HORIZONTES DE REDES NOOSFERICAS

Nada de lo aquí escrito nos pertenece.Si hubiese alguna pertenencia,sería el lazo noetico con el cual se han atado tantas bellas flores de conocimiento que son ofrecidas a la humanidad como un ramillete de noologias...... TOD@ TEXTO/ILUSTRACION ES USAD@ CON FINES DE DIFUNDIR VISIONES SOBRE NUESTRO UNIVERSO Y SUS PENSADORES. SI ALGUIEN SE SIENTE AFECTAD@ POR ELLO, CON SUMA DILIGENCIA RETIRAMOS DE ESTE PORTAL SU APORTE SOBRE EL PARTICULAR EN RAZON DE SU SOLICITUD PERSONAL EN LA EXPLICITUD ESCRITA Y DIRECCIONADA DE SU AFECTACIÓN

sábado, 20 de febrero de 2010

EGIPTO: ¿una colonia atlante?


Thoth

Ishkur como Teshub



Ishkur como Baal. Fra Ras Shamra, 1300-tallet fvt.

Marduk som den babylonske All-gud



Farao Thutmoses III til venstre,

og Marduk som Amon-Ra (t.h.)

EGIPTO: ¿una colonia atlante?


Cada vez se duda menos de la existencia de la Atlántida y de su fulminante desaparición tras un tremendo cataclismo. Según las investigaciones buena parte de los atlántes que se salvaron llegaron a la costa de Marruecos y desde allí se dirigieron a Egipto llevando consigo el recuerdo de su civilización, sus conocimientos y creencias, y dejando abundantes muestras de su paso. Ahora, puede hablarse de un Egipto Atlante, cuya historia y trascendencia merece la pena considerar.

En 1976, Albert Slosman, profesor de matemáticas, doctor en análisis informático y participante en los programas de la NASA para el lanzamiento de los Pioneer sobre Júpiter y Saturno en 1973, 1974 y 1975, publicó en París un libro titulado "El gran cataclismo". En este libro sensacional se relata con todo lujo de detalles un acontecimiento ocurrido hace 12.500 años: el hundimiento de la Atlántida descrito por Platón en Timeo y Critias.

La resonancia del libro de Slosman fue escasa ya que pasó por ser un libro más sobre el tema Atlante (más de 12.000 títulos a lo largo de la Historia) con unas hipótesis curiosas ignoradas por los científicos oficiales. Dos años más tarde salió a la luz "Los supervivientes de la Atlántida", donde se describe la gran migración de los Atlantes desde el continente hundido hasta Egipto con arreglo a una nueva lectura de los textos jeroglíficos, que culminó con la publicación en 1979 de "El libro del más allá de la vida", más conocido como el "Libro de los muertos".



Fotografía submarina de los restos arqueológicos encontrados en las aguas de Japón, y que suponen ser los restos de la legendaria Lemuria.

EL ASOMBROSO ZODIACO DE DÉNDERA

Es muy probable que Albert Slosman acabe siendo reconocido como uno de los más grandes Egiptólogos de todos los tiempos, aunque hasta 1972, año en que pasó cuatro meses en Egipto, no se dio cuenta, de que se le habían abierto unos horizontes absolutamente fantásticos sobre la antigüedad Egipcia.


Ruinas del Templo de Déndera, rescatadas de las arenas del desierto.

De todos los lugares fascinantes de Egipto, Déndera fue el que más le apasionó, por ello se centró en el estudio de su famoso Zodíaco, que fue encontrado por casualidad o CAUSALIDAD durante la campaña Egipcia de Napoleón. Cuando el ejército del sur, al mando del general Desaix, iba en persecución del ejército Mameluco, tanto hombres como animales estaban agotados y el general ordenó un alto para descansar en las arenas del desierto y descargar los camellos. Bajo el peso de una caja de municiones se abrió un hueco en el suelo y ésta se hundió en él. Los soldados se asomaron por el agujero y descubrieron que la caja había caído dentro de una sala casi llena de arena, a la que no tardaron en bajar.

El ejército iba acompañado por una veintena de sabios que entraron tras los soldados y se encontraron con que el techo de aquella cámara era un maravilloso mapa celeste. Acababan de descubrir en el fastuoso templo de Déndera, medio enterrado entre las arenas, su asombroso Zodiaco.

El primer dibujo que se hizo de él, para enviárselo a Napoleón, que estaba en El Cairo, lo realizó el vizconde Denon, que pasó bastantes días y noches en difíciles condiciones de comodidad y de iluminación para reproducirlo. El resultado, no obstante, fue espléndido, casi fotográfico. Más de veinte años después, en 1822, llegaba el planisferio al Museo lmperial de París (Futuro Museo del Louvre) desatando encendidas polémicas entre los sabios.

UNA LOSA DE 60 TONELADAS


Las dimensiones originales de la losa en la que se había esculpido el Zodíaco eran de 3,60 metros de largo Por 2,40 de ancho y un grosor de 90 centímetros, lo que significaba un peso entre 55 y 60 toneladas. Para aligerar el peso, M. Lelorrain, el héroe encargado de desmontarlo y transportarlo a Francia, decidió cortar dos series de líneas en zigzag, que tenía la piedra en su parte más larga, con el fin de cuadrarla. Con esto eliminó el jeroglífico que representaba el gran cataclismo, ya que en la lectura de los jeroglíficos el agua se representa con una línea quebrada; el plural de las aguas son dos líneas; con tres la crecida del Nilo y el diluvio con cinco líneas quebradas. Como el Zodíaco de Déndera está rodeado de ocho líneas, nos encontramos con un Superdiluvio, de ahí la idea de llamarlo "El gran cataclismo".

La campaña de Napoleón en Egipto, puso de moda en Europa todo lo Egipcio y la llegada de la losa esculpida con el Zodíaco produjo una profunda perturbación en las academias de sabios. Durante un periodo de diez años se publicaron 432 estudios entre San Petersburgo, Berlín, Londres y París, los cuales serían comentados en gran parte por Slosman en sus libros.

Hubo tres clanes de grandes sabios en pugna constante. El clan de Cuvier y Monge afirmaba que los relieves y las pinturas del templo eran Griegos y que habían sido datados en el siglo II AC y en consecuencia, no tenían nada de Egipcio. Eran bellas pinturas y nada más.

El equipo de Jean François Champollion decía: "Ustedes no tienen todo en cuenta". Si estas doce constelaciones están sobre el Zodíaco en relación con Sirio, Orión y los planetas, su emplazamiento se establece con referencia a las estaciones Egipcias y no a las Griegas, es decir que la antigüedad hay que datarla en dos mil años antes de Cristo y no en doscientos.

Un tercer clan, el de los astrónomos de Charles Dupuis, replicaba: "Todos ustedes están en un error, porque todas las constelaciones están conducidas por la de Leo, que está sobre una barca. En esa época el Sol estaba en la constelación de Leo, por tanto, es el cielo de hace doce mil años, no dos mil ni doscientos".


El Cardenal Denis-Auguste Affre (1793-1848), Arzobispo de París entre 1840 y 1848.


En escena apareció un cuarto y potente clan representado por el Arzobispo de París, que amenazó con la excomunión a quienes mantuvieran tales tesis. No hay que olvidar que esto tenía lugar en 1.820 y según la Iglesia (el Vaticano), la creación del mundo había tenido lugar cuatro mil años antes de Cristo; Adán, el primer hombre, había aparecido cinco mil años atrás y la Tierra no tenía una antigüedad superior a seis mil años. Así pues, hace sólo ciento setenta y cinco anos que los sabios conocían que el mundo existía desde hacía más de seis mil años pero no podían decirlo por el riesgo que corrían. La tradición estaba establecida y nadie se atrevía a cuestionarla.

Hasta 1.956 la Comisión Bíblica no solicitó un restablecimiento de la verdadera cronología de esta parte del Antiguo Testamento. Sin embargo, en 1.995 todavía se siguen datando los monumentos Egipcios en función de la decisión del Arzobispo de Paris, Monseñor Affre. El año actual corresponde, en cambio, al 5.756 del calendario judío, que arranca, según una tradición, desde la creación del mundo y según otra, de la salida de Abram (que después fue Abraham, hijo de Thera, de Ur). Es curioso que Ur signifique Luz y que el padre de Abraham se llamara como la isla que algunos han asociado a la Atlántida o a una colonia Atlante.

