HORIZONTES DE REDES NOOSFERICAS

Nada de lo aquí escrito nos pertenece.Si hubiese alguna pertenencia,sería el lazo noetico con el cual se han atado tantas bellas flores de conocimiento que son ofrecidas a la humanidad como un ramillete de noologias...... TOD@ TEXTO/ILUSTRACION ES USAD@ CON FINES DE DIFUNDIR VISIONES SOBRE NUESTRO UNIVERSO Y SUS PENSADORES. SI ALGUIEN SE SIENTE AFECTAD@ POR ELLO, CON SUMA DILIGENCIA RETIRAMOS DE ESTE PORTAL SU APORTE SOBRE EL PARTICULAR EN RAZON DE SU SOLICITUD PERSONAL EN LA EXPLICITUD ESCRITA Y DIRECCIONADA DE SU AFECTACIÓN

viernes, 21 de septiembre de 2012

equinoccio septiembre 2012... Descenso/ascenso boreal del dios Kukulcán (“serpiente emplumada”).

Equinoccio en Chichén Itzá: La Magia Maya

 
El equinoccio de otoño del hemisferio norte tendrá lugar hoy 22 de septiembre y la zona arqueológica de Chichén Itzá es sin duda uno de los mejores lugares para vivir este fenómeno. En la escalera norte de la Pirámide de Kukulcán el sol proyecta triángulos de luz y sombra formando la imagen de una serpiente emplumada: Es el dios Kukulcán que desciende del cielo.

 El 22 de septiembre tendrá lugar el equinoccio de otoño y El Castillo o Pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá es sin duda uno de los mejores lugares del mundo para vivir este fenómeno. Durante el atardecer se produce un juego de luz y sombra que genera una ilusión óptica: se puede observar con claridad a una serpiente emplumada (representación del dios Kukulcán) descendiendo por las escaleras del templo. En la astrología, hay 12 signos del zodiaco. A cada año, corresponde un periodo de 2160 años en la vida del planeta. Por lo que, si multiplicas 12 x 2160 te da 25920 años. A este período de 25920 años se le conoce como presesión de equinoccios o"Gran año". Y el planeta recorre los 12 signos del zodiaco. Durante la primera mitad de este ciclo de 25920 años es cuandoel nivel de conciencia se expande al máximo. Y en la segunda parte de este ciclo, la conciencia va a decreciendo gradualmente, hasta llegar a su punto máximo de oscuridad, para después pasar a otro nivel de conciencia u otra dimensión.



Chichén Itzá

Chichén Itzá está ubicado en la península de Yucatán, en México. El nombre de Chichén Itzá tiene raíz maya y significa "La boca de los Cenotes del Itzá" "La boca del pozo de los Itzá".

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá: La Magia MayaEn su momento fue un centro ceremonial correspondiente a la Civilización Maya, y tuvo una gran influencia de la Cultura Tolteca, entre otras culturas que la ocuparon, impulsando su desarrollo. Tuvo su mayor florecimiento al final del período Posclásico Temprano (900-1200 d.C.). Hoy Chichén Itzá es una de las zonas arqueológicas más importantes de América.

Los terrenos que ocupa la zona arqueológica incluyen El Castillo o Pirámide de Kukulcán, el Templo de los Guerreros, el Observatorio, el Cenote Sagrado y el Juego de la Pelota.

La zona arqueológica de Chichén Itzá fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988 y fue reconocida como una de las Nuevas Maravillas del Mundo , el 7 de julio de 2007.

El Castillo o Pirámide de Kukulcán

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá: La Magia MayaEl Castillo o Pirámide de Kukulcán es el monumento más impresionante de Chichén Itzá, una obra maestra de la arquitectura maya-tolteca construida en honor al dios Kukulcán ("serpiente emplumada").

El monumento se caracteriza por la grandeza y la perfección de su construcción. Está sostenido por una base cuadrada de 55,5 metros de lado, y contiene nueve cuerpos escalonados y cuatro fachadas ornamentadas con representaciones de serpientes y tigres.

