el coche se estropea si echamos azúcar en el depósito ya que al no ser soluble en la gasolina se depositaría en el fondo. Realmente se estropearía si la cantidad es demasiada atascando el filtro de la gasolina impidiendo la llegada de combustible al motor.
Mentira es que el chicle se conserva siete años en el estómago. Durante generaciones los padres les han dicho a los hijos que no se tragasen el chicle por miedo a que se le quedara en el estómago sin digerir. Nada más lejos de la realidad. El chicle está formado por cinco ingredientes: los aromas, los endulzantes, el jarabe de maíz y los suavizantes se disuelven ene la boca. La goma base pasa por el tracto digestivo sin causar daño alguno y se elimina a la misma velocidad que otros alimentos.
Mentira es que la margarina es más saludable que la mantequilla. La mantequilla lleva grasas animales, es decir, grasas saturadas que aumentan el colesterol malo. La margarina, en cambio, se fabrica con agentes vegetales como el aceite de maíz que no tiene grasas saturadas. Pero durante el proceso de transformación se crean grasas trans que también disminuyen el colesterol bueno y aumenten el malo. ¿Mantequilla o margarina? ¿Grasas saturadas o grasas trans? La margarina tiene menos grasas y menos colesterol que la mantequilla pero tampoco es lo mejor.
El alcohol no mata neuronas sino que daña las dendritas, las ramificaciones que se extienden desde las neuronas y que reciben la información. Si estamos bebidos el resultado es la desinhibición, falta de reflejos y dificultad para hablar. Estos daños no son permanentes si el consumo de alcohol es moderado, pero si bebemos mucho se pueden producir lesiones como atrofia cerebral o disminución de la memoria.
Beber alcohol no alivia el dolor de muelas. Parece que durante al guerra civil se originó el mito de que el dolor de muelas se paliaba bebiendo alcohol que supuestamente actuaba como anestésico. Pero esto no es así. Un trago de whisky no elimina el dolor de muelas, tampoco chupar una aspirina. Colocarla directamente sobre el diente dolorido puede quemar los tejidos blandos y sensibles de la encia porque la aspirina es un ácido así que esta sólo te ayudará si la ingieres. La visita al dentista es el mejor remedio.
La hormona del crecimiento no nos hace más altos. Al tomar la hormona del crecimiento nuestro cerebro recibe la señal de que el cuerpo tiene que empezar a crecer y pone en marcha los mecanismos para ello. Pero al altura de una persona depende principalmente de factores genéticos. De modo que por mucha hormona que tomemos no vamos a crecer más de lo que está escrito en nuestros genes. Es decir, si medimos 1,70 metros el tomar la hormona no hará que lleguemos a 1,80 metros.
Beber coñac no evita la congelación. Beber calor para entrar en calor o evitar la congelación no tiene sentido desde el punto de vista médico. El consumo de alcohol puede ser, de hecho, peligroso en este estado porque reduce la circulación de la sangre por lo tanto puede favorecer la pérdida de calor y aumentar los escalofríos.
Hacer estiramientos no evita lesiones. Estirar nuestros músculos antes de practicar deporte es una recomendación habitual de los entrenadores pero no existen evidencias científicas que lo avalen. Varios estudios han demostrado que los estiramientos tienen muy poco o ningún efecto en el riesgo de sufrir lesiones o en los dolores musculares que aparecen después de realizar deporte. Según los expertos lo mejor es empezar suave y luego incrementar poco a poco la intensidad del ejercicio físico.
La saliva no es un buen desinfectante. Su poder bactericida es muy bajo y no es recomendable aplicar saliva a las heridas porque puede favorecer el transporte de gérmenes que infecten aún más el corte. La saliva está compuesta en un 95% por agua, el 5% restante son sales minerales con iones como sodio, potasio o bicarbonato. También hay sustancias como la lisozima, una proteína que rompe las paredes de las bacterias de los alimentos y que los dientes de infecciones y caries.
Comer zanahoria no mejora la vista. Este mito comenzó durante la segunda guerra mundial cuando la inteligencia británica propagó el rumor de que sus pilotos tenían una gran vista porque comían muchas zanahorias. Seguir una diete equilibrada que incluya zanahorias puede proteger de la vista peor no te la mejorará. Esta hortaliza es rica en vitamina A, es necesaria para mantener la vista sana pero ingerir mucha vitamina A también puede ser malo para la salud.
Un vaso de leche no ayudar a dormir, es un efecto psicológico más que físico.
Las uñas y el pelo no siguen creciendo después de muerto. Sólo es una ilusión óptica. El cuerpo humano y con ello la piel se deshidrata levemente al morir con lo que se contrae y parece que crecen el pelo y las uñas.
Donde acaba lo humano... y empieza la máquina
Todos tenemos en nuestra mente la imagen inconfundible del joven Eduardo Manostijeras, el personaje solitario e ingenuo creado por el dibujante y cineasta Tim Burton. Impregnado de la estética inconfundible de su director, Eduardo Manostijeras tenía la peculiaridad –como su nombre indica – de contar con tijeras en lugar de manos. Con ellas daba forma a los setos de los jardines y al cabello de sus vecinas, usándolas incluso para realizar algún arreglo doméstico.
El personaje de Burton nunca tuvo manos porque no era humano: se trataba de un robot incompleto. Su creador murió repentinamente dejándolo con tijeras en lugar de con cinco bonitos dedos. Pero las tijeras no constituían para él herramientas, sino una parte de su anatomía, simple y llanamente.
Esta apreciación, aparentemente tan sencilla, no lo es tanto. Resulta que cuando usamos una herramienta cambia la forma en que nuestro cerebro representa las dimensiones de nuestro cuerpo. Es decir, cuando utilizamos un martillo, una cuchara o un abanico éstos se convierten en parte de nuestro esquema corporal y nuestro cerebro los identifica como una parte más del propio cuerpo.
El utensilio en cuestión entra a formar parte de lo que en psicología se conoce como 'esquema corporal'. Lo que ocurre a continuación es que los movimientos corporales que realizamos varían a como lo hacían antes de usar la herramienta. Por ejemplo, si organizamos una parrillada en el jardín y usamos pinzas para dar la vuelta a la parrilla para que no se nos queme, nuestro cerebro dará orden a nuestro cuerpo para que se comporte como si nuestro brazo fuera más largo de lo que en realidad es.
Se trata, sin duda, de un fenómeno que experimentamos casi a diario, puesto que estamos rodeados de objetos que nos asisten en multitud de tareas. Si no, ¿por qué podemos cepillarnos los dientes sin tener que mirarnos al espejo? La respuesta es sencilla: somos capaces de cepillarnos los dientes sin ver nuestra la boca o nuestro brazo porque el cerebro ha integrado el cepillo de dientes en la representación de nuestro brazo.
Esta habilidad de nuestra mente para adaptarse funcionalmente e incorporar las herramientas constituye la base fundamental para un correcto uso de los utensilios y herramientas que usamos diariamente. Una vez que éstos están integrados dentro del mencionado 'esquema corporal', pueden ser controlados y manipulados como si se tratara de una parte más de nuestra anatomía.
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