Según afirma Slosman, es posible hablar de sus descubrimientos sobre Déndera porque se dispone de escritos desde cuatro mil, hasta mil años antes de Cristo, en los que se habla de Déndera y sus reconstrucciones, así como lo que entre los años 1.840 y 1.870 opinaron Mariette, Máspero, etcétera. Su mérito ha sido ratificar sus descubrimientos e ir más lejos.

El Zodíaco de Dendera de ángulo recto, una de las creaciones más enigmáticas de los antiguos egipcios.



Pintura que recrea el interior del Templo de Déndera, una vez vaciado de las arenas.

El templo de Déndera, es el templo de la Dama del Cielo y todos los fundamentos de la Astronomía y de la Astrología parten de allí, y así fue a lo largo de sus reconstrucciones, ya que la que actualmente contemplamos es la sexta reconstrucción sobre los únicos cimientos originales, que se remontan a los arquitectos Sucesores de Horus, que fueron los primeros supervivientes llegados a las orillas del Nilo, tras el cataclismo Atlante. Existe un papiro del escriba del faraón Keops a quien se atribuye la construcción de la Gran Pirámide (aunque probablemente sea muy anterior) que se conserva en el Museo de El Cairo, en el que se precisa que, por orden de Khufu (Keops), el Templo de la Dama del Cielo de Déndera será reconstruido por tercera vez, sobre el mismo emplazamiento y según los planos establecidos por los sucesores de Horus, sobre pieles de gacela y salvaguardados en los archivos del Rey.

LOS ARGUMENTOS DE LA FONÉTICA

Otro aspecto fundamental de las investigaciones de Slosman se refiere a la fonética. El punto de partida es el capítulo XVII del Libro de los Muertos, porque a través de él se llega a la Atlántida. En ese libro se habla del Más Allá, pero en este caso se trata del nombre de un país que fue sumergido por la cólera de Dios. Ese país se llamaba AHA MEN PTAH (Amenta para los Griegos; Amenti, en castellano), el Reino de los muertos, pero que en su traducción exacta quiere decir: Primer corazón o corazón primogénito de Ptah. (Según multitud de textos confunde  a ENKI  sumerio como  Ptah que es el Dios Único, el Dios Eterno, el Todopoderoso).



Representación del antropomorfica de ENKI como el Dios Ptah.




Enki como Ea


Enki como Khnum. Fra 1400 fvt.

 

Enki como Ptah. Fra 1300 fvt.

 

Enki como Hephaistos

 

Enki  y sus hijos

 

El hilo conductor que enhebra Déndera y el gran cataclismo, es ese capítulo XVII del LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS, que establece la situación desde los ancestros, y los ancestros son los Faraones, porque Faraón es de nuevo una palabra Griega, que en jeroglífico es PHER AON, PER AHA, lo que significa:

Descendiente del Primogénito y el primogénito es Osiris.

Toda la trama se explica a lo largo de un extenso texto en el que se cuenta, que los primogénitos se encontraban en ese otro país, AHA MEN PTAH, que fue engullido por el Mar. Los supervivientes establecieron ATH KA PTAH, que significa Segundo corazón de Ptah, cuya fonetización Griega es Egyptos. Si según apuntan todos estos datos, hubo un enorme cataclismo que sumergió todo un continente, éste tuvo que ser la Atlántida. Los textos de Platón hablan de ello claramente. Él mismo dijo que fue Solón quién le inspiró. Timeo y Critias, y Solón que vivió siete años en Egipto y aprendió con los sacerdotes de Sais, todo lo referente al continente sumergido, así como en los jeroglíficos, que leía y comprendía.

EL GRAN CATACLISMO QUE SUMERGIÓ LA ATLÁNTIDA

Es preciso tener en cuenta que cataclismos de esta magnitud se han repetido con cierta periodicidad, y remito al lector al magnifico estudio realizado por Juan Bonet, magnífico investigador, que en su libro: El vuelco de la Tierra, editado por la Universidad de Navarra, describe los cuatro vuelcos habidos ya en nuestro planeta y apunta además la posibilidad de un próximo quinto vuelco (vuelcos de aproximadamente 180º grados) con el consiguiente cataclismo.

Todos los vuelcos habidos son asociables a los diversos relatos de diluvios de las distintas leyendas y tradiciones, que siendo muchos pueden reducirse a cuatro, coincidentes en sus características con los cuatro vuelcos mencionados como tambie es explicado por los regitros de los MAYAS y los indios HOPI. Precisamente el último, que coincidió con el final de la última Glaciación (el que originó tal final), fue el que hundió la Atlántida, recogido en la epopeya de Gilgamés y en el diluvio bíblico de Noé.

A este respecto Slosman cuenta, que los sacerdotes que estaban al corriente de lo que iba a ocurrir, habían hecho construir decenas de miles de embarcaciones insumergibles, que llamaban Mancgit y no sólo sirvieron para salvar a una parte de la población, sino que fueron utilizadas también por sus descendientes. Son esas Barcas Sagradas que se encuentran por todas partes, en las que se habían salvado Osiris, Isis y Horus, que los cristianos asocian con la SANTISIMA TRINIDAD.


La sagrada tríada: Horus, Osiris e Isis.


Cuando la Tierra volcó girando 180º sobre el eje hace mas de 12000 años, el movimiento aparente del Sol primero se detuvo y luego el cielo pareció desplomarse. A continuación, el Sol retrocedió en su curso para ponerse por donde había salido, todo ello en un tiempo brevísimo. Después, acompañado de gigantescos terremotos se produjo la gran inmersión y la desaparición del Sol.

Los supervivientes escaparon en todas direcciones, pero una buena parte de ellos se dirigieron hacia lo que había sido hasta entonces, la Tierra de Poniente, que es precisamente lo que significa la palabra MOGHREB, la costa de Marruecos. Desde allí se dirigieron en un largo éxodo hasta el Nilo.

LA TEOLOGÍA ORIGINAL DEL MUNDO

El mencionado capítulo XVII del Libro de los muertos recoge, en realidad, la Teología original del mundo de la cual todas han derivado. Una teología sorprendente porque es absolutamente monoteísta e idéntica al Dios de Abraham y de Moisés. Según Slosman, el Antiguo Testamento no es sino una copia de esta Teología original, en la que se olvida demasiado fácilmente que Moisés era Príncipe de Egipto y por tanto, que había sido elevado a Gran Sacerdote porque estaba destinado a ostentar el cetro.



Moisés, según el escultor renacentista Michelangelo Buonarrotti.

A esto es preciso agregar algo sumamente importante: El resultado de la cuidadosa, documentada y exhaustiva investigación realizada por el escritor Egipcio Ahmed Osman, que concluye que ese Príncipe, de madre Judía, la Reina Tiyi, hija del Visir Susa (el José bíblico) y padre Egipcio, el Rey Amenofis III, fue el Rey Amenofis IV, al que se conoce más como: Akenaton, o el Rey Hereje, porque restablece el culto a un Dios único, Atón y Akenaton es precisamente Moisés.

Para situar adecuadamente esta cuestión es preciso hacer una digresión. El nombre Moshe, Moisés, no significa Salvado de las Aguas, como suele interpretarse sino Nacido de las Aguas, ya que las Aguas, representan siempre la esencia de la vida. Además el mundo de las aguas, simboliza el mundo emocional, lo cual se asocia al amor, entre su padre Egipcio y su madre Judía, de la que él nace, lo que automáticamente lo convierte en Judío indiscutible, porque para el Judaísmo son Judíos los hijos de vientre Judío. (La madre siempre es evidente, pero el padre sólo es presumible).

Este nombre tiene una connotación de suma importancia ya que lo relaciona con los nacidos de las aguas del cataclismo, los primogénitos, descendientes del primogénito (Osiris) y sucesores de Horus en ATH KHA PTAH, en el Segundo Corazón de Ptah. En consecuencia, el nombre Moisés, sirve como pista clara para relacionarlo con su origen regio indicando que no es un príncipe cualquiera. Como tal, además de prepararse para manejar el mundo material, es preparado para manejar el mundo espiritual, ya que el Faraón es Sumo Sacerdote. Y así aprendió, de la primera letra hasta la última, todo el monoteísmo original Egipcio, tal como se enseñaba precisamente en Déndera.

EL HORIZONTE DE ATON


Amenofis IV como Akenatón, adorando al dios Atón representado por un disco solar.

Por otra parte Akenaton no establece, sino que restablece el monoteísmo original con Ptah, el Único, que es lo mismo que representa ATON, y una vez hecho esto, traslada su capital a un lugar del desierto, en el que las montañas forman un arco cuya cuerda es el Nilo y al cual da el nombre de El horizonte de Aton, Akenaton, conocido actualmente como Tell el Amarna.

Pero hace algo más. Traza sobre el territorio Egipcio un gigantesco círculo, de cientos de kilómetros de diámetro, que marca con doce estelas, y en ellas escribe: Estos son los límites de mi Reino. Estos límites son muy inferiores al Imperio real, formado por el Alto y el Bajo Egipto, pero sólo aparentemente porque las estelas representan las doce puertas del Zodíaco, lo que convierte en Reino suyo lo que está Más Allá, el Universo Entero.



Efigie pétrea del Faraón Amenofis IV o Akenatón, ¿quizá fuera el Moisés de la Bíblia?

Akenaton, según los Egiptólogos, es derribado por una revuelta sacerdotal y probablemente asesinado, aunque ni su tumba ni su momia se han encontrado nunca, y su nombre fue borrado de los monumentos; sin embargo hay una estela de El Amarna, en la que figura que simplemente desapareció. Moisés también desaparece de Egipto y reaparece cuarenta años más tarde, para llevarse a un pueblo prácticamente limpio de religión, los Habiru, más Egipcios hebreos que Judíos, como queda muy claro si se lee con atención el principio del Éxodo, a los que conocía bien y a los que transmitió todo el monoteísmo Egipcio y cuanto había aprendido allí, unido a las experiencias y los conocimientos que había adquirido durante cuarenta años con Jetro, sacerdote de Madián, que llegará a ser su suegro.

EL VALOR DE LOS JEROGLÍFICOS

Lo que pocos conocen es que en 1.812 Champollion publicó en Grenoble un libro titulado De la Escritura de los Antiguos Egipcios, en el cual afirma, que la escritura jeroglífica en modo alguno es alfabética, pues representa cosas, no sonidos, y lo mismo afirma de la escritura Hierática a la que considera como Una Taquigrafía Jeroglífica. El propio Champollion lo hizo desaparecer de las librerías con el pretexto de que podía lesionar a las personas piadosas, porque hacía remontar las dinastías Faraónicas al año 5.285 antes de Cristo, es decir, antes del nacimiento oficial de Adán.

Clemente de Alejandría, Padre de la Iglesia del Siglo III, en su Stromatas hace un estudio muy próximo a la realidad de lo que son y representan los diferentes tipos de escritura Egipcia, y el propio Aristóteles, en el Tratado de Filosofía según los Egipcios, se refiere a los jeroglíficos, que es más que probable que conociera perfectamente en su dimensión de lengua sagrada porque escribe: Los Egipcios, habiendo conocido las formas espirituales, se expresaban por una doctrina intelectual superior a los métodos humanos. Grababan estos conceptos sublimes por medio de figuras, tornando las piedras de los muros de sus templos. Las usaban tanto para todas las ciencias, como para todas las artes, con el fin de indicar que el espíritu inmaterial lo había creado todo a partir de los modelos particulares de cada ser.


Y Slosman añade: En todos los tiempos estos jeroglíficos fueron objeto de una consideración respetuosa, porque estas imágenes no podían ser más que portadoras de un mensaje celeste: El de la Ciencia Divina. Su significación simbólica sólo podía ser, sin duda, mística e iniciática. Esto significa, sobre todo, que los jeroglíficos tienen una base ideográfica, altamente espiritual, y que por esta razón la mayoría de los signos no eran comprensibles para el pueblo. Es decir, que existía un lenguaje popular que se leía en voz alta y que por consiguiente era hablado. Fue llamado más tarde lenguaje Demótico. Por tanto, se ha de suponer que el jeroglífico no era más que un lenguaje escrito destinado a la conservación de la Tradición Original.

De hecho, los conflictos en los que se sumergieron los sabios al aplicar a los textos el método de Champollion, fueron enormes, porque además de ser totalmente diferentes las interpretaciones entre unos y otros, generalmente los resultados son incomprensibles. Los griegos llamaron a los jeroglíficos Lengua Sagrada. Podemos entender, que es así, porque los primeros datan de Menes, y cuando los volvemos a encontrar 4.000 años más tarde sobre la Piedra de Rosetta, los signos son absolutamente idénticos. En 4.000 años no se ha cambiado ninguno. Sin embargo, había dos lenguas habladas, el Demótico y el Hierático, que en 500 ó 600 años sufrieron cambios enormes, hasta el extremo de que al cabo de 1.000 años, ya no se comprendían.

Existen cinco diccionarios principales sobre jeroglíficos: Suizo, Belga, dos Franceses y uno Inglés, y en todos ellos no hay dos palabras que sean comparables: Nadie traduce, sino que cada uno interpreta a su manera las imágenes que ve. Los jeroglíficos son iconografías diversas: Pájaros, Animales, Hombres, Mujeres, pero que constituyen una lengua comprensible, real, original, tradicional.

Y si este planteamiento entra en colisión con lo tradicional. ¡Qué se le va a hacer! ¿Qué se le va a hacer?.

Pues, sí se puede hacer: Volver a la humildad de la ciencia carente de Dogmatismos. Abrirse a la verdadera ciencia, que en sí misma, estará siempre abierta a todas las posibilidades. Acaso sea el momento en este tiempo cambiante de conocer el legado, el mensaje, las instrucciones de nuestros antepasados.

EL GRAN CATACLISMO FINAL

Este dibujo aparece en los principales templos Egipcios y su importancia radica en que permite leer sin la aportación de ningún texto escrito la totalidad de la escena primordial del Gran Cataclismo, origen del hundimiento de AHA MEN PTAH, el Edén desaparecido. La triada divina estaba a la cabeza de los evadidos, que se han convertido en supervivientes de la Atlántida, originando gracias a Hor (Horus) una dinastía de Faraones o hijos de Dios.

En primer lugar, se encuentra Nut, la reina virgen, madre de Usir (Osiris). Por haber enviado al mundo al primogénito de Dios, sube al cielo desde donde protege a los hermanos menores. Por esto, se identifica a la reina Nut, con la Vía Láctea. Aquí se la ve con el cuerpo constelado de estrellas, formando un puente entre Oriente y Occidente como El Gran Río Celeste. Desde el oeste, lugar donde tuvo lugar la terrible catástrofe, el mar ha sumergido toda la tierra del inmenso continente y sobre su superficie sólo quedan las Mandjit, embarcaciones insumergibles concebidas para asegurar la supervivencia.

Sobre la barca de la izquierda se encuentra Osiris, con la cabeza vendada. La mitad trasera de un león esta apoyada sobre las vendas, representando el desorden. El trastorno y la ruina que se ha producido durante el paso del Sol, en la constelación de Leo en movimiento retrógrado. Al lado de Osiris está su hijo Horus, representado por el halcón y portador del Sol. Porque, de su supervivencia depende el renacimiento de los evadidos. Como ha sido gravemente herido y apenas tiene un hilo de vida, la Cruz Ansata, Ank, está ensangrentada, lo cual no ocurre con la que lleva Iset (Isis), la madre de Hor y esposa de Usir. Ella lleva sobre la cabeza el alma de los escapados, simbolizada por una pluma verde de avestruz. La Mandjit de la derecha, ha superado las dificultades con la ayuda de un velamen de fortuna. Ha llegado a Oriente, a TA MANA, el lugar del ocaso.



Cartel: 2012 carteles

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lunes, 15 de febrero de 2010

FIESTAS LUPERCALES






 

Las Lupercales se celebraban el 15 de Febrero, mes en que, como señala Dumézil, nos encontramos con el final del invierno y la proximidad de la primavera, del año nuevo en el calendario de diez meses (que se iniciaba en Marzo); en el que encontramos rituales de liquidación y preparación, tomando especial importancia todo aquello concerniente a la purificación. Podemos intentar estructurar el ritual de las Lupercales a partir de las fuentes clásicas.

En primer lugar encontramos un sacrificio ritual en la gruta del Lupercal, situada en el monte Palatino, en la que, según la leyenda de la fundación de Roma, la loba había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo. Las víctimas del sacrificio son cabras (en número indefinido) y también un perro, Ovidio (Fasti II, 361). También se hacían ofrendas de la mola salsa de las vestales, hecha con las primeras espigas del año anterior.

 Plutarco (Romulus, 21,10) relata que, tras el sacrificio de las cabras, dos jóvenes (no se especifica si eran miembros de la cofradía de los Lupercos) se acercaban al altar, y el sacerdote les ungía la frente con el puñal del sacrificio aún manchado con la sangre del animal sacrificado. Seguidamente, los otros participantes les limpiaban la sangre con un pedazo de lana empapado de leche, momento en el cual los jóvenes debían romper a reír.

Es improbable que el sacerdote encargado de marcar la frente de los jóvenes fuera un flamen Dialis, ya que entre las privaciones a las que este sacerdocio estaba sometido encontramos que "no puede tocar una cabra, ni carne cruda, ni hiedra ni haba, y ni tan siquiera pronunciar su nombre" (Aulo Gelio, Noctes Atticae, X, 15, 12)

Los Lupercos, vestidos rudamente con las pieles de los animales sacrificados, según algunos autores (Justiniano 43, I, 7), o bien desnudos según otros (Ovidio, Fasti II, 267, 300), iniciaban una carrera al rededor del Palatino. Esta carrera imitaría, según Ovidio (Fasti II, 365-380), la de Remo y Rómulo para salvar los toros de este último de los ladrones. Corriendo, los Lupercos blandían las tiras hechas de la piel de los animales sacrificados, prodigando latigazos con ellas a aquellos que encontraban por el camino, pero especialmente a las mujeres, con el fin de asegurar su fertilidad.

Esta flagelación es justificada por Ovidio (Fasti II, 425-452) a través de una historia referente a la esterilidad de las Sabinas, tras ser raptadas por los latinos. La solución enigmática al problema, recibida de la Diosa Juno, " Italidas matres, inquit, sacer hircus inito!" (Que un cabrío sagrado penetre las mujeres de Italia), fue resuelta por un adivino etrusco; quién inmoló un cabrío, cortó la piel a tiras y flageló la espalda de las mujeres, que recuperaron así la fertilidad.

Se habla también de un banquete ritual con la carne de los animales sacrificados, que Valerio Máximo (II, 2,9, en la leyenda de la fundación) sitúa tras el sacrificio, y otros autores tras la carrera.  

FIESTAS LUPERCALES

Cada 15 de febrero se repetía en las faldas del monte Palatino, en la antigua Roma, el sorprendente ritual de las fiestas Lupercales. Esta fiesta estaba dedicada a la exaltación de la fertilidad.

Dos grupos de sacerdotes (luperci) sacrificaban varias cabras, en el interior de la cueva Lupercal, ante dos jóvenes patricios.

Con la sangre de los animales manchaban la frente de los iniciados, que después limpiaban con un mechón de lana de cabra empapado en leche. En ese momento los lupercos soltaban una carcajada ritual.

Tras un festín regado con vino, comenzaba la carrera ritual alrededor del Palatino. Los lupercos, desnudos, agitaban látigos trenzados con lana de cabra y azotaban a cuantos salían a su encuentro, en especial mujeres, para concederles fecundidad.

Según Ovidio (poeta romano), el ritual procedería del tiempo en que Rómulo se apoderó de las sabinas. Los dioses, ofendidos por el rapto, castigaron a los romanos con la esterilidad de sus esposas.

La maldición cesó cuando un adivino inmoló un macho cabrio y golpeó a las jóvenes con las correas, hechas de la piel del animal. El pueblo quedó "februatus", que en lengua sabina significa "purificado". Februarius era el "mes de la purificación". Februum es la palabra que recibieron ya los romanos de los sabinos. Con este nombre (en plural, februa) designaban los sistemas de purificación y las lustraciones, y por extensión las ceremonias religiosas destinadas a expiar los pecados, con los respectivos sacrificios expiatorios.

Las Lupercalia eran unas fiestas en las que se propiciaba la exaltación de la fertilidad. Se celebran desde tiempos inmemoriales, no sabemos cuál es su origen ni el dios al que se dedicaban. El día quince de Febrero dos grupos de jóvenes, los Luperci, subían a una pequeña gruta del monte Palatino llamada Lupercal donde sacrificaban un perro y cabras. Los dos jefes de los luperci se manchaban la frente con la sangre de las víctimas, que después se limpiaban con un paño de lana mojado en leche. Luego corrían por un sendero de piedras que estaba allí desde tiempos remotos. La carrera la realizaban desnudos tapados únicamente con la piel de la cabra sacrificada y azotaban con tiras d piel a todos aquellos que se cruzaban en su camino, especialmente a las mujeres. El clima era de desenfreno y frenesí. Algunos personajes importantes posteriores se avergonzaban de conocer a personas participantes en este tipo de fiestas, que eran a su entender inmorales, Este es el caso de Cicerón.

 

Todas las culturas han ritualizado con especial cuidado la necesidad de limpieza, que ha tenido además las dos vertientes: la puramente física y la anímica. Las lustraciones, que se distinguían en ordinarias y extraordinarias (las que se celebraban cada cinco años, son las que dieron nombre al lustro), el bautismo, las aspersiones con agua bendita en nuestra cultura, y con la sangre de las víctimas en otras, son ritos de purificación (que así es como se llama propiamente la fiesta de la Candelaria).

En la cultura romana el mes de febrero era el februarius, el mes dedicado a la limpieza general del año: en este mes se realizaba la poda de los árboles, no sólo como necesidad agrícola, sino también como rito; se limpiaban a fondo los establos; se limpiaban los campos (arva) y para dar solemnidad ritual a esta fase tan importante de las labores agrícolas, se hacía una solemne procesión por todos ellos en el contexto de las Lupercales y se celebraban las fiestas llamadas ambarvalias. Para las ciudades se instituyó una réplica denominada amburbium. El día en que se celebraba esta procesión se llamaba februatus dies.

En tiempos, la divinidad que presidía estos ritos era masculina, y se llamaba Februarius (el mismo nombre del mes) y eran los sacerdotes lupercos los que presidían la procesión lustral, cubiertos sus hombros con un vellón. Estos ritos tenían una clara conexión con la fecundidad. De hecho Ovidio los relaciona con las Feriae sementinae de enero, las fiestas de la siembra, que tienen su prolongación en febrero. 

Acaso sea una simple casualidad, pero resulta que después de haber luchado el papa Gelasio I (492-496) y sus antecesores por extirpar las lupercales de las costumbres del pueblo, acabó por crear en las mismas fechas (la iglesia romana, el 2 de febrero; la griega, el 14; las lupercales, el 15) la fiesta de la purificación.

Más sorprendente aún es que el emperador Justiniano I introdujera esta fiesta en el imperio de Oriente el año 542 tras una peste que después de asolar Egipto y Constantinopla, amenazaba el resto del imperio. El sentido de purificación y expiación que informaba las lupercales, debía formar parte, con toda probabilidad, del sentido de esta nueva fiesta cristiana. La limpieza física y la de costumbres habían de formar parte de los ritos: para estar bien garantizadas.  

 

romulo-y-remo.jpg

Rómulo y Remo amamantados por Luperca

Según la tradición romana, Rómulo (771 a.C. - 717 a.C.) fue el fundador de la ciudad de Roma, conjuntamente con su hermano Remo (771 a.C. - 753 a.C.). Éstos eran hijos de Rea Silvia y de Marte, el Dios de la Guerra.

Eneas al huir de Troya, recibió la misión de fundar una nueva ciudad, que iba a ser como una segunda Troya. Para ello, después de sufrir multitud de vicisitudes y vencer a muchos enemigos, encontró un lugar cercano al río Tíber, en el centro de la península Itálica, y allí fundó la ciudad, a la que llamó con el nombre de su segunda esposa, Lavinia. Eneas había enviudado aquel mismo día de la destrucción de Troya por los Griegos. El hijo de Eneas y de su primera mujer, se llamaba Iulo. Cuando se hizo mayor se marchó de la ciudad de su padre y fundó otra ciudad, Alba Longa, al sur del río Tíber.

 

La leyenda que los historiadores griegos y romanos transmitieron acerca de los orígenes legendarios de Roma sirvió de inspiración al poeta romano Virgilio para componer un poema épico denominado Eneida. Según esta leyenda, relatada por Virgilio, el héroe Eneas, hijo del mortal Anquises y de la diosa Venus habría sobrevivido a la destrucción de Troya por parte de los griegos. Eneas escapó de Troya con su familia: su anciano padre, Anquises, su esposa Creúsa y su hijo, llamado Ascanio o Julo. Se embarcó con todos los troyanos que en su fuga pudo reunir y navegó rumbo a Hesperia (las tierras de occidente) por el Mediterráneo hasta recalar finalmente, después un largo viaje errático, en las costas del Lacio, en Italia. En su viaje había perdido a su esposa y a su padre. Busto de Eneas, Museo de la Civlización Romana, RomaEneas, junto con su hijo, y los troyanos que los acompañaban recibieron la hospitalidad de Latino, rey de los aborígenes, habitantes de aquella región, y héroe epónimo que sería de los latinos. Este rey había recibido en sueños un aviso divino para que sellara una alianza con los recién llegados. Como muestra de buena voluntad hacia Eneas, Latino le promete en matrimonio a su hija Lavinia. La ciudad que después fundó Eneas recibió el nombre de Lavinium, en honor de su propia esposa.

A la muerte de Eneas reinó en Alba Longa su hijo Ascanio, al que sucedió Silvio, sobrenombre de todos los reyes de esta ciudad :  Latino Silvio, Alba, Atis, Capis, Cápeto, Tiberino, Agripa, Rómulo Silvio, Aventino, Proca y Numitor, abuelo de Rómulo y Remo. Entre la destrucción de Troya y la fundación legendaria de Roma mediaban 400 años que se rellenaron a partir de Eneas con la dinastía Silvia..

La leyenda comienza propiamente con el rey Proca, que engendró a dos hijos, Numitor y Amulio. El reino le correspondía por derecho a Numitor, pero su hermano, llevado por el deseo de poder, le destronó.  Al cabo de los años correspondió el gobierno de la ciudad al hijo primogénito  Numitor. pero su hermano pequeño, Amulio, no sólo no lo aceptó, sino que lo cogió prisionero y se quedó solo con el reino.

La leyenda cuenta que Numitor junto con Amulio eran reyes de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Amulio destronó a Numitor y mandó matar a todos sus hijos, salvo a su hija Rea Silvia, a quien obligó a dedicarse al culto de Vesta, para así mantenerla virgen.  Amulio temió que si ésta llegaba a tener descendencia, sus hijos le disputaran el trono, y por este motivo procuró que no los tuviera. El mejor medio de evitar la descendencia para una mujer era dedicarla a mantener vivo el fuego del hogar en el templo de las Vestales, que era una especie de convento. Las Vestales, que eran las sacerdotisas de la diosa Vesta, la diosa protectora del hogar, no se podían casar ni tener hijos durante treinta años, so pena de un severo castigo.

Grabado con una escena del culto de VestaFile:'Mars and the Vestal Virgin', oil on canvas painting by Jacques Blanchard, ca. 1630, Art Gallery of New South Wales.jpgFile:Rubens - Mars et Rhea Silvia.jpg

Marte avanza hacia Rea Silvia 

Rev. de un as de Antonino Pío

Mas, al cabo de no mucho tiempo se descubrió Una noche que se encontraba  Rea Silvia durmiendo a orillas de un río, el Dios Marte la avistó y se quedó prendado de ella, poseyéndola y dejándola encinta.  

Como consecuencia, tuvo dos gemelos a quienes llamó Rómulo y Remo. El rey, al enterarse, no la mandó matar, sino que dejó que diera a luz, pero luego ordenó que los colocaran en una cesta en el río Tiber para así ahogarlos.

Esta cesta embarrancó y ambos pequeños fueron amamantados por una loba, llamada Luperca, luego recogidos por un pastor, Fáustulo y cuidados por su mujer.  Por casualidad entonces el río estaba crecido, y por casualidad, al bajar las aguas, los gemelos quedaron en seco. Lógicamente tenían hambre, y por casualidad una loba que iba a beber al río, les oyó llorar, y se desvió hasta llegar a ellos y les dio de mamar. Por casualidad, así los encontró el jefe de los pastores del rey, llamado Fáustulo, que se los llevó y se los entregó a su esposa Larentia para que los criara. Hay quien dice que Larentia era una prostituta a la que los pastores llamaban "la Loba". Se decía que fueron criados en el centro de Lacio, en Gabio más precisamente.

File:Rhea Sylvia.jpg

Al crecer, Rómulo y Remo se dedicaron al robo hasta que en una ocasión atacaron a unos pastores de Amulio. Remo fue apresado en el ataque y conducido hasta Amulio. Fue entonces cuando Faústulo decidió contar a Rómulo la historia de sus orígenes. Enterado Rómulo de su linaje real, fue a rescatar a Remo, asesinó a Amulio y colocó en el trono a su abuelo Numitor.

 

 

 

Rómulo y Remo decidieron fundar su propia ciudad en el lugar en que habían sido recogidos por la loba, pero entre ambos surgió una disputa acerca de la localización exacta.   La primera dificultad se originó porque querían mandar los dos, Rómulo y Remo, y no había manera de saber quién era el mayor, ya que eran gemelos. La solución la buscaron en los dioses: harían sacrificios a las divinidades protectoras del lugar. Ellas, por medio de señales que indicaran su voluntad ("augurios") designarían a uno de los dos como rey, y éste habría de dar su nombre a la nueva ciudad. Para recibir los augurios de los dioses, Rómulo eligió la colina del Palatino, mientras que Remo se colocó en la del Aventino, más al este y más cerca del río. Se cuenta que la señal se le apareció primero a Remo, ya que por su lado vinieron seis buitres. En el momento en que iban a anunciar que ya había ganado Remo, por la parte de Rómulo vinieron doce buitres, lo que hizo que sus partidarios lo tuvieran como una señal más importante. Ninguno de los dos dio su brazo a torcer, porque los dos se creían señalados por los dioses: Remo, porque había sido el primero en ver los pájaros; Rómulo, porque había visto el doble. Lo que comenzó con una simple discusión fue subiendo de tono hasta que los partidarios de uno y otro vinieron a las manos. En la pelea Remo fue golpeado y murió, pero la tradición cuenta esta muerte de una forma más épica.

Rómulo demarca el área de Roma

Rómulo se creyó que había ganado y comenzó a realizar los ritos propios de la fundación de la ciudad: con un arado tirado por un caballo y un buey blancos hizo un surco que delimitaba la extensión de la ciudad. Éste era un rito propio de los Etruscos; por eso se dice que tal vez Rómulo y Remo eran de ese pueblo. A continuación empezó a levantar los muros que iban a rodear el Septimontium, o sea, las siete colinas de Roma. El lugar elegido para fundar la ciudad de Roma era el mejor. Estaba en un cruce de caminos: al lado del río Tíber, por donde se comunicaba con el interior, y en el centro de la península italiana, paso obligado para los que querían dirigirse hacia el sur. Además, al estar en siete colinas, estaba defendida de los posibles ataques de los otros pueblos. Las siete colinas de Roma son las siguientes: Capitolio, Aventino, Quirinal, Viminal, Celio, Palatino y Esquilino. La más alta de todas es la del Quirinal, que se levanta 69 metros sobre la llanura. Apenas levantaban las murallas unos palmos del suelo, cuando Remo tuvo la osadía de burlarse de su hermano y de la ciudad que estaba construyendo, y para demostrar que el motivo de su burla era real, saltó de un brinco las nuevas murallas.  Rómulo afirmaba haber recibido una señal de los dioses que señalaba el emplazamiento en la colina Palatina, mientras que Remo se empeñó en demostrar la debilidad de las defensas saltando sobre el foso, acto que fue considerado sacrílego por Rómulo y por ello mató a su hermano Remo pasando a convertirse en el único rey de la nueva ciudad. Esto ocurrió un 21 de abril del año 1 de la fundación de Roma ("ab Vrbe condita"  <a.V.c>), que corresponde con el año 753 a.n.e.

El problema más inmediato de Rómulo era la mano de obra para poblar Roma. Para atraerla estableció un refugio en el que podían residir con impunidad malhechores y proscritos de toda Italia. Para encontrar suficientes mujeres, invitó a las tribus sabinas de los alrededores a una ceremonia religiosa conjunta en mitad de la cual los romanos raptaron a las mujeres jóvenes.

El rapto de las Sabinas (David)

En respuesta, Tito Tacio, rey de los sabinos, declaró la guerra a Roma, e invadió las defensas romanas hasta llegar a la colina Capitolina.  En este lugar se dio el encuentro de los que bajaban de la ciudadela con las tropas de Rómulo. Parecía que la batalla se inclinaba del lado de los Romanos. En ese momento hicieron su aparición las Sabinas, por cuyo rapto se había originado la guerra. Se presentaron con los cabellos revueltos, con las ropas rotas, en medio de la batalla sin temer las flechas que volaban en su derredor.   -"¿Qué estáis haciendo? ¿Queréis que nos quedemos sin padres y sin maridos el mismo día? ¿Queréis que nuestros hijos vivan sin padres ni abuelos? Porque nuestros hijos son hijos de Romanos, pero nietos de Sabinos. Si os avergonzáis de que nos hayamos casado con los Romanos, nosotras somos las culpables. Matadnos, porque preferimos morir a quedarnos viudas y huérfanas al mismo tiempo."

Se hizo un repentino silencio, porque el discurso de las mujeres les había convencido. Hicieron alianzas y se hermanaron los dos pueblos, con dos reyes: el romano, Rómulo, y el sabino, Tito Tacio. Pero la sede del gobierno iba a ser Roma. Se dividió la población en 30 curias a las que dieron el nombre de las mujeres sabinas que habían parado la guerra., pero las mujeres sabinas, ahora convertidas en esposas romanas intercedieron para que cesase la guerra y se llegó a un acuerdo por el cual Tito reinó cojuntamente con Rómulo hasta su muerte.

Rómulo reinó durante 38 años hasta que un día desapareció de forma sobrenatural. Un día que había ido al Campo de Marte se levantó inesperadamente una tormenta. Se hizo tal oscuridad que la gente huyó despavorida. Y cuando retornaron, Rómulo había desaparecido misteriosamente. A Rómulo le sucedió Numa Pompilius, quien, según Plutarco, era un sabino que había estado casado con la hija de un amigo íntimo de Rómulo.

 

 






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virgilio

domingo, 7 de febrero de 2010

sobre codigos solares....luego del AÑO ASTROFISICO 2009


2012

"¿Quieres ser el responsable de la completa extinción de la raza humana? ¿Podrás llevar esa carga?"

Conocimiento perdido y códigos redescubiertos


. El cálculo del ciclo magnético de las manchas solares no es sencillo y requiere conocimientos específicos acerca del movimiento de la Tierra alrededor del Sol, nociones de matemática integral y medición exacta del tiempo; lo extraño es que los antiguos científicos poseían todas estas habilidades, pero debían mantenerlas en secreto.
Sólo los sacerdotes iniciados en los textos sagrados poseían ese saber; para los otros, todo estaba envuelto en misterio. Detrás de cada número o carácter se oculta un código determinado, cuya interpretación requiere extrema paciencia y tenacidad. Sin esas cualidades no se podrán descifrar los importantes mensajes codificados, dada su complejidad.

 

Por otra parte, es interesante saber que siempre trabajaban con los mismos "números sagrados".

"Continúa intentando", parece ser el mensaje.

Mientras no poseamos los datos del Laberinto, ésta es la única forma de encontrar las respuestas. Si volvemos a calcular y efectuamos otros cálculos matemáticos sobre el ciclo de las manchas solares, encontraremos muchos mensajes codificados muy interesantes.

 

Divida el ciclo teórico de las manchas solares  por los períodos de giro de los campos magnéticos del Sol; de esa manera encontrará el número de ciclos que atraviesan los campos magnéticos en un ciclo de 68.302 días o 187 años:

68.302 + 26 = 2.627 68.302 + 37= 1.846

Al restar estas cifras, se encuentra el número de veces que el campo ecuatorial se pone a la par del campo polar:

2.627 - 1.846 = 781.


Para calcular el momento en que un campo se pone a la par de otro, realice el siguiente cálculo sencillo:

2.627 + 781 =3,36363636 1.846 + 781 =2,36363636

La explicación es la siguiente: cuando el campo polar ha dado 2,3636 giros, el campo ecuatorial se coloca a la par.

 

Éste ha descrito un círculo completo más, o 360 grados. Esto se produce exactamente después de 87,4545 días, y coincide con el ciclo calculado . Resulta sorprendente que en ambos campos se produzca el número infinito periodico 0,36363636.

 

Aquí se encuentra el origen de los 360 grados del circulo sumerio:

  1. Cuando aprendí matemáticas no entendía por qué un círculo consiste en 360 grados y no 100. Al observar estas cifras, la propiedad se hizo clara: ¡ya que se origina en el cálculo del ciclo de las manchas solares!
     

  2. Otra decodificación explicaba que los antiguos egipcios y los mayas calcularon la diferencia entre los grados que los campos recorrían (360) y la emplearon en el ciclo de precesión, que duró 25.920 años -año cosmico- (25.920 = 72 x 360). ¡Esto prueba sin vacilar el origen de los 360 grados!
     

  3. Después de un ciclo de 87,4545 días se produce una diferencia de 360 grados. Ocho de esos ciclos forman un "mini ciclo". Un miniciclo da como resultado el siguiente número de grados: 360 x 8 = 2.880.

     

    Esta cifra aparece en diferentes cálculos y es una parte esencial de los mismos. Aquí encontrará el origen de este número.

     

    Empleando el valor de los tiempos respectivos entre los cataclismos precedentes y con la ayuda del número 2;880, ¡es posible calcular el ciclo sótico!
     

  4. Más adelante, la serie  0,3636363636 aparece varias veces en el Códice Dresden y se convertirá en un número de código crucial de Venus. También resulta que esta cifra se relaciona con cálculos aún más complejos.

     

    Números de código multiplicados por 36 dan nuevas combinaciones que conducen a más revelaciones del Códice Dresden y del zodíaco egipcio.

Teoría del sacudimiento de la Tierra

Los astrónomos y los físicos todavía no cuentan con una explicación para el ciclo de las manchas solares, pero los sacerdotes que estudiaron las "combinaciones matemáticas celestes" descubrieron algunos fenómenos.
Después de muy largos períodos de observación, se dieron cuenta de que las manchas solares atravesaban el ecuador terrestre en un tiempo promedio de 26 días. Más hacia los polos, el tiempo promedio se alarga. Descubrieron también que el tiempo requerido por las manchas solares para desplazarse de un punto a otro varía con el ciclo. Cuando se produce un mínimo, las manchas se mueven más lentamente por el Sol; por el contrario, durante un máximo, lo hacen más rápido. A partir de sus observaciones, postularon una teoría.

 

El código principal fue redescubierto en 1989 por el investigador Maurice Cotterell, quien empleó números enteros para los campos magnéticos del Sol: 26 días para el ecuatorial y 37 para el polar.

 

A partir de esos números, Cotterell encontró un ciclo magnético de las manchas solares de 68.302 días con relación a la Tierra. Todo esto está descrito en su libro The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]. Empleó diferenciales y un programa de computación al que denominó "diferenciación rotativa". Simplificando un poco, Cotterell usó una comparación, que se basaba en una indicación al azar de los campos magnéticos del Sol y la Tierra con un período intermedio de 87,4545 días.

 

La elección se debió a que los campos polares y ecuatoriales del Sol completan un ciclo común cada 87,4545 días y regresan al punto de partida. Cotterell equiparó cada ciclo común con un bit.


El resultado fue sensacional: había un claro ciclo rítmico en el largísimo impreso de la computadora. Es necesario hacer hincapié en que ¡ningún astrónomo conoce esta teoría! Por eso ninguna persona sobre la Tierra tiene conciencia de los catastróficos efectos de una oscilación completa del campo magnético del Sol. Insisto: ningún científico "oficial" asume la defensa de  esta teoría. Por eso las advertencias de los mayas y de los antiguos egipcios deben ser tomadas con mucha seriedad.
¡El hecho de que estuvieran al tanto de esta teoría es estremecedor!


No existe una fórmula matemática simple para calcular este ciclo. Gracias a papiros de más de cinco mil años de antigüedad, sabemos que los antiguos egipcios fueron capaces de resolver problemas matemáticos extremadamente difíciles;  los mayas debieron haber tenido las mismas capacidades. El siguiente sólo es un ejemplo de un problema difícil que los antiguos egipcios pudieron solucionar: el cálculo del volumen y la superficie de una semiesfera.

 

Este problema aparece en el papiro de Rhind, que se encuentra en Moscú; su antigüedad aproximada se calcula en unos cinco mil años y fue copiado de documentos aún más antiguos. 

 


Figura 34.

Las velocidades de los campos magnéticos del Sol: 26 días en el ecuador y 37 en los polos.

 

Ésta es una prueba muy importante de que los antiguos egipcios sabían mucho más de lo que los egiptólogos están dispuestos a admitir. Más aún, gracias al desciframiento del Códice Dresden y del zodíaco astronómico egipcio, hay evidencias de que tanto los egipcios como los mayas conocían la teoría del ciclo magnético de las manchas solares.

 

Esto es clara prueba de que pudieron llevar a cabo la tarea, incontrastable demostración de que ambos tenían un origen similar y de que fueron brillantes matemáticos y astrónomos, superiores por lejos a los científicos contemporáneos. Un ejemplo de ello es el hecho de que el campo polar del Sol es invisible desde la Tierra y sólo los satélites que orbitan alrededor del Sol pueden registrarlo.

 

El gran misterio es: ¿cómo descubrieron los mayas la velocidad de este campo?


En la vida de ambas civilizaciones, el ciclo magnético de las manchas solares era central y ello no es difícil de creer cuando advertimos que una gigantesca tormenta de Sol, surgida de la culminación de un ciclo de manchas solares, cambiará los campos polares ele la Tierra. La catástrofe resultante matará a miles de millones de personas, tal vez a toda la humanidad, debido a que enormes terremotos destruirán las plantas de energía nuclear y la Tierra se transformará en una gigantesca esfera radioactiva.

 

Estos pensamientos por sí solos deberían hacernos conscientes de la urgencia de desenterrar el Laberinto, donde todo el conocimiento está sepultado.
Encontrará varios números notables, que no pueden ser ignorados. Antes de comenzar necesitamos recordar que cada campo magnético del Sol posee una velocidad de órbita diferente. En los polos, la rotación es más lenta que en el ecuador: el campo ecuatorial rota sobre su eje en 26 días, y el polar, en 37.

 

Después de 87,4545 días, el campo ecuatorial, más veloz, se pone a la par del campo polar; durante ese período el primero ha viajado 3,363636 círculos, y el segundo, 2,363636. La diferencia es exactamente un círculo o 360 grados.


  Lla Tierra se desplaza 3,33333 segundos en el zodíaco cada año.
Ahora habrá que multiplicar ese número por sí mismo:

3,33333 x 3,33333 =11,11111

Este es el promedio de duración de un ciclo de manchas solares. Cada once años, el ciclo asciende y desciende, va de un punto alto a uno bajo. Una vez más, no se trata de una coincidencia.  Al multiplicar este significativo número por el número de ciclos de rotación de los campos magnéticos solares encontramos los siguientes resultados sorprendentes:

3,363636 x 11,11111 = 37,37373737 2,363636 x 11,11111 = 26,26262626

En realidad, los períodos de las rotaciones vuelven a aparecer, pero en sentido inverso si se comparan con el número de círculos recorridos; hay dos series infinitas de 37 y 26.


Los lectores a los que les gusten las matemáticas advertirán lo siguiente: esto significa que, si uno conoce el período del campo magnético del ecuador, ¡puede calcular la velocidad del campo polar mediante el cuadrado del número de la precesión! Y, por supuesto, podrá hacer lo mismo de la manera inversa.
Es una extraordinaria relación matemática, donde la coincidencia no existe.

 

Esto forma parte de un "Plan Maestro", un programa de computación muy sofisticado, que derrota al software más moderno por su belleza y complejidad. No es posible ignorarlo. Simplemente trate de hacer algo así. Este es su punto de partida: incorporar los dos campos magnéticos del Sol, que son las piedras angulares para edificar el ciclo de las manchas solares, con su período promedio. Si le pidiera esto a un astrónomo, lo miraría con desesperación; no respondería la pregunta y, lo que es peor aún, no podría darle un modelo matemático, ¡porque no conoce las fórmulas que los mayas y los antiguos egipcios sí conocían! Estas series de complejos datos astronómicos son sorprendentes.

 

Prueban sin lugar a duda la inteligencia de quienes crearon aquellas teorías. Del mismo modo en que el descubrimiento de la piedra de Rosetta condujo al nacimiento de la egiptología, esta forma de decodificar provocará una revolución en el conocimiento de la antigüedad. Es un vínculo crucial para la existencia de nuestra civilización. En cierto modo, estos números pertenecen a la numerología esotérica. Como podemos observar, son números esenciales, que se pueden procesar para encontrar unidades básicas, y cuando éstas a su vez se procesen, ¡nos llevarán a los mismos números!


Los números relevantes son una metáfora del desastre catastrófico previamente calculado que asolará a la Tierra. Constituyen el fascinante clímax de una investigación acerca de las causas del corrimiento de los polos, el desplome de los cielos, la destrucción ele la Tierra, los animales y la gente.

 

Reunidos en un simbolismo esencial, su supuesta simplicidad oculta una enorme complejidad mitológica, religiosa, científica y matemática. Pero la cosa no se detiene aquí. Aparentemente, el descubrimiento de que el campo ecuatorial del Sol rota cada 26 días fue sencillo de hacer. Calcular la rotación del campo polar resultó mucho más difícil debido a su invisibilidad desde la Tierra; por esa razón ocultan el código secreto del campo polar en el número de la precesión.

 

La prueba es la siguiente:

11,11111 x 3,3333 = 37.037037037037

No es una coincidencia que aquí encontremos una serie infinita de 37.

 

Una vez más, se pueden descubrir otras relaciones entre el corrimiento del zodíaco y el magnetismo solar. Si lo logramos, obtendremos la prueba ele los anunciados y efectivamente acaecidos hechos que destruyeron la Atlántida y, al mismo tiempo, tendremos más evidencia de lo que va a suceder en el año 2012.

 

Los atlantes no ignoraban que un gigantesco cortocircuito en el Sol produce enormes erupciones. La onda electromagnética generada es tan poderosa que desintegrará el campo magnético de la Tierra. Una vez que esto se produzca, ¡el planeta comenzará a girar en dirección contraria, invirtiendo el orden en que vemos las constelaciones del zodíaco!

 

Con el propósito de describir este acontecimiento, los atlantes buscaron una relación matemática entre ambos fenómenos. Nosotros la revelaremos juntos usando el campo de rotación de los campos magnéticos del Sol: 26 y 37 días. Luego calcularemos el número de grados que cada campo recorre en un día.

 

Al dividir el número de grados de un círculo por esas cifras, obtenemos lo siguiente:

360-26= 13,84615385 360-37= 9,72972970

Dividamos ahora el ciclo de precesión por estos resultados:

25.920 + 13,84615385= 1.872 25.920 + 9,729723730 = 2.664

Observemos estos números con una mirada más atenta. El primero ya es significativo, puesto que 18.720 no sólo es un número muy importante entre los mayas, sino también ¡el período más corto del zodíaco egipcio!

 

  La exactitud de esta sencilla operación aclara todas las dudas pendientes, pero esto no es todo todavía. Posteriormente 2.664 será indicado como un número de código esencial en el Códice Dresden. Dicho de otro modo: podemos recuperar dos números de código maya ¡haciendo un cálculo sencillo con números provenientes del zodíaco egipcio!

 

Esto indica que deben tener el mismo origen. Al profundizar en este descubrimiento, pude decodificar otros datos importantes. La omnipresencia de los números simbólicos usados por los mayas y los egipcios no es fortuita sino que demuestra una extraña pero comprensible similitud. Los números son la síntesis de una civilización superior que se confrontó con el fin de su tiempo, dioses matemáticos que incorporaron inteligentemente sus mitos y sabiduría en una gran idea que se convirtió en una fuente de conocimiento científico perturbadoramente exacto.

 


Hallar la precesión requiere conocer que existen dos puntos en un año donde el día y la noche son iguales: el 20 de marzo y el 22 de septiembre. Las investigaciones indican que los mayas, los preincaincos (caral, nazca, pantagones) y los egipcios lo sabían porque varios templos fueron construidos en el lugar en donde el Sol nacía en el horizonte, al comienzo de la primavera. La solución del enigma que trato de revelar se encuentra allí.

 

El ciclo de precesión es una majestuosa maquinaria de extraordinaria complejidad; por eso el conocimiento del cosmos que poseían tuvo que ser enorme, y el de las matemáticas, asombroso. Sabían que transcurren 72 días antes de que el Sol se corra un grado sobre la eclíptica; y éste es un cálculo notablemente exacto, según los astrónomos contemporáneos. Únicamente una ciencia matemática y astronómica de grado muy avanzado puede generar semejante precisión.

 


  • ¿Era posible que códigos secretos se encontraran ocultos detrás de esos números?

  • ¿Los sabios iniciaron esta codificación en los números encontrados arriba?

  • ¿Habían codificado su tradición de manera tan brillante que únicamente quien estuviera dotado de una perspectiva científica podría reducir la compleja información matemática a un modelo comprensible?

  La intuición era correcta:

1.872 = 72 círculos de 26 días 2.664 = 72 círculos de 37 días

Estoy completamente seguro de que usted se sorprendió al observar el número 72.  Al multiplicarlo por el período de los campos magnéticos solares (polar y ecuatorial), da por resultado los números consignados, los cuales aparecen con tanta frecuencia que resulta imposible ignorarlos. Aquí tropezamos con la esencia y, sin lugar a la más mínima duda, es evidente que los egipcios deliberadamente incorporaron esas cifras en sus cálculos.

 

Un estudio profundo del texto de Albert Slosman sobre la catástrofe precedente da la respuesta a esta apremiante pregunta:

¡Aha-Men-Ptah se corrió 72 grados en el zodíaco después de la hecatombe!

Esta vinculación entrenúmeros básicos del ciclo de las manchas solares y el zodíaco había sido creada con una finalidad, pues ellos son la respuesta matemática (y, por ello, temiblemente realista) a visiones apocalípticas de erupciones volcánicas, enormes terremotos, eras glaciares y olas gigantescas.

"Qué solución brillante, qué lógica de otro mundo".

  ¿Es un mensaje telepático a través de las nieblas del tiempo? .


Restemo el número del ciclo de las manchas solares  a los valores calculados:

1.872 - 1.846 = 26
2.664 - 2.627 = 37

¿Qué hemos encontrado?

 

Una relación directa entre el magnetismo solar y el corrimiento del zodíaco. Se trata de una ciencia extremadamente desarrollada, que excede a la ciencia actual. Detrás de todo existe una mano servicial que trata de advertirnos y los responsables de ello fueron científicos asombrosamente inteligentes. Esta relación no es producto del azar sino que existe un vínculo directo entre los dramáticos períodos de tiempo que se producen en la Tierra.

 

Desde la década del 1970 se sabe que el ciclo de precesión está estrechamente ligado con el comienzo y el fin de las eras glaciares. Los descubrimientos previamente mencionados son la evidencia de que los atlantes tenían un nivel de conocimiento más alto, ¡hace más de doce mil años!

 

Hallaron, al igual que los científicos actuales, que una variedad de causas produjo las eras glaciares y se enfrentaron con ello el 2 de febrero del año 21312 a.C; aquel día, la Tierra giró 72 grados y la Aha-Men-Ptah subtropical ("Primer Corazón de Dios") en pocas horas fue parcialmente cubierta por lo que en ese momento era el Polo Norte, tragedia a la que luego sucedió un maremoto.

 

Los sobrevivientes se reagruparon en la zona del continente que siguió siendo habitable y decidieron crear un centro astronómico, el "Círculo de Oro" y durante miles de años los mejores científicos estudiaron los cielos. En 10,000 a.C, los habitantes de la Atlántida estaban tan seguros de la correlación entre el campo magnético del Sol y los terribles sucesos que mencionamos antes, que decidieron comenzar a planear un éxodo, cuya preparación les llevó doscientos ocho años.


Mayas y egipcios, como descendientes de los legendarios atlantes, predicen una catástrofe similar, pero más violenta aún, para el 21 y 22 de diciembre de 2012.

 

¿Qué calcularon?

 

Después de doce mil años, ¡habrá una inversión gigantesca del campo magnético del Sol!

 

Cuando esto suceda, increíbles llamaradas escaparán de su superficie, cientos de miles de millones de partículas llegarán a los polos terráqueos y los "incendiarán". A causa de la corriente continua de electromagnetismo, el campo magnético de la Tierra se sobrecargará, se generarán fuerzas eléctricas desconocidas; y cuando los polos estén llenos de auroras provenientes de las partículas que caen, lo inevitable va a acontecer: el centro electromagnético más profundo de la Tierra se recargará y estallará.  Y entonces, ¡pum! ¡Se invertirá el campo magnético terrestre y nuestro planeta comenzará a girar en sentido contrario!...  Del mismo modo que una dínamo que empieza a girar en sentido contrario, ¡el Polo Norte se convertirá en el Polo Sur y viceversa! ¡Y nuestra civilización entera será destruida!


  En la Atlántida se descubrieron varias relaciones muy perturbadoras entre el magnetismo solar y el corrimiento del zodíaco. Los científicos modernos saben que el mismo fenómeno pondrá a la Tierra en un terrible riesgo.

 

Por esa razón, ignorar tales mensajes equivale a un suicidio, ya que, si no se toman precauciones urgentes, casi todos morirán en el transcurso de esos acontecimientos y, sobre todo, los sobrevivientes no contarán con computadoras ni máquinas en las cuales confiar para recoger los pedazos y rearmar la vida tal como la conocemos.


Sirio, la Gran Pirámide y el número 27

El Atlas del Universo, de Patrick Moore. dice

 

"Ningún grupo de manchas solares puede ser observado durante más de dos semanas sin un intervalo, porque el Sol gira sobre su eje. En consecuencia, un grupo de manchas se traslada desde un lado del disco solar al límite opuesto, un 'cruce' que en total dura 13,5 días en el ecuador del Sol. Luego, los grupos permanecen invisibles 13,5 días en la parte posterior del Sol, después de lo cual regresan al lugar del que partieron".

Aparentemente aquí hay un error, porque 13,5 x 2 = 27 y no 26.

 

Pero, como la Tierra se mueve alrededor del Sol a una velocidad de 29,8 km por segundo, vista desde nuestro planeta la rotación del Sol sobre su eje parece durar 27 días. ¡Ahí estaba! Al descubrirlo, se avanza un paso hacia la revelación del mayor enigma de la astronomía de la antigüedad: el número 27 estaba oculto en varios cálculos relativos al ciclo de las manchas solares. Si ignoramos esto, sencillamente no podemos imaginar ese número, pero, cuando encontramos el vínculo, con mucha rapidez se produce un estallido de relaciones posibles, simplemente porque ahora estamos un ciento por ciento seguros de que se puede emplear este número para descifrar. Comprenderán mi frustración, pues perdí más de un año intentando comprender esto. *

 


El pasado, pisado, pero detrás de todo esto había un significado. Los antiguos científicos no hicieron estas cosas de manera antojadiza; cada número importante oculta varios datos. Muchos  autores han medido las pirámides y las han reproducido con un software de construcción.  ¡Uno de los ángulos más frecuentes parecía ser de 27 grados!  Sobre esta base, tenía que ser posible recuperar los códigos. Sólo los esenciales, eso estaba claro.

 

Pero ¿dónde debía buscarlos? ... Sirio forma un ángulo de 27 grados con la Estrella Polar (tanta coincidencia no era posible). Sirio, por supuesto, era una estrella sumamente importante para los egipcios y, como el mensaje era decodificar. Tenía que ser algo sencillo. Las pirámides están allí como un homenaje a las víctimas de la catástrofe y debía de haber una relación con esto.

  1. Las pirámides de Gizeh forman un soberbio complejo arqueo-astronómico. Las esquinas son códigos ocultos que conducen a la solución del enigma de la civilización egipcia. Para ello, se necesita conocer el período entre las dos catástrofes y, a partir de allí, se pueden recuperar todos los números egipcios importantes.

  2. Siguiendo un razonamiento lógico es posible calcular una cosa tomando como base otra, lo que demuestra una relación innegable entre los mayas y los egipcios. Conocían el secreto de la Atlántida, como así también su forma de calcular lo que ocurrirá en 2012.

  3. Los números se pueden recuperar de muchas maneras, lo cual prueba la notable brillantez del programa de software que poseían. Las computadoras modernas no habrían podido elaborarlo mejor. Deben haber trabajado mucho tiempo en él.

  4. El ángulo de 27 grados revela una pista oculta que nos conduce a Sirio (estrella enormemente importante para los egipcios). Después de 1.461 años comenzó un nuevo ciclo sótico. El ángulo entre Sirio y la Estrella Polar es de 27 grados. Más aún, Sirio difiere 27 grados en la declinación de su posición real.

  5. Las manchas solares aparecen a 45 grados de latitud del ecuador. En el ecuador las manchas necesitan alrededor de 27 días para hacer un giro completo en torno al Sol. Al final del libro, usted podrá ver que el número 27 aparece muchas más veces.

  6. La decodificación del ciclo de las manchas solares maya es de importancia esencial! Juega un papel principal en muchos cálculos. 

Gracias a este descubrimiento, pudemos develar correlaciones más profundas. Lo que hasta aquí he señalado sobre este número, también se pueda hacer con otro: 576.


Cartel: 2012 carteles