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá: La Magia MayaEl Castillo o Pirámide de Kukulcán es nada menos que un calendario solar en piedra. Cada una de las cuatro escalinatas tienen 91 peldaños que, sumados a los 2 en la entrada del templo superior, equivalen a 366 días.

Su orientación astronómica crea un juego de luz y sombra. Las sombras del Sol de cada día caen sobre ésta como un marcador solar. De esta forma, y según los calendarios mayas, se deduce que el monumento no está dedicado únicamente al dios Kukulkán, sino que se trata además de un reloj que observa la cuenta del tiempo dando particular relevancia a sus ciclos. Existen hipótesis acerca de que esta pirámide podría representar el calendario Maya tallado en la piedra.

Este fenómeno refleja el avance cultural de los mayas, pues su realización significa el amalgamiento de astronomía, matemáticas, cronología, geometría y religión. Hasta el día de hoy, expertos de todo el mundo siguen buscando una explicación a este hecho que parece producto de la magia.

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá

Se denomina equinoccio al fenómeno que sucede cuando el sol está exactamente por encima de la línea del Ecuador. En el equinoccio los días duran lo mismo que las noches en todos los lugares del planeta Tierra (o sea 12 horas y 12 horas), a excepción de los polos. Con cada equinoccio se origina el cambio de estación, y esto sucede en forma contraria en cada hemisferio de la Tierra. Así, cuando en el hemisferio norte comienza el otoño, en el hemisferio sur está comenzando la primavera.

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá: La Magia MayaEn México la zona arqueológica de Chichén Itzá se ha convertido en uno de los mejores lugares para observar esta maravilla de la naturaleza. Al atardecer del día 22 de septiembre, cuando comienza el equinoccio de otoño, se puede observar en la escalera norte del Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá, una proyección solar: la imagen de una serpiente emplumada (representación del dios Kukulcán) descendiendo por las escaleras desde la parte más alta de la pirámide.

El espectáculo se inicia cuando las primeras sombras de los cuerpos superiores de la pirámide comienzan a dibujar triángulos isósceles (siete triángulos de luz invertidos) que conforman el cuerpo de la serpiente emplumada, las que luego avanzan hacia la cabeza en forma de serpiente y se ubican en la parte baja de la alfarda. El séptimo triángulo coincide con la garganta del reptil que está al principio de la alfarda. En ese instante, cuando el último triangulo de sombra toca la base de la alfarda todos los espectadores se ponen de pie y levantan las manos para absorber la energía positiva que emana este fenómeno.

Equinoccio de Otoño en Chichén Itzá: La Magia MayaA medida que el sol se oculta, los triángulos van desapareciendo en orden inverso (de abajo hacia arriba) y así la figura de Kukulcán finalmente desaparece. Todo este proceso que dura aproximadamente 45 minutos, desde su inicio hasta su culminación.

El fenómeno también se puede apreciar unos dos días antes y después del equinoccio, dependiendo del clima. El mismo fenómeno puede vivenciarse el día 21 de marzo, con motivo del equinoccio de primavera.

Equinoccio en Chichén Itzá: La Magia Maya 

Tambien en todo el antiguo Egipto pueden encontrarse ejemplos prácticos que rebelan el conocimiento egipcio de los equinoccios y solsticios. Por ejemplo en el templo que Ramsés II contruyó en Abu Simbel, al amanecer de los equinoccios, los rayos del Sol atraviesan las salas del templo hasta iluminar el "Sancto Sanctórum", el lugar de culto más importante del complejo religioso.



 

 

Las impresionantes ruinas de la gran ciudad de Teotihuacán se hallan casi a igual altitud que la otra gran ciudad del nuevo mundo, Machu Picchu en Perú. Pero aquí terminan las semejanzas, pues mientras que la última está inscrita entre escarpados precipicios. Teotihuacán se alza en medio de una amplia llanura en el valle de México.

Esta carte blanche topográfica permitió que los diseñadores de la ciudad dieran rienda suelta a sus ideas acerca de las relaciones masa superficie y luz/sombra. Teotihuacán da la impresión de un enorme experimento de organización y control de una gran población, basado en el temor y la autoridad.

Las pirámides del Sol y de la Luna

Teotihuacán abarca una superficie de 23,5 km2; está dominada por la gigantesca pirámide del Sol, construida en el siglo I dC sobre las ruinas de una estructura anterior. Cada lado de la base mide 225 m de longitud, dimensiones similares a las de su equivalente en el viejo mundo, la Gran Pirámide de Keops, aun cuando su altura -70 m-- sea menor que la mitad. Esto no empequeñece la organización necesaria para montar los casi dos millones y medio de toneladas de ladrillos cocidos al sol que configuran su estructura.

Los arqueólogos descubrieron por azar, en 1971, que a unos 6 m debajo de la pirámide existe una caverna natural de casi 100 m. Usada como centro sagrado antes y después de la construcción de la pirámide. Con anterioridad a la conquista española, los mexicanos consideraban este tipo de cavernas como senos maternos en los que habían sido engendrados el Sol y la Luna y los antepasados de la especie humana, en un pasado remoto. La pirámide de la Luna, restaurada recientemente, es un edificio similar, construido en la segunda mitad del siglo II, pero de menor tamaño, con una base de 145 m de lado. La diferencia de tamaños entre los monumentos solar o masculino, y lunar o femenino no es exclusiva del nuevo mundo. Muestra de ello es la catedral de Chartres, donde la aguja rematada por un sol es bastante más alta que la rematada por una luna.

A partir de la pirámide de la Luna en dirección sur se extiende la avenida de los Muertos, de más de 3 km de longitud. En realidad, se trata de un conjunto de patios abiertos, de 145 m de anchura cada uno y con pequeñas plataformas que los aztecas identificaban como tumbas. Tal afirmación es errónea, pues los habitantes de Teotihuacán cremaban a sus difuntos y envolvían los restos en una mortaja, enterrándolos después bajo el suelo de sus casas.

La avenida atraviesa la Ciudadela, un gran recinto cuadrado de 640 m de lado. En el lado oriental se alza el Templo de Quetzalcóatl, una pirámide escalonada de seis plantas, construida en la forma típica de «talud tablero», con filas de paneles rectangulares superpuestos en las paredes inclinadas. En ella hay tallas extraordinariamente vistosas de la Serpiente de Fuego, que conduce al sol en su trayecto diario, y la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl, que representa la unión de Aire y Tierra, o de Cielo y Tierra.

Las excavaciones más recientes han comprobado que la avenida de los Muertos continúa durante otros 3,2 km más allá de la Ciudadela, donde se cruzaba con otra de igual longitud en dirección este-oeste. Así pues, la ciudad estaba dividida en cuatro sectores, como la capital azteca de Tenochtitlan, que se construyó mucho después en lo que hoy es el corazón de Ciudad México.

Los constructores de Teotihuacán

Se desconoce quiénes fueron los autores de la construcción de la mayor ciudad de la América precolombina. En otro tiempo se creyó en la autoría de los aztecas, pero ocurre que cuando éstos descubrieron la ciudad, la misma llevaba ya siete siglos en ruinas. De hecho, estas ruinas impresionaron de tal modo a los aztecas que les impusieron de nombre Teotihuacán, que en su idioma náhuatl significaba «El lugar de los que siguen el camino de los dioses».

Quienesquiera que fueren los constructores de tan magnífica ciudad, es indudable su maestría en las artes de la arquitectura y la administración. Las muestras más imponentes de su escultura están representadas por austeras máscaras de piedra, realizadas en basalto negro o verde y en jade, con ojos de concha de mejillón o de obsidiana. Sus cerámicas características eran vasijas cilíndricas o en forma de jarrón, con tres pies y motivos decorados que recuerdan los de los bronces chinos.

La obsidiana, que se obtenía de los volcanes que rodean la llanura, era muy apreciada en la antigüedad debido a la posibilidad de que de ella se obtuviesen bordes muy afilados. En Teotihuacán había por los menos 350 sitios en los que se elaboraba la obsidiana, quizá base de la riqueza mercantil de la ciudad. Teotihuacán comerciaba con las tierras altas del centro de México, y probablemente con gran parte de América Central, siendo posible incluso que ejerciera dominio sobre estas tierras. Se han encontrado elegantes jarrones, fabricados en esta misteriosa ciudad, en las tumbas de personajes importantes de todo México del periodo que va del 150 al 600 dC, cuando Teotihuacán se hallaba en el cenit de su poder. En aquella época, la población debería sumar 200. 000 personas, lo que la convertía en la sexta ciudad más populosa del mundo.

Las agujas y punzones de hueso hallados demuestran la fabricación de ropas y cestería. Aunque no se ha descubierto ninguno, también debieron existir libros, pues los habitantes de Teotihuacán conocían la escritura. Esta no ha sido descifrada, pero es sabido que este pueblo se valía de rayas y puntos para los números, al igual que sus predecesores, los olmecas. Y su dieta alimenticia resulta exquisita incluso para nuestros tiempos: corzos, conejos, pavos, patos, gansos, pescado, maíz, judías, calabazas, tomates y aguacates.

¿Qué ocurrió con esta magnífica metrópoli?

El final de Teotihuacán está tan rodeado de misterio como sus orígenes. Es probable que su ruina comenzara a gestarse a medida que el clima fue haciéndose más árido, con la consecuente disminución de las cosechas. Pero el estallido definitivo ocurrió hacia el 700, al ser incendiado el centro de la ciudad por invasores bárbaros del norte, que posteriormente optaron por vivir en la ciudad durante 200 años más.

Así terminó una de las más brillantes civilizaciones del nuevo mundo. Sus ruinas siguen siendo espectaculares, pero el sitio debió ser mucho más impresionante cuando el basalto negro estaba estucado y pintado con todos los colores del arco iris. En una época en la que la grandeza de Roma no era sino polvo, y Europa sufría el asalto de las hordas bárbaras, México contó con una civilización que combinaba en grado elevadísimo la cohesión social y la sensibilidad artística. Pero faltan todavía años de laboriosa investigación antes de que las arenas del valle de México revelen los misterios de Teotihuacán.

 
Bloque de Cascajal. La primera escritura de América es un texto olmeca encontrado en Veracruz. México

BolquedeCascajalOlmecatexto

Imágenes facilitadas por la revista Science mostrando el "bloque de Cascajal", en Veracruz, México, y al lado un dibujo de los símbolos identificados allí. Dibujo epigráfico de los signos del bloque de Cascajal. Foto: AP Photo/Science

Una inscripción que cambia la historia

El hallazgo de un texto olmeca remonta hasta hace casi 3. 000 años la escritura en América y obliga a modificar la visión sobre la primera gran cultura del continente.

Uno de esos raros hallazgos que cambian la historia. Un bloque de piedra hallado en la humilde cantera de Cascajal, en las tierras comunales de Lomas de Tacamichapa, en Veracruz (México) ha resultado contener un hasta ahora desconocido sistema de escritura olmeca que, datado a principios del primer milenio antes de Cristo (hacia el 900 antes de Cristo), se ha convertido en el texto escrito más antiguo de América, 400 años anterior a los testimonios que se conocían.

Además, y esto es probablemente más importante aún, demuestra sin lugar a dudas que los olmecas, la primera gran civilización americana, de la que bebieron mayas y aztecas, y que han sido considerados los sumerios del Nuevo Mundo, los progenitores de las complejas sociedades mesoamericanas, disponían de escritura. Ello cambia de manera radical el paradigma de esa cultura -conocida popularmente por sus colosales cabezas escultóricas monolíticas-, según recalcó ayer a este diario desde Estados Unidos, uno de los responsables del descubrimiento, el antropólogo Stephen D. Houston, de la Brown University.

"Es la primera evidencia olmeca de escritura", indicó. "Significa nada menos que los olmecas tenían literatura, que eran capaces de comunicar su cultura a las generaciones futuras, que eran, en suma, una civilización mucho más compleja y rica de lo que imaginábamos".

El descubrimiento, que aparece publicado hoy en Science por un grupo de investigadores mