Fundamento arqueoastronómico de la fiesta cristiana de la Semana Santa
Existe una hipótesis sobre el significado de las escenas artísticas de diferentes obras de arte, legadas por nuestros ancestros desde la Prehistoria, realizadas en diversos medios: pinturas en paredes de cuevas profundas, o esculturas y relieves, geoglifos, petroglifos o estelas halladas a la intemperie,... se deduce que reflejarían de forma metafórica, constelaciones. Y que aparecían a lo largo del año sobre el horizonte mirando al norte, en cualquiera de las situaciones estelares, vespertina o matutina de determinada fecha de día de fiesta, de las veintidós que fijaron hace 5.300 años. Y asimismo reflejarían los fenómenos coincidentes que tenían una aparición regular a lo largo del año, ya que para cada situación estelar de cada día de fiesta decidieron asociarle un fenómeno de apraición estadística, como una regla mnemotécnica que les servía para recordar el orden de las constelaciones y los fenómenos cíclicos característicos.
Los días de fiesta de los dos períodos agrícolas podrían ser denominados: días de Labrado, de Siembra y Lluvia, de Floración y de Emigración, de Recolección de frutos, día de Helada, de Canícula, de Vientos Furiosos,... pero también días de Solicitud de Embarazo, de Solicitud de Resurrección de muertos, o de Inspiración Poética,...
Porque esa era la finalidad de las obras de Arte arcaicas: portaban mensajes dirigida a la Divinidad, tenían contenido religioso. Ello quiere decir que las diversas representaciones simbólicas no eran objetos para ser contemplados por los seres humanos, no estaban determinadas por motivaciones puramente estéticas, sino que tenían una finalidad sagrada. Lo corrobora la afirmación de Alcina (1982, 182) de los geoglifos de Nazca: "... la única deducción lógica puede ser la de que tales glifos se construían para que los contemplasen los mismos dioses o seres sobrenaturales de su mitología."
De manera que cada protagonista o atributo o elemento o motivo de cada escena o representación artística simbólica, se identifica metafóricamente con constelaciones, personificadas o animadas por la Divinidad, como diferentes máscaras. Contelaciones que cuando ocupaban determinada posición, era coincidente con determinado fenómeno / (se creía) que la Divinidad ejercía una función determinada / era responsable de ese fenómeno. Y la finalidad de las obras de arte era controlar y asegurar los fenómenos coincidentes con precisas posiciones.
Y constelaciones animadas en principio por la más arcaica Diosa que adoró la humanidad: la Diosa Madre a la que consideraban que cubría las necesidades humanas como una madre de familia protege y cubre las necesidades básicas de sus hijos. Posteriormente constelaciones animadas por las Divinidades de los panteones politeístas.
Nuestros ancestros decidieron invocarla (por la vista, el oído,...), con lo que nació la religión Prehistórica y más tarde la religión agrícola Mistérica, con ceremonias religiosas en las que practicaban multitud de ritos: usaban obras de Arte en ritos mágicos, cantaban himnos, bailaban y tocaban instrumentos musicales,... para que mágicamente hubiera abundantes vegetales y frutos, de verano y de invierno.
Y en principio ceremonias realizadas por las representantes del mismo sexo de la Diosa que se creía ejercía el domino del universo. Y así afirma Pomeroy (1982, 96): "La existencia de festividades exclusivamente femeninas ha sido explicada de distintas maneras. Una hipótesis es que los cultos femeninos eran supervivencias de un período matriarcal cuando toda la religión estaba en manos de mujeres. Otra explicación es que las mujeres en las sociedades primitivas tenían a su cargo la horticultura y la jardinería, y por tanto, estaban implicadas en los cultos a la fertilidad." Más tarde participaban también varones que se emasculaba para convertirse en Sacerdotes eunucos representantes del paredro castrado de la Diosa, antes de que la mujer se le prohibiera participar en el culto en época ya histórica.
De manera que nuestros ancestros pedían con las manifestaciones artísticas, así como con los ritos de las ceremonias de los días de fiesta de la religión agrícola, a la Divinidad con variedad de máscaras-constelaciones, que asegurara el orden de las estaciones, con sus específicas constelaciones y enviara con regularidad los fenómenos cíclicos a lo largo de los días de fiesta celebrados en las fechas fijadas hace 5.300 años. Fenómenos benéficos como: lluvia que favoreciese el crecimiento de la vegetación en el Paleolítico o la germinación de la semilla en el Neolítico, o los protegiera contra los fenómenos maléficos que la Diosa también enviaba: helada, calor, sequía que destruía la vegetación,... de manera que así hubiese alimentos para no morir de hambre, y solicitaban otros logros: resurrección de muertos para que éstos se reencarnasen y hubiese suficientes hijos,...
Y ceremonias de días de fiesta, que transformadas y modificadas, han sido heredadas por religiones posteriores, incluidas las ceremonias cristianas, que tienen su origen en las ceremonias sagradas paganas de finalidad agrícola y conservan generalmente las mismas fechas en que se celebraban las que sustituyen, cuando coincidían con precisas situaciones de las constelaciones en el cielo cuando fueron fijadas hace 5.300 años. En relación a ello manifiesta Husain (1997, 37): "El cristianismo se apoderó de algunas de las más populares celebraciones romanas y las reinterpretó en un intento, a menudo fracasado, de depurarlas de su carácter pagano." Markale afirma (1993, 128-129): "El Cristianismo recuperó integramente esta fiesta convirtiéndola en la de Todos los Santos" en relación a la fiesta del 1 de noviembre.
Pero dado que existe hoy día, una diferencia de dos meses y medio respecto de los hechos astronómicos que tenían lugar en el año 3.300 adne, se evidencia, que al conservar las fechas de celebración de los días de fiestas, así como los rituales asociados, los mitólogos patriarcales desconocían su coincidencia con señalados hechos astronómicos. E igual desconocimiento existiría cuando diversos pueblos con religiones agrícolas anteriores al cristianismo conservaron los rituales arcaicos, inspirados en las constelaciones de las fechas cuando fueron "fijadas" en el año 3300 adne, así como las fechas de celebración. Desde entonces las herederas cometieron los mismos errores, ya que después del año 3300 adne, las situaciones estelares ya no eran coincidentes en las fechas en que se conservaban los rituales inspirados en esas fechas cuando existía asociación entre constelaciones y fenómenos, dado que por la precesión se iba dando un desfase a lo largo de los siglos.
SEMANA SANTA Y CARNAVAL CRISTIANO, SIMILARES A OTRAS FIESTAS PAGANAS CON FUNDAMENTO ASTRONÓMICO
Y así, al analizar las ceremonias cristianas, los diferentes ritos cobran plenamente sentido al analizarlos bajo el punto de vista de que correspondían exactamente a constelaciones en situaciones estelares de hace 5.300 años, cuando intentaban propiciar los fenómenos coincidentes con las constelaciones de determinados días festivos, dado su fundamento astronómico y tendentes a propiciar abundante cosecha.
En la pintura de Cristo sacrificado en la cruz, como refleja Guillermo de Vrelant del siglo XV (De Miguel), al que un soldado le atraviesa con su lanza el costado, y es llorado por su Madre la Virgen Dolorosa Dibujo 1, objetiva el mito de Jesús que murió al ponerse el sol para salvar y dar de comer a la humanidad. Y cuya muerte y resurrección se rememora en la ceremonia de la Semana Santa. Lo que quizás se desconoce, es que además:
- 1º- La muerte de Cristo que es llorado por su Madre, es heredera de la muerte de otros protagonistas de mitos de religiones de otras culturas agrícolas, que también son llorados por Diosas Lloronas y que gracias a esas lágrimas resucitan, como Adonis / Ariadna / Atis / Baal / Diarmaid / Dumuzi / Dusura / Eshmund / Ferefata / Hipólito / Ixquic / Lohiau / Lugna / Lúufri / Melqart / Melcario / Milcrato / Nigola / Onatag / Orión / Osiris / Pelles / Perséfona / Proserpina / Pwyll / Robigo / Rod / Sabacio / Sita / Tammuz / Virbius / Xaratanga...
- 2º- Tanto el mito de la muerte de seres mortales y su resurrección gracias a las lágrimas vertidas por su Madre, relatan metafóricamente la historia de la agricultura, en la que el ser mortal se identifica con la semilla y las lágrimas con las lluvias de las dos época agrícolas, de forma análoga al proceso del enterramiento y muerte de la semilla, que germinará y se convertirá en vegetación, tras las lluvias.
Está de acuerdo con nuestra hipótesis de la muerte de los seres mortales = enterramiento y muerte de semillas, Husain (1997, 79) que dice: "En estos mitos agrícolas el hijo representa la semilla enterrada, hasta que reaparece con la forma de planta que comienza a brotar. Las plantas maduran hasta ser cosechadas y el ciclo entero vuelve a representarse."
Describe Bernabé (1987, 42): "... un dios muerto desmembrado y resucitado (aspecto que se aviene con la «muerte» de la espiga, la siembra y el brote de la nueva espiga, en el caso de los dioses del grano),..."
Campbell (1991, 159): "La historia de Cristo implica la sublimación de lo que originalmente era una imagen vegetal muy sólida. Jesús está en la Rama Sagrada, el árbol, y él mismo es el fruto del árbol."
Leemos en la Enciclopedia U.I. Tomo 13 (1993, 29): "El mito de los amores de Cibeles con Atis (símbolo de la vegetación que perece en el otoño..."
- 3º - Las ceremonias de las religiones agrícolas Mistéricas que conmemoran la muerte y resurrección de sus protagonistas y que son llorados por una Madre Llorona, incluida la ceremonia de la Semana Santa cristiana antes de la primavera, surgieron para propiciar a la Diosa Madre Salvadora (en la que en principio se fundamentaba todas las religiones antes de que le fuese quitado el trono) y conseguir que la Madre Llorona enviase el fenómeno de la lluvia favorecedora de la germinación de semillas, tras la siembra de los campos y de la que dependía las cosechas. Frankfort afirma (1982, 27): "Las fiestas públicas celebraban los principales acontecimientos del año agrícola, y la festividad religiosa más importante era la del año nuevo, que se celebraba en el momento crítico del cambio de estación, cuando, tras el invierno, o tras el mucho más terrible verano, la vitalidad de la naturaleza estaba en su momento de mayor debilidad y todo dependía del cambio de tiempo."
Refieren Hawkes y Woolley (1977, 286): "El ritmo estacional fue relacionado con el enterramiento de la muerta semilla y su renacimiento en el verde tallo..."... "Al desarrollarse esto, la antigua diosa-madre vio su importancia disputada por un hijo, una divinidad masculina, cuya pérdida tenía ella que llorar, pero que podía obtener en ella su propia resurrección."
Y Mayrs (1982, 60): "Precisamente el mito del Niño Divino representaría un puente entre la religiosidad matriarcal y patriarcal: el Niño Divino -como Hija o Hijo- fue un vástago de la Gran Madre, deviniendo posteriormente su acompañante y un esposo, hasta que conquista todo el poder de aquélla."
Así que la Diosa Llorona, existente en multitud de religiones, es metáfora de la lluvia y las ceremonias en su honor, antes de la primavera, propiciaban la lluvia coincidente con cierta situación estelar, cuando se producía el ocaso de la constelación Híadas "Lluviosas".
- 4º - En el caso del mito de la muerte de uno de esos protagonistas mortales antes de la primavera tras ponerse el sol (asociado a la semilla que se enterraba para germinar), era símbolo del ocaso crepuscular / muerte de la constelación Orión, coincidente con el orto vespertino de las constelaciones Flecha y Escorpio. [La constelación Orión la denominamos para la época arcaica como Paredro, ya que fue bautizada en Grecia con el nombre de Orión, paredro de la Diosa Artemisa allí. Narra el mito que Orión murió (= constelación Orión se fue al ocaso tras el ocaso / la muerte del sol) debido a un escorpión (= constelación Escorpio) que le envió la Diosa Artemisa].
Está de acuerdo con nuestra hipótesis astronómica, de la muerte de los seres mortales / paredros de Diosas = ocaso crepuscular de la constelación Orión, la afirmación de los enciclopedistas del Espasa, según leemos en el Tomo 40 de la Enciclopedia (1988, 476), referido a la muerte del paredro de la Diosa Artemisa el Cazador Orión a manos de la misma: "Los astrólogos alejandrinos decían que Orión, estando de caza con artemisa..."... "y ésta lo castigó haciendo salir del suelo un escorpión que le mordió y le causó la muerte. Esta leyenda tiene estrecha relación con el hecho astronómico de que, cuando el Sol entra en Escorpión, va al ocaso la constelación de Orión."
Asimismo, Ridpath y Tirion (1986,190), aseguran: "En una leyenda el jactancioso Orión es picado por un escorpión que le produce la muerte, y ahora se sitúa en el firmamento de modo que desaparece en tanto emerge la constelación Scorpius."
Y ocaso de la constelación Orión / Paredo, coincidente con el orto vespertino de las constelaciones Flecha y Escorpio, que hace 5.300 años de años eran simultáneas [hemos de hacer una pequeña corrección en el Planisferio, ya que hace unos 5.000 años las constelaciones no giraban alrededor de nuestra actual estrella Polar, sino alrededor de la estrella alfa del Dragón. En palabras de Cruz (1990, 49): "Alfa era ya conocida por los árabes con el nombre de Thuban, "el dragón", de donde toma nombre toda la constelación. En el segundo milenio a. de C., cuando los marinos fenicios colonizaron las costas mediterráneas, la Polar de entonces era esta estrella. Su mínima distancia angular al Polo -sólo diez minutos- se dió (sic) en el año 2.830 a. de C."]
Y que tenían lugar, hace 5.300 años, el día de Siembra el 14 de febrero , hoy 1 de mayo. Y cuya situación estelar ilustramos en el Mapa 1. De manera que los mitos de la muerte y resurrección de Jesús o del Cazador Orión (semilla y constelación Orión / Paredro), son versiones míticas que reflejarían la misma situación estelar.
Igualmente, reflejaría exactamente la misma situación estelar y objetivaría diferente versión mítica, la escena pintada del Pozo de la Cueva de Lascaux, Montignag, Dordoña Dibujo 2. Aparece humano herido (semilla y constelación Orión / Paredro), bisonte con bolsa de agua surgiendo de vientre como metáfora funcional de lluvias (= constelación Híadas "Las Lluviosas") y flecha clavada (= constelación Flecha).
Dibujo 1 Pintura de Cristo muerto (= cons. Orión / Paredro muere / ocaso), con lanza clavada (= cons. Flecha) y llorado por su Madre Dolorosa y Llorona metáfora funcional de lluvias (= cons. Híadas "Lluviosas"). El orto de Flecha coincide con el ocaso de Orión e Híadas | |
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- Mapa 1. Situación estelar del 14 de febrero al 1 de marzo de hace 5.300 años
- Reflejado metafóricamente en diferentes versiones míticas: muerte de protagonistas religiosos (= cons. Paredro / Orión, semilla) a causa de cons. Flecha o de cons. Escorpio
- Y gracias a las lloros de su Madre Dolorosa o reflejado funcionalmente con la bolsa de agua que suelta vientre de animal sacrificado con lanza o el rito de la muerte a espada de un bóvido / de un toro (= cons. Híadas de Tauro, lluvias) produce resurrección del paredro / la germinación de la semilla
- Y tras la resurreción se produce la subida al cielo (= orto vespertino de cons. Cisne / surge vegetación tras la germinación)
- Mapa 1. Situación estelar del 14 de febrero al 1 de marzo de hace 5.300 años
Se debe comentar que la situación estelar que mostramos del día de fiesta del 14 de febrero, sería la real cuando fue fijado hace 5.300 años. Entonces aparecían mirando al norte, las constelaciones Flecha surgiendo por el este y Orión e Hídas "Las Lluviosas" yéndose al ocaso por el oeste. A esta situación estelar le estaba asociado el fenómeno de las lluvias. Por lo que ese evento anunciaba el momento adecuado para la siembra, ya que con cierta probabilidad venían las lluvias benéficas que harían que después con la llegada del buen tiempo de la primavera, germinasen las semillas enterradas. Y en estas constelaciones se inspiraron las más antiguas Sacerdotisas mitólogas para realizar los rituales agrícolas de Siembra (cuando las inventaron) celebrados el día de fiesta del 14 de febrero, con los que pedir a la Divinidad, que se creía estaba al frente del mundo y sus fenómenos, que enviara los fenómenos esperados para asegurar la cosecha.
Y fecha así como rituales que se mantuvieron durante milenios, aunque, debido a la precesión, miles de años después ya no se produjeran tales eventos de forma simultánea. Es decir se seguía celebrando como día de fiesta de Siembra para propiciar las lluvias antes de la primavera, en la misma fecha del 14 de febrero, cuando ya no aparecían los eventos astronómicos arcaicos. Y se seguían conservando similares rituales milenios después del momento en que nacieron, inspirados en las constelaciones y fenómenos del año 3300 adne.
Es decir, que las fiestas de Siembra se seguía celebrando el día de fiesta del 14 de febrero, por ejemplo del año 800 adne. Y se seguían conservadno iguales rituales. Por ejemplo se mataban toros (asociados a Híadas "Las lluviosas" de la configuración estelar Tauro), aunque a pesar de que en ese momento no eran coincidentes el ocaso de Tauro y Orión, con la llegada de las lluvias antes de la primavera.
Así que se celebraba la fiesta de matar toros, para propiciar la Fertilidad de la Naturaleza / de la semilla, coincidiendo con la aparición del fenómeno climático esperado: el 14 de febrero, mientras el evento astronómico del ocaso de Tauro, tenía lugar con un desfase de 75 - 39 = 36 días respecto a lo que ocurría en el año 3300 adne, momento en que se fijó tal rito (2800 x 365 / 25.770 = 39).]
En el caso de Cristo está acompañado de la Virgen Dolorosa llorando, uno de cuyos dolores fue la profecía de Simeón: su alma fue traspasada a espada [Enciclopedia U., Tomo 18 (1988, 1790)] (y asociada al hecho astronómico de que coincidente con el orto vespertino de la constelación Flecha, se iba al ocaso la constelación Híadas "Las Lluviosas" / Virgen Llorona / María Dolorosa traspasada a espada). Y en el caso de la bisonte lleva una flecha clavada en el vientre, de donde le surge una bolsa de agua. Siendo tanto las lágrimas de la Virgen como la bolsa de agua de la bisonta, metáforas funcionales de lluvia (= constelación Híadas "Lluviosas"), versiones diferentes y compatibles de la misma situación estelar. Y todas tendrían exactamente igual función mágica: propiciar las lluvias antes de la primavera, que haría germinar la semilla enterrada en la primera época agrícola.
Estas fiestas antiguamente culminaban en regiones europeas con el Carnaval, fiesta de primavera en dependencia con las fiestas religiosas de muerte y resurrección pagana. Y tenían lugar el 1 de marzo, día de comienzo de la primavera y del comienzo del nuevo año hace varios miles de años, tras la finalización de los trabajos agrícolas de siembra de la primera época y con ellas se aseguraban la fertilidad de las semillas enterradas / su germinación. Conmemoraba la resurrección de los seres mortales / la semilla germinaba en vegetación cuando se producía el resurgir de la vida vegetal. La resurrección está objetivada en el Dibujo 2 por medio del ave pintado, símbolo del esplendor crepuscular vespertino de la constelación Cisne (el cisne es un ave) que aparecerá días después por oriente el 1 de marzo, hoy tal situación estelar tiene lugar el 15 de mayo. Y en el mito de Cristo por la cruz, símbolo de Resurreción en la religión cristiana y asociado a la contelación Cisne / Cruz del Norte, cuyas estrellas parecen dibujar una cruz.
De las fiestas del Carnaval leemos en el Espasa, Tomo 11 (1988, 1153): "En efecto en primavera en Grecia en el imperio romano, en los paises teutónicos y en los celtas, se hacían procesiones en que se paseaba un barco con ruedas, y que eran constituidas por mascaradas que ejecutaban sobre el carro danzas promiscuas y canciones de sátira sarcástica y obscenas.
En aquellos cantos, en Grecia halló su complemento la comedia, así como las mascaradas con sus impúdicas canciones, las sátiras y danzas ejecutada por mujeres con la cabellera desgreñada, vistiendo por todo traje una camisa, coreadas por bullicioso regocijo de las acompañantes y en la antigüedad engendraron las representaciones dramáticas."
Se refiere a los himnos y representaciones burlescas llamadas Gefirismos o los similares Stenia, en los que mujeres decían obscenidades y groserías de carácter religioso al paso de las procesiones [en la religión cristiana se cantan Saetas (himnos con palabras que hieren) en la Semana Santa] y que dieron origen a la comedia (la Comedia ha sido representada desde entonces en todas las culturas como Matrona con flecha). Las letras de estos himnos religiosas tenían la función mágica de herir y asegurar el orto crepuscular de la constelación Flecha, para que las constelaciones opuestas se fueran al ocaso / se murieran (Híadas y Paredro / Orión, una asociada a las benéficas lluvias y otra al enterramiento y muerte de la semilla, para que posteriormente renaciera la vegetación y la Naturaleza se llenara de flores). (Ritos que evidencian su fundamento astronómico en eventos estelares que currieron de forma simultánea varios miles de años antes). )
Confirma todo el razonamiento el comentario del Carnaval de los enciclopedistas del Tomo 11(1988, 1153): "La etimología que goza de mayor solidez currus navalis, que presta estimable luz acerca de los principios de la historia del carnaval..." ..."con ellas se celebraban el año nuevo (para que este fuera favorable) ó (sic) la entrada de la primavera que simbolizaba el renacimiento de la naturaleza."
La ceremonia del Carnaval está ilustrada en la pintura de Congosto de Olvena, La Puebla de Castro, Huesca Dibujo 3, considerada de 7.000 años de antigüedad. Se observa la imagen de una Diosa en una barca (= constelación Casiopea / Barca en la Vía Láctea / Mar Celeste) encima de un carro con ruedas (= constelación Auriga) (origen de la palabra carnaval: de la palabra romana currus navalis / car navale = carro naval), arrastrada por bóvido (= constelación Híadas). La situación estelar la ilustramos en el Mapa 2.
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CONCLUSIÓN
Tanto los mitos y obras de Arte de la muerte y resurrección de Jesús, como las fiestas de la Semana Santa y el Carnaval, rememoran las fiestas paganas de Fertilidad de Cosecha de la primera época agrícola, cuando tenían fundamento astronómico y propiciaban los fenómenos coincidentes con las situaciones estelares del 14 de febrero al 1 de marzo de hace 5.300 años, hoy del del 1 al 15 de mayo.
Las fechas de celebración, tanto de las fiestas del Año Nuevo, como de la Semana Santa y la del Carnaval de la religión cristiana, han sido modificadas. Actualmente el Año Nuevo se celebra en enero; la Semana Santa se celebra tras la primera luna llena después del 21 de marzo (día de comienzo de la primavera hoy día); el Carnaval se celebra en febrero antes de la Semana Santa, hechos que manifiestarían el desconocimiento de los mitólogos cristianos del fundamento astronómico y los hechos astronómicos de las fiestas paganas a las que sustituyen.
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virgilio - BERNABÉ, Alberto (Introducción). (1987): Textos literarios hetitas. Alianza Editorial, S. A., Madrid.