SEPTIEMBRE
4 de septiembre
Esbat: LUNA DE LA COSECHA
La semilla ha madurado plenamente. Se recogen las cosechas y las hojas caen de los árboles. Se acerca un nuevo cambio de ciclo. Agradece a los Dioses por lo obtenido y prepárate para él cambio.
Sábado, 12 de septiembre. Aniversario del Reconicmiento de esta Sociedad. FIESTA SOCIAL
19 de septiembre
Luna de Alumbramiento o Siembra
20 de septiembre
Día del Orgullo Pagano. FIESTA SOCIAL
Es una fiesta celebrada en varios países en la que se pretende mostrar públicamente nuestras religiones, celebrando nuestra diversidad y tolerancia.
Martes, 22 de septiembre
Sabat: MABON. Equinoccio de Otoño.
Alban Elven en denominación druida.
El sol entra en Libra. Las noches se van alargando y nos vamos preparando para el próximo invierno. Las cosechas son recogidas en los campos y es el momento de celebrar los éxitos logrados durante el año gracias a nuestro trabajo y dedicación.
No hace mucho tiempo, antes de que existiera la luz eléctrica, los agricultores se valían de la luz de la Luna para recoger la cosecha de otoño. Todo maduraba al mismo tiempo y había demasiado trabajo que hacer para detenerse con la puesta de Sol. Una brillante Luna llena (la "luna de la cosecha"), les permitía seguir trabajando durante la noche.
La luz de la Luna era bienvenida, pero, como cualquier agricultor puede decirle, se trataba de un asunto extraño. ¿Por qué? Pruébelo usted mismo. La Luna de la cosecha del 2009 saldrá el 22 de septiembre, y si presta atención podrá notar unas cuantas cosas extrañas:
1. La luz de la Luna roba el color de aquello que ilumina. Tomemos una rosa. Con la luz de la Luna llena la flor tiene un brillo encendido e incluso proyecta sombra, pero el rojo no se ve, ha sido sustituido por matices de color gris. En realidad todo el paisaje es así. Es como ver el mundo a través de un viejo televisor en blanco y negro.
Los "Jardines de Luna" convierten esta cualidad de los años 50 de la luz de la Luna, en una ventaja. Las flores blancas o plateadas que florecen de noche son fragantes y vívidas bajo la luz de la Luna llena. Las más conocidas incluyen variedades de flores como: cuatro en punto, enredaderas flor de Luna, trompetas de ángeles —pero raramente rosas rojas.
2. Si usted mira el paisaje gris durante el tiempo suficiente, este se vuelve azul. El mejor lugar para apreciar este efecto llamado "desplazamiento azul" o "desplazamiento Purkinje" (en honor del científico del siglo XIX Johanes Purkinje que fue el primero en describirlo) es en el campo, lejos de la luz artificial. A medida que sus ojos logran la máxima adaptación a la oscuridad, aparece el azul. Los productores de cine, a menudo colocan un filtro azul cuando filman escenas nocturnas para crear un efecto más natural, y los artistas añaden el azul a sus cuadros de paisajes nocturnos por la misma razón. Sin embargo, si usted mira la Luna llena, ciertamente no es azul. (Nota: Las finas cenizas de un volcán o de los incendios en los bosques pueden hacer que la Luna parezca azul, pero eso es otra historia.)
3. La luz de la Luna no le permitirá leer. Abra un libro bajo la luna llena. A primera vista las páginas parecen lo suficientemente iluminadas. Sin embargo cuando trata de ver las palabras, no puede hacerlo. Más aún, si fija su vista en una palabra esta se desvanecerá. La luz de la Luna no sólo hace que nuestra visión sea borrosa sino que además produce una pequeña mancha ciega. (Otra nota: Como en todo lo humano, hay excepciones. Algunas personas tienen conos especialmente sensibles o una mayor cantidad de bastones que permiten leer con la luz de la Luna).
Todo esto es muy extraño. Recuerde, la luz de la Luna no es nada más que la luz del Sol reflejada por la polvorienta superficie lunar. La única diferencia es la intensidad: La luz de la Luna es alrededor de 400.000 veces más débil que la luz solar directa.
¿Qué sacamos en conclusión de todo esto? La respuesta está en el ojo del espectador. La retina humana es la responsable.
La retina es como una cámara digital orgánica con dos tipos de píxeles, bastones y conos. Los conos nos permiten ver los colores (rosas rojas) y los detalles finos (las palabras de un libro), pero sólo funcionan con luz intensa. Cuando el Sol se oculta los bastones toman el mando.
Los bastones son extraordinariamente sensibles (1.000 veces más sensibles que los conos) y son los responsables de nuestra visión nocturna. De acuerdo con algunos informes, los bastones pueden detectar incluso un sólo fotón. Sólo hay un inconveniente, los bastones son ciegos a los colores. Por lo tanto las rosas por la noche parecen grises.
Si los bastones son tan sensibles, ¿Por qué no podemos utilizarlos para leer a la luz de la Luna?. El problema es que los bastones están casi ausentes por completo de una zona central de la retina denominada fóvea, que es la que el cerebro utiliza para leer. La fóvea está densamente poblada por conos, razón por la que podemos leer durante el día. Por la noche, sin embargo, la fóvea se convierte en una mancha ciega. El resto de la visión periférica no es lo suficientemente aguda para definir las letras individuales y las palabras.
Finalmente llegamos al desplazamiento azul. Considere el siguiente fragmento de un número del 2004 de la revista Journal of Vision:
"Debe destacarse que la percepción del color azul o cualquier otro color en un ambiente únicamente con luz lunar es sorprendente, teniendo en cuenta que la intensidad de la luz está por debajo del umbral de detección de los conos. Por lo tanto si los conos no están siendo estimulados, ¿Cómo percibimos el tono azul?" —Modelaje del Desplazamiento al Azul en Escenas con Luz Lunar usando Interacción de Conos y Bastones (Modeling Blueshift in Moonlit Scenes using Rod-Cone Interaction) por Saad M. Khan y Sumanta N. Pattanaik, Universidad de Florida Central.
Los autores del estudio propusieron una explicación bioeléctrica, mediante la cual las señales de los bastones pueden trasladarse a los conos sensibles al azul adyacentes bajo condiciones de iluminación de Luna llena (ver el diagrama de la derecha). Esto crearía una ilusión de azul. "Desgraciadamente", señalaron, "aún no disponemos de evidencias fisiológicas directas que apoyen o descarten la hipótesis".
LUNA DE COSECHA
La Luna de Cosecha ("Harvest Moon") cuyo nombre procede de los países nórdicos, es la Luna Llena más cercana al Equinoccio de Otoño (en septiembre en el hemisferio Norte y en Marzo en el hemisferio Sur, aunque aproximadamente cada cuatro años la Luna de Cosecha coincide con el mes siguiente)
Visualmente esta Luna se ve más grande de lo normal, aunque simplemente se trata de una ilusión óptica, debido a que está más cerca del horizonte (y éste más curvado en el equinoccio). Tradicionalmente, también, se ha representado la Luna de Cosecha con colores rojizos y anaranjados, estos colores se deben por un lado a su posición cercana al horizonte, debida a la cual la luz proveniente del astro atraviesa una cantidad mucho mayor de atmósfera, que dispersa el componente azul (dispersión de RayLeigh) y por otro al polvo y la tierra acumulados en el aire y la atmósfera que afectan al color del satélite debido a que este se encuantra más bajo y más cerca del horizonte.
Antiguamente esta Luna era aprovechada por los agricultores para, gracias a su luz, extender un poco más la jornada de trabajo, ya que esta es la época de la última cosecha.
En la mitología y antiguas creencias nórdicas esta era la Luna más poderosa del año y durante esta noche el dios Locki bendecía las cosechas para que fueran abundantes
Durante la Luna de la cosecha agradecemos a la Madre Tierra los bienes que nos otorga. Es época de compartir los regalos que nos ha dado la Naturaleza en esta última cosecha y de ser previsores y guardar para la época invernal.
Es tradicional decorar la casa y el altar con colores otoñales (anaranjados, rojizos, amarillos, marrones...) y hojas secas, calabazas, bellotas, uvas... u otros frutos y elementos naturales típicos de esta época del año.
Como todos los Esbats esta es una noche propicia para la editación y los rituales.
Otros nombres con los que se conoce a la Luna de Cosecha es "Luna de Vino", "Luna del Ciervo" o "Singing Moon" (que viene a significar "Luna Cantora", ya que en esta época es tadicional lanzar nuestros cantos al viento en agradecimiento por los dones que la Naturaleza nos ha otorgado).
En busca de las galaxias de antimateria Una de las últimas misiones del transbordador espacial se encargará de transportar un poderoso detector de partículas, que podría descifrar algunos de los más grandes misterios del universo. |
Agosto 14, 2009: El programa del transbordador espacial de la NASA está llegando a su fin. Con apenas alrededor de media docena de vuelos por realizar, las tripulaciones de los transbordadores darán los últimos retoques a la Estación Espacial Internacional (EEI), lo cual pondrá fin a doce años de construcción en órbita sin precedentes. El ícono y caballo de batalla del programa espacial estadounidense habrá finalizado su Gran Tarea.
Pero, como diría el presidente ejecutivo de Apple, Steve Jobs, aún hay una cosa más...
Tras una decisión tomada por el Congreso de Estados Unidos, en 2008, se añadió un vuelo más al calendario, casi al final del programa. Actualmente programado para 2010, este vuelo adicional del transbordador tiene como objetivo lanzar al espacio un buscador de galaxias de antimateria.
El dispositivo que realiza la búsqueda se denomina Espectrómetro Alfa Magnético (Alpha Magnetic Spectrometer o AMS, en idioma inglés). Es un detector de rayos cósmicos valuado en 1.500 millones de dólares, y será llevado hasta la EEI por el transbordador.
Derecha: El Espectrómetro Alfa Magnético. Imagen cortesía del MIT. [Ampliar imagen]
Además de detectar galaxias lejanas formadas completamente por antimateria, el AMS también pondrá a prueba las teorías más aceptadas sobre la materia oscura, una sustancia invisible y misteriosa que conforma el 83 por ciento de la materia del universo. Asimismo, buscará strangelets, una forma de materia, aún teórica, que es ultra-masiva porque contiene los famosos quarks extraños. Un mejor entendimiento de los strangelets ayudará a los científicos a estudiar los microquásares y también los diminutos agujeros negros primordiales, a medida que se evaporan, lo que probaría la existencia de estos diminutos agujeros negros.
"Por primera vez, el AMS medirá los rayos cósmicos de muy alta energía con gran precisión", explica el físico Samuel Ting, premio Nobel y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology o MIT, en idioma inglés), quien creó el AMS y ha guiado su desarrollo desde 1995.
Galaxias de antimateria, materia oscura, strangelets —estos son precisamente los fenómenos que los científicos ya conocen. Si usamos la historia como guía, los descubrimientos más emocionantes serán cosas que nadie haya imaginado antes. Así como los radiotelescopios y los telescopios infrarrojos un día revelaron fenómenos cósmicos que antes eran invisibles con los telescopios ópticos tradicionales, el AMS abrirá a la exploración otra faceta del cosmos.
"Estaremos explorando nuevos territorios", dice Ting. "Las probabilidades de hacer descubrimientos son enormes".
Ting a menudo compara al AMS con los aceleradores de partículas de elevada potencia, de las instalaciones como la CERN (sigla que en idioma francés significa: Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire u Organización Europea para la Investigación Nuclear, en idioma español), en Ginebra, Suiza. Más que detectar rayos cósmicos de alta velocidad que provienen de todas partes de la galaxia, estos aceleradores subterráneos crean sus propias partículas, usando enormes cantidades de energía eléctrica. Para estudiar dichas partículas, la CERN y el AMS usan el mismo truco básico: ambos utilizan poderosos campos magnéticos para desviar las trayectorias de las partículas, y con detectores hechos con placas de silicio y otros sensores colocados en el interior de los detectores, trazan las trayectorias curvas de las partículas.
Arriba: Una vista aérea de la CERN, la Organización Europea para las Investigación Nuclear. El Espectrómetro Alfa Magnético es una especie de "mini-CERN" en el espacio. Crédito de la imagen: CERN [Imagen ampliada]
Los sensores generan muchos terabits de datos y las supercomputadoras se encargan de reducir todos esos datos para de ellos inferir la masa de cada partícula, su energía y su carga eléctrica. La supercomputadora es, en parte, la razón principal por la cual el AMS debe montarse en la EEI en vez de ser un satélite independiente. El AMS produce datos en cantidades tan grandes que no pueden ser enviados a la Tierra desde el espacio, así que se deberá llevar a bordo una supercomputadora con 650 unidades de procesamiento para hacer la reducción de los datos en órbita. Debido en parte a esta computadora gigante, el AMS requiere 2,5 kilovatios de potencia para funcionar —una cifra superior a lo que un satélite normal con paneles solares puede proveer, pero que cabe muy bien en los 100 kilovatios que proporciona la estación espacial.
"El AMS es básicamente un detector de partículas multiuso que se ha llevado al espacio", dice Ting.
Sin embargo, hay dos diferencias importantes entre el AMS y los aceleradores subterráneos. En primer lugar, el AMS detectará partículas tales como núcleos pesados que poseen muchísima más energía que la que los aceleradores de partículas pueden reunir. El acelerador de partículas más poderoso del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider, en idioma inglés) de la CERN, puede hacer chocar partículas con una energía combinada de aproximadamente 7 tera-electronvoltios (TeV, una unidad de uso común en física de partículas que se utiliza para medir energía). En contraste, los rayos cósmicos pueden tener energías de 100 millones de TeV o más. La otra diferencia importante es que los aceleradores pueden hacer chocar las partículas unas contra otras para aprender algo sobre las partículas mismas, mientras que el AMS tomará muestras de partículas de alta energía que provienen del espacio profundo con el fin de conocer algo más sobre el cosmos.
Derecha: El profesor Samuel Ting, del MIT, premio Nobel de física 1976 y líder del equipo del AMS.
Por ejemplo, en cosmología, uno de los misterios sin resolver es el caso de la antimateria perdida. De acuerdo con los mejores modelos hechos por los físicos, la Gran Explosión (el Big Bang, en idioma inglés) debería de haber producido la misma cantidad de materia que de antimateria. Entonces, ¿adónde fue la antimateria? No puede estar cerca, ya que si así fuese, veríamos emisiones brillantes de rayos X en aquellos lugares donde la materia y la antimateria se aniquilarían al entrar en contacto.
Otra explicación puede ser que algunas galaxias lejanas estén hechas enteramente de antimateria en vez de materia. Debido a que la antimateria no es nada diferente de la materia común, los astrónomos no podrían distinguir si una galaxia lejana está hecha de materia o de antimateria sólo observándola. Sin embargo, el AMS hallaría fuertes evidencias de las galaxias de antimateria si detectara tan sólo un núcleo de anti-helio o de algún elemento de antimateria más pesado.
Las colisiones entre rayos cósmicos cerca de la Tierra pueden producir partículas de antimateria, pero las probabilidades de que esas colisiones produzcan un núcleo intacto de anti-helio son tan pequeñas que aun si se encontrara un sólo núcleo de anti-helio sería una poderosa evidencia de que aquel núcleo se ha movido hasta la Tierra desde una región remota del universo que esté dominada por antimateria.
Arriba: Concepto artístico del Espectrómetro Alfa Magnético luego de ser instalado en la Estación Espacial Internacional.
Otros instrumentos, como el satélite italiano PAMELA, han buscado los núcleos de anti-helio, pero ninguno de ellos ha sido lo suficientemente sensible como para descartar la existencia de las galaxias de antimateria. El AMS posee alrededor de 200 veces más poder de recolección de partículas que ningún otro detector que se haya enviado antes al espacio. Si el AMS no detecta núcleos de anti-helio, Ting dice que los científicos sabrán que no hay galaxias de antimateria en, al menos, 1000 megaparsecs a la redonda —es decir, aproximadamente la frontera del universo observable.
Otro misterio que el AMS ayudará a resolver es la naturaleza de la materia oscura. Los científicos saben que la gran mayoría del universo esta compuesta por una materia oscura que aún no ha podido ser vista directamente, en vez de por materia común. Ellos simplemente no saben qué es la materia oscura. Una teoría en boga es que la materia oscura está hecha de una partícula llamada neutralino. Las colisiones entre neutralinos deberían de producir una gran cantidad de positrones de alta energía, de modo que el AMS podría probar que la materia oscura está hecha de neutralinos buscando este exceso de positrones de alta energía.
"Por primera vez podríamos averiguar de qué está hecha la materia oscura", dice Ting.
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