La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda…
El entorno de la Selva Atlántica es considerado como uno de los mayores tesoros en biodiversidad del planeta y, al mismo tiempo, por obra y gracia del ser humano también uno de los ecosistemas más amenazados de la Madre Tierra.
Yucatán, México, a 41 Km de Valladolid y 180 Km de Mérida. Es uno de los centros más importantes de la zona maya, tanto por su importancia histórica como por su magnifica arquitectura, de extraordinaria calidad. Representa el ejemplo más completo y espectacular de la combinación de las culturas mayas y toltecas, y floreció y alcanzó una notable extensión bajo el empuje de colonizadores procedentes de Tula.
La ciudad maya más espléndida de toda Mesoamerica. Traducido, su nombre quiere decir "A la orilla del pozo en le que viven los sabios del agua".
La ciudad en sí se divide en una parte vieja Chichén en el año 435 d. C., y su civilización se unió más tarde a la tribu de Itzá, alrededor del año 900. Es poco lo que se sabe de los rituales cotidianos y del estilo de vida de este pueblo, aunque sí sabemos que estaban gobernados por su rey-dios Kukulcan, cuyo legado como gran maestro maya domina esta antigua ciudad.
En Chichén Itzá numerosos elementos decorativos, sobre todo bajo la forma de esculturas y bajorrelieves de piedra, atestiguan la fuerte presencia del Culto a Quetzalcoatl. Fueron probablemente los toltecas quienes superpusieron a la figura antropozoomorfa de esta antigua y misteriosa divinidad, herencia de la civilización teotihuacana, su héroe cultural ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, el mítico rey de la legendaria ciudad de Tula, identificada por los arqueólogos con la ciudad de modesta dimensiones llevadas a la luz en el estado de Hidalgo. Quetzalcoatl, tras muchos años de reinado sobre la ciudad de Tula, y sus habitantes, fue destronado por su malvado hermano Tezcatlipoca, suceso que según las fuentes se produjo en el 987 d. C.
Tras su expulsión de Tula, emigró hacia el este, con un grupo de seguidores, hasta el territorio de Yucatán, que alcanzó probablemente por mar. Ello concuerda con los documentos yucatecos de la época colonial, que narran la llegada de Chichén Itzá de un personaje de noble estirpe, culto y refinado, al cual los mayas dieron el nombre de Kukulcán, que en lengua yucateca significa <serpiente quetzal o serpiente emplumada>. Llevó a Chichén Itzá muchos conocimientos, sobre todo en el campo de las artes y de la medicina, además, de la cultura de su ciudad de origen, cuya asimilación por parte de la gente local debió de dar un gran impulso y prosperidad a la ciudad de Chichén Itzá y a aquellos limítrofes.
Muchos historiadores han interpretado la tradición oral y las fuentes coloniales como el reflejo novelado de acontecimientos ocurridos realmente; los invasores de Chichén Itzá fueron desterrados de estirpe tolteca, expulsados de Tula bajo el empuje de otros pueblos. Desde finales del S.X, Chichén Itzá asumió el papel de ciudad guía de Yucatán; su arquitectura representa un híbrido entre los elementos heredados de los mayas del clásico, elementos de estilo puuc y nuevas aportaciones toltecas.
Lo que más impresiona de esta zona son los aspectos de la cultura material ligados a los sacrificios humanos; siempre fueron practicados en Yucatán y en otras regiones mayas y toltecas acentuaron aún más estos rituales. Una prueba la constituye la presencia en Chichán Itzá de altar de cráneos donde eran clavadas las cabezas de las víctimas decapitadas, el tzompantli.
En Chichén Itzá permaneció vivo también hasta la época de la conquista el culto al Cenote Sagrado, un pozo a cuyas turbias y profundas aguas eran arrojadas víctimas prelegidas para complacer al dios de la lluvia Chac. Este pozo sagrado no esta limitada a esta zona, sino que era común a muchos centros urbanos de la región. El término cenote adoptado por los españoles es en realidad una deformación de la palabra maya yucateca dzonot, que era usada para indicar los pozos naturales de forma circular originados por el hundimiento del estrato calcáreo, según un fenómeno típicamente clásico. A veces, en los casos en los que al capa friática se hallaba a gran profunda, los pozos eran accesibles solamente por medio de largas escaleras que los indígenas hacían descender a través de cavidades en la roca. Un ejemplo son los Grutas de Bolonchén.
La función primaria de los cenotes era la de reserva de agua potable, los arqueólogos han verificado que donde se ha encontrado la presencia de un pozo, han surgido a la luz huellas de asentamientos humanos incluso relativos a épocas muy antiguas. En muchos lugares los cenotes eran usados como pozo para sacrificar víctimas humanas y era considerado una entrada al Xibalbá; el reino de ultratumba. En las inscripciones mayas del Periodo Clásico, además, de signo gráfico que expresa el concepto el agua, entendida como un liquido claro y transparente, está el que indica <el agujero negro o agua negra>, referido ciertamente al cenote.
El área sagrada de la ciudad, unida al Cenote Sagrado por un camino de 300m de largo, está dominado por dos grandes estructuras de carácter religioso: El Castillo y el Templo de los Guerreros.
La ciudad tuvo su primer periodo importante durante el clásico tardío /600-900/. De esta época son La Casa Colorada y La Casa de las Monjas.
Al final del Clásico, Chichen-Itza, sé vera dominada por un importante grupo de filiación Tolteca, proveniente del altiplano mexicano, y comenzara una nueva fase Maya-Tolteca, a partir del año 969 y con los que inicia una nueva etapa convirtiéndola en la capital regional, correspondiente al periodo postclásico. Para otros autores esta consecuencia de la conquista se debe a los Itzaes, mayas mexicanozados o potunes, para otros esta invasión es más tardía, pero ambos casos eran pueblos militaristas. En este periodo se construirán sus edificios más conocidos: El Castillo, El templo de los guerreros, El Templo de los tigres, El Tzomplantli o muro de los cráneos, El juego de Pelota.
Al Castillo se llega por un abrupto recorrido, y desde allí irradian las ruinas de Chichén de forma circular. Al Este está el mercado, al norte un grandioso templo, una cancha de tenis, quizá el mejor ejemplo de esta clase en todo el Yucatán, mientras que al oeste se levanta el convento y el Chichan-Chob o prisión. Con relación a Chichén-Itzá, Cogolludo cuenta que un rey de Chichén llamado Canek se enamoró platónicamente de una joven princesa, quien, o bien porque no le correspondía o bien por obligación de obedecer a un mandamiento paterno, se casó con un cacique yucateca de mayor poder. El desdeñado amante, incapaz de soportar su derrota y movido por amor y despecho, reunió a sus sirvientes y atacó a su triunfal rival. Entonces la alegría de la fiesta se tomó en estrepitosa guerra, y en medio de la confusión el príncipe de Chichén desapareció llevándose a la hermosa novia. Pero consciente de que su poder era menor que el de su rival, y temeroso de su venganza, huyó del país con la mayoría de sus vasallos. Es un hecho histórico el que los habitantes de Chichén abandonaron su ciudad, pero la razón no se sabe. Pocas cosas sorprenden tanto de la Mesoamerica precolombina como este extraño monumento, bautizado así por los españoles. Los constructores tolteco-mayas de esta pirámide lograron que el más importante de sus dioses, Kukulan-Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, descendiera a la tierra en fechas determinadas con astronómica exactitud.
El convento de Chichén es un edificio de gran belleza de formas y decoración; el friso que está sobre la puerta y la ornamentación de la planta superior llamaba la atención de la mayoría de los escritores. Aquí vivían las mujeres sagradas, la principal de lasa cuales, igual que el prototipo masculino, estaba dedicada a Kukulcan y era tratada con mucha reverencia. La base del edificio está ocupada por ocho grandes figuras, y sobre la puerta se encuentra la representación de un sacerdote con un panache, mientras que la fachada norte estaba coronada por una fila de cabezas gigantescas. Aquí también hay figuras del dios del viento, con prominentes labios, que durante generaciones de anticuarios fueron considerados como cabezas de elefantes ondeando la trompa. El edificio completo es una de las joyas d lea arquitectura centroamericana.
En el Castillo se encontraron bajorrelieves que representan hombres barbados, evidentemente el sacerdote de Quetzalcoatl, él mismo con barba, aunque para unos ojos expertos, parece que la barba es un apéndice falso como los antiguos faraones egipcios.
El Akab-sib (escritura en la oscuridad) es un bajorrelieve encontrado en el dintel de una puerta interior en el extremo del edificio. Representa una figura sentada delante de un jarrón, con el dedo índice extendido, de donde le viene su nombre, pues se supone que la persona representada está escribiendo. La figura está rodeada de inscripciones. En Chichén se encontró una estatua de Tlaloc, el dios de la lluvia o la humedad, e inmensos torsos que representan a Kukulcan. Había también un horrible pozo al que se tiraban los hombres en época de sequía para proporcionar al dios de la lluvia.
El área de Chichen-Itza abarca aproximadamente 3 Km. Es muy probable que el origen del centro se formara por existir una fuente de aguas friáticas al que se da culto al dios de la lluvia, como aparece demostrarlo los innumerables exvotos hallados de los peregrinos, así como los esqueletos humanos pertenecientes a las personas sacrificadas como víctimas.
Sus ruinas aparecen ordenadas en torno a un eje orientado de Norte a Sur que pasa por dos cenotes, o enormes pozos típicamente yucatecos. El conjunto de ruinas de Chichen, bajo la perpetua amenaza del bosque en que se encuentra enclavado, ofrece con sus piedras blancas, rodeadas por el inmenso marco verde, un gran espectáculo.
Las aproximadas 20 construcciones se han conservado, algunas en buen estado, otros restauradas y consolidadas se distribuyen en 3 sectores, con características propias: el sector norte, con predominio del estilo tolteca o militarista; el sector sur, predominio del estilo maya, de finales del periodo clásico; Chichen-Itza, con monumentos de estilo maya-tolteca.
El sector sur los edificios sobresale por su rica decoración en fachada, así la denominada Iglesia, de estilo Puuc, con cresteria volada, el Anexo A unido por el este a la Casa de las Monjas, imitación del estilo chenes, los enormes mascarones cubren íntegramente el entablamento y la fachada. Junto a La Casa Colorada y el Anexo se halla un interesante bajorrelieve que reproduce, en el interior de una cornisa redonda a rayos, un personaje retratado sentado con las piernas cruzadas y la cabeza cubierta pro un adorno de plumas; según una hipótesis posiblemente corresponda a la de un soberano en un trono deificado.
Sobre una elevada plataforma se alza una torre redonda es la llamada Caracol, por una escalera en espiral de su interior, se piensa que fue utilizado para observar el cielo. Es originario de la época tolteca. Puede considerarse un observatorio astronómico, el más interesante del mundo maya. Se trata de un peculiar edificio de planta circular, de dos pisos construido en diversas fases históricas sobre dos grandes plataformas rectangulares superpuestas. Un doble tramo de escaleras permite el acceso al observatorio en sí, cuya planta baja está constituida por dos muros cilíndricos concéntricos, separados por dos corredores circulares cubiertos con una bóveda circular. El muro perimétrico está interrumpido por cuatro puertas, orientadas según los puntos cardinales; a lo largo del muro interior hay otras cuatro que conducen a la cámara central, en cuyo centro se encuentra la angosta escalera de caracol que ha dado su nombre al complejo. En el piso superior se abrían diversas ventanas de las que solo han sobrevivido tres orientadas de tal modo que permitían la observación de los movimientos del planeta Venus y de otros fenómenos astronómicos. El Caracol junto con otros edificios redondos existentes en México, no sólo tenía la función de observatorio, sino también la de templo conectado con el culto de la Serpiente Emplumada.
Chichen-Itza viejo, comprende monumentos de estilo maya y tolteca El Templo de Falo el Grupo de flechas con atlantes toltecas y el reconstruido templo de los Tres Dinteles en un espeso bosque de matorrales. El sector norte, con predominio de estilo tolteca o militarista.
Esta milenaria estructura destaca sobre la inmensa plaza o gran explanada de Chiché-Itzá, la pirámide-templo Kukulkan (El Castillo) dedicado al dios Kukulcán, y su precisión y su situación astronómica aún tienen confusos a los arquitectos e ingenieros de todo el mundo. Está formado por una pirámide de base cuadrada que contiene en su interior otra más antigua, que se remonta a principios del S.XI, de 30 m de altura, y se eleva sobre 9 terrazas sobre una base de 55 m de lado en talud decoradas con elegantes perfiles. Es un edificio relacionado con el ciclo solar anual, porque sus 9 terrazas parecen simbolizar las 9 regiones del mundo subterráneo. Así mismo llena enormes cabezas de serpientes en la parte inferior de las alfardas de sus escaleras. La estructura más reciente presenta cuatro imponentes escalinatas rematadas por cabezas de serpiente, una a cada lado, que permiten el acceso al santuario, cada una esta formada por 91 escalones, un número no causal, porque la suma de todos los escalones, incluido el escalón continuo que ciñe el basamento de la pirámide, equivale a 365 días, es decir, los días del calendario solar. El simbolismo cosmológico de la imponente construcción es evidente.
La Pirámide de Kukulcan era la que pretendía representar el dibujo de Nazca. El jaguar boca abajo inscrito en el dibujo del desierto, las columnas en forma de serpiente situadas a la entrada del pasillo norte del templo, la imagen del mono y de las ballenas; todo parece encajar. En algún puno de aquella ciudad, escondido en el interior de la misma, tenía que haber un pasadizo secreto que condujera a la estructura interna de Kukulcan. La entrada debía hallarse oculta dentro del Cenote Sagrado, una sima tallada por la naturaleza que se encuentra al norte de la Pirámide.
El Juego de Pelota, el mayor de toda Mesoamerica. Construido en forma de una enorme I, el recinto tiene más de 60 m de largo por 70 m de ancho y se encuentra cerrado por todos sus lados, incluidos por dos muros divisorios del centro, que tienen una altura de tres pisos. Apenas al norte de esa estructura se eleva Tzompautli, una amplia plataforma llena de relieves de enormes cráneos y coronado por cuerpos de serpientes. A su derecha se distingue un vasto cuadrado, el Complejo de Guerrero. Los restos de lo que fue un palacio y un mercado, cuyos límites están parcialmente encerrados por centenares de columnas independiente.
El muro este de la cancha está formado por una estructura de tres pisos conocida como Templo de los Jaguares, y consta de una entrada con columnas esculpidas en forma de serpiente emplumadas y con magníficos bajorrelieves. Por un lado el templo se abre directamente a la plaza del Castillo, frente al templo de los Guerreros, mientras en la parte superior da al terreno de juego. La estructura que se eleva junto al límite norte de la cancha se llama Templo del Hombre Barbudo. La fachada de estos dos muros verticales contiene grabados del gran Kukulcan saliendo de las fauces de una serpiente emplumada. En otras escenas se ve a Kukulcan muerto, vestido con una túnica, siendo engullido por una serpiente de dos cabezas.
Sobre las caras de los muros este y oeste hay unos aros de piedra colocados en posición vertical, como si fueran canastas de baloncesto puestas de costado. Inventado por los olmecas, el ritual ceremonial conocido como Juego de Pelota pretendía simbolizar la batalla épica entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal.
El campo de juego está limitado por dos muros de 8 m de altura en los cuales están fijos los dos anillos de piedra, a los pies de los muros están el espacio para los espectadores. Había dos equipos de siete guerreros, que competían entre sí intentando lanzar un balón colocado en vertical sirviéndose tan sólo de los codos, las caderas o las rodillas. La resolución del encuentro era sencilla, y la motivación de los más pura, los ganadores eran recompensados y los perdedores decapitados.
Es la más grande construcción de todo el Yucatán al igual que ocurre con la Pirámide de Kukulcan, es una construcción que se encuentra cuidadosamente alineada en los cielos, en este caso con la galaxia de la Vía Láctea. En la medianoche de todos los solsticios de junio, el eje largo de esta cancha se orienta al punto en que la Vía Láctea toca el horizonte, y de hechos se convierte en un reflejo exacto de la franja oscura de la misma.
El significado astronómico de este increíble diseño no puede exagerarse, ya que la franja oscura de la Vía Láctea es uno de los símbolos más importantes de la cultura maya. Según el Popol Vuh, el libro maya de la creación, dicha franja oscura es el Camino que lleva al Mundo Inferior o Xibalba.
En 1983 un equipo de arqueólogos mexicanos, se dirigieron al Gran Juego de Pelota en busca de un objeto conocido como el marcado del entro, una piedra ornamental que se ha encontrado enterrado en el lugar que señala el centro de otros muchos juegos de pelota de Mesoamerica. Aquel objeto era de jade en vez de roca, estaba hueco y tenía el tamaño de una lata de café. Presentaba un mango en forma de una cuchilla de obsidiana que sobresalía de u o de los extremos, como si fuera una espada incrustada en la piedra, semejante a la del rey Arturo. Pese a los numerosos intentos por arrancarla, la espada siguió fuertemente encajada. Adornando los lados de aquel objeto de jade había unas imágenes simbólicas de la eclíptica y de la franja oscura. En la base se veía la cara de un gran guerrero maya pintada con todo detalle.
El Templo de los Guerreros rodeado de columnas, se levanta junto al lado Este del Castillo. Su magnifico porte le viene especialmente de las columnas que en su parte baja corresponde a desaparecidas salas hipostilas, junto a unas plataformas altas menores y columnatas periféricas. Esta dedicado al dios Kukulcán, venerado aquí bajo el aspecto de Venus la estrella matutina.
Delante del templo se alzan 60 pilares, cada una de sus caras ha sido trabajada como una estela con guerreros magníficamente ataviados. Una pirámide de 40m de lado en 4 terrazas, sobre una altura de casi 12m servía de base al desaparecido templo, del cual dos pilastras en forma de serpiente emplumada con sus fauces abiertas y sirviendo su cola de soporte, sujetarían el desaparecido dintel. Hoy ante ella está colocada una estatua de Chaac-Mol, que parece una portaestandarte. Al templo superior se accede mediante una larga escalinata, dominada en la cima por la colosal estatua impresionante de Chac Mool. El Grupo de las Mil Columnas contiguo es lo que queda de grandiosos salones hipóstilos que flanqueaban el templo. Las columnas de piedra, d fuste circular o cuadrado, sostenía con toda probabilidad un techo plano, según la costumbre tolteca de clara derivación mejicana.
A la estructura piramidal típicamente maya se añaden elementos nuevos, formados por columnatas de sorprendente ligereza y elementos iconográficos relativos a las órdenes militares y al culto de la Serpiente Emplumada. El Grupo de las Mil Columnas está articulado alrededor de una serie de espacios claramente delimitados, cada uno de los cuales reviste una función precisa, un Juego de Pelota, una gran plaza trapezoide y una zona destinada a mercado.
Entre el templo de los Guerreros y el Castillo, hay también un tzompantli, un zócalo con calaveras humanas de 60m de longitud, con buenos relieves en sus laterales aunque con poco acuse en su técnica de realización.
Una avenida pavimentada que sale del Castillo en dirección Norte, de unos 300m conduce al Cenote o pozo de los sacrificios.
Es un pozo natural, de forma circular de más de 60 m de diámetro y en su fondo un agua verde y densa. A su alrededor quedarían ruinas de pequeñas edificaciones, casi cuadradas realizadas en cantería. Este Cenote tuvo, sin embargo, en su época, una enorme importancia, unida a la plegaría por la lluvia y la fecundidad. Más importante aún era la posible conexión entre le Cenote y el dibujo de la Pirámide de Nazca. Vista desde arriba las paredes escalonadas y circulares del pozo sagrado bien podrían interpretarse como una serie de círculos concéntricos. Las cabezas de serpientes mayas, situadas en la base norte de la Pirámide de Kukulcan, apuntan directamente al pozo.
El sistema socio-político fuertemente militarizado de la sociedad tolteca, cuyo ejército estaba fundado sobre las órdenes del jaguar, águilas y Coyote, aparece manifestado en múltiples expresiones artísticas en Chichén Itzá, un ejemplo lo constituyen los bajorrelieves que representan águilas y jaguares en el acto de devorar corazones humanos y otros donde guerreros triunfantes exponen los cráneos de las víctimas decapitadas. A la iconografía vinculada a los antiguos ritos sacrificiales, se superponen pues las nuevas costumbres sanguinarias, típicas de las culturas del altiplano mejicano del Posclásico.
Quetzalcóatl, desciende a la tierra: El Castillo tiene una base cuadrada, cada lado mide 55'3m y su altura es de 24m, posee 9 cuerpos y una escalinata central en cada uno de sus lados. La presencia de la escalinata, de 91 peldaños, parece justificada por una exigencia simbólica. El número de terrazas que tiene es 9, el de los 9 infiernos o 9 regiones del inframundo mesoamericano; por otra parte, el número de los peldaños de las 4 escaleras, sumado al del único escalón de acceso al templo, de un total de 365, los mismos días del año solar.
Se supone que su lado principal es el norte, dado que el centro del templo que la corona tiene su único acceso en esta dirección. El pórtico de este templo lo componen dos columnas en forma de serpiente emplumada; aunque generalmente sostiene que fueron los toltecas quienes introdujeron entre los mayas el culto de Quetzalcóatl, serpiente emplumada, bajo el nombre de Kukulcán, otros autores consideran al segundo padre del primero, al estimar que la civilización maya fue también la primera en establecerse como tal en todo el continente americano.
Kukulcán-Quetzalcóatl, dios benéfico de color blanco y del Occidente, generador de culturas y difusor de una ética contraria a los sacrificios humanos, parece presidir de manera emblemática la pirámide con multitud de símbolos a él atribuidos, entre ellos la enorme cabeza monolítica de serpiente que completa la base de cada alfarda en una de las cuatro escalinatas, al lado norte.
Sus 9 cuerpos, al ser divididos en dos por las escalinatas, hacen que cada lado tenga 18 secciones, que corresponden al número de veintenas o meses del año mesoamericano; todos los cuerpos piramidales están revestidos con piedra labrada; cada cuerpo está adornado con paneles en un número tal que cada lado de la pirámide muestra 52 paneles, al número de años que tiene el ciclo calendarico mesoamericano.
Es una genialidad irrepetible que todo este cúmulo de información técnica se contenga en un sobrio y elegante edificio en el que nada parece faltar y nada sobrar. Por el colmo de la sabiduría arquitectónica estelar se produce en los días de ambos equinoccios, ante una multitud, en la actualidad de indígenas y turistas, perennemente asombrada.
A través de la tarde del primero de esos equinoccios todavía está plenamente iluminada por los rayos solares de alfarda norte que mira al poniente; pero a partir de ese momento van lentamente proyectando su sombra sobre ducha alfarda, en la esquina noroeste de la pirámide, las artistas de los 9 cuerpos que la componen. Son unas peculiares sombras de forma triangular que aparecen en primer lugar en la parte superior de la alfarda; como no llegan a cubrirla por completo, estas sombras delimitan regiones triangulares iluminadas que van apareciendo una a una, de arriba abajo, hasta completar 7 triángulos isósceles y proyectados en la alfarda.
El fenómeno dura varias horas, en el transcurso de las cuales se produce una especie de ondulación luminosa que poco a poco va descendiendo; es así como los 7 triángulos luminosos sobre fondo oscuro van formando el cuerpo de una gran serpiente, cuya longitud alcanza 35m y cuya cabeza no es otra cosa que el gran monolito en forma de cabeza de serpiente que se encuentra en la base de la alfarda. De esta forma se culmina, y se mantiene durante 10 minutos, una serpiente emplumada de luz y piedra.
Pero el sol no se detiene; sigue descendiendo hacia su ocaso, gracias a lo cual el último triángulo luminoso que se formó junto a la cabeza de piedra será el primero en desaparecer, al ser cubierto por la sombra de las aristas. Uno a continuación del otro irán desapareciendo los triángulos luminosos, con lo que se produce el efecto de que al serpiente emplumada se retirase hacia las alturas.
Cuando, finalmente, el último rayo de sol está a punto de hundirse en el horizonte, un destello final alcanzara con exactitud al templo situado en la cima de la pirámide. A partir de entonces, Kukulcán-Quetzalcóatl iniciara, una vez más, su nocturno viaje por los 9 inframundos, momentáneamente vencido por el demonio de la oscuridad.
Número y situación, espacio y movimiento estelar, todo ello está sólidamente imbricado en el universo maya, de manera que si sumamos los 7 triángulos iluminados a las 6 sombras que se intercalan entre ellos se obtiene el número 13, relacionado con la serpiente y de capital importancia para los mayas, tanto ritual como calendarico, pues hace referencia directa a los 13 cielos que se encuentran entre la Tierra y el Paraíso estelar donde habitan los dioses de la luz.
Durante aproximadamente cinco días antes y otros cinco después del equinoccio de primavera (21 de marzo) y del otoño (22 septiembre) se puede seguir un insólito espectáculo al amanecer, y en la fachada opuesta de la Pirámide de Kukulcán. Primero parece cobrar vida la cabeza de la serpiente emplumada por un juego de luces y sombras; luego penetran líneas de sombra muy limitadas pro los rayos de sol a través de todo el cuerpo de la serpiente hasta la plataforma superior; poco después, al desaparecer, el encanto de las sombras, se produce la sensación de que Kukulcán se pierde en el espacio, en medio de la esplendente luminosidad solar.
Dentro del Castillo se ha descrito una pirámide tolteca-maya, con detalles muy bien conservados, como las cámaras de la superestructura que contiene un trono de piedra en forma de jaguar furioso, pintado de rojo, con ojos y motas del cuerpo confeccionado con jade y colmillos hechos de concha. Ante este trono del jaguar se encuentra una de esas enigmáticas figuras, al parecer de procedencia tolteca, llamadas Chacmool que representa a un hombre reclinado, con un extraño caso en la cabeza, que sostiene sobre el vientre una superficie similar a un palto y cuya función es desconocida para nosotros, pese a que algunos autores la hayan imaginado receptora de los corazones de víctimas sacrificadas.
Chichen Itzá es una de las ciudades arqueológicas, de la civilización Maya, más grandes de la Península de Yucatán y recientemente fue seleccionada como una de las Nuevas Maravillas del Mundo. En Templo de Kukulcán, principal estructura de ésta cuidad, los juegos de luces y sombras hacen del equinoccio un momento inolvidable.
Al atardecer de los equinoccios de primavera y otoño, puedes ver en una de las escalinatas de la pirámide la proyección de siete triángulos de luz invertidos, que van apareciendo uno tras otro, simulando el descender de una serpiente. El último rayo de luz se proyecta en la cabeza de la serpiente emplumada, en la base de la escalinata. Miles de personas se unen año con año, en marzo y septiembre, justo en el cambio de estación, para observar éste fabuloso espectáculo. ¡No te pierdas ésta experiencia!
La importancia de este fenómeno en el clima de la Tierra, queda demostrado por el hecho que la mayor parte de las tierras continentales que cruzan las líneas del Trópico, Capricornio y Cáncer, en su extensión alrededor del planeta son desérticas: en América del Sur, los desiertos de Atacama y el Chaco; en Africa el de Kalahari y en Australia los desiertos de Simpson y Gibson. En el hemisferio norte ocurre algo similar, con la zona seca de la Sierra Madre en América Central, el Desierto del Sahara y Arabia en Africa y el Gran Desierto Indio en Asia.
Este aparente subir y bajar del Sol en el cielo, fue motivo de grande preocupaciones para los antiguos, especialmente para los habitantes de las latitudes altas, debido a que las diferencias en la inclinación de los rayos solares que alcanzan cada hemisferio determinan notables cambios estacionales y durante el invierno grandes regiones de la Tierra quedan en virtual oscuridad o con días donde apenas se asoma el Sol sobre el horizonte; fenómenos que casi todos atribuían en ese tiempo a razones divinas. Las antiguas culturas de Europa y del Asia Menor, en el hemisferio norte, realizaban grandes fiestas religiosas en fechas cercanas al Solsticio de Diciembre, ya que en ese momento del año veían que el Sol llegaba a su punto más bajo en su aparente camino hacia el Sur y culminaba la época más fría del año: el invierno. En momentos en que la naturaleza parecía morir, era necesario conseguir que el Sol volviera a subir en el cielo, regresara el calor y la vida despertara nuevamente con la primavera. Estas fiestas solsticiales primitivas son el origen de la mayor celebración religiosa de la civilización occidental: la Navidad.
Por su trascendencia para el clima y la evolución de la vida, la II Región de Antofagasta, bien podría llamarse: "Región del Trópico de Capricornio", de la misma manera que el país Ecuador lleva el nombre del Ecuador de la Tierra. La importancia de los Trópicos en el clima de la Tierra, se demuestra en el hecho que la mayor parte de las tierras atravesadas por las líneas de los Trópicos, de Capricornio y Cáncer, son desérticas en ambos hemisferios.
Se produce el equinoccio de primavera a las 5:44 horas tiempo del centro de México, único día en que la noche y el día igualan su duración, de ahí la palabra equinoccio que significa "días y noches iguales".
Sábado 21 de marzo
La figura del mítico cazador Orión agoniza al oeste del cielo, como un recuerdo del reciente fin del invierno, eventualmente desaparecerá siguiendo al Sol en el cielo y en pocos meses reaparecerá por la mañana.
Domingo 22 de marzo
El planeta Saturno por debajo de la constelación del León sobresale hacia el este poco después de la puesta de Sol, utilizando un telescopio o binoculares ofrece una magnifica vista de sus anillos.
Lunes 23 de marzo
La figura estelar de una inmensa serpiente aparece hacia el este al ocultarse el Sol, se trata de la constelación de la Hidra. Hidra es la más grande de las 88 constelaciones modernas, y fue una de las 48 constelaciones que el famoso astrónomo de la antigüedad Ptolomeo registró. La constelación Hidra aparece como una serpiente retorciéndose, y así aparece en algunos mitos griegos.
La luna se coloca junto al planeta Marte antes del amanecer de este día en una bella conjunción
Miércoles 25 de marzo
En el amanecer Mercurio, una luna menguante, Marte y Júpiter se alinean hacia el este de manera espectacular.
Jueves 26 de marzo
Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo.
Pero, cada una de esas estrellas es un sol, a menudo mucho más brillante y magnífico que la pequeña y cercana a la que denominanos el Sol. Y muchos - quizá la mayoría- de esos soles lejanos tienen planetas circundándolos. Así, casi con seguridad hay suelo suficiente en el firmamento para ofrecer a cada miembro de las especies humanas, desde el primer hombre-mono, su propio mundo particular: cielo... o infierno."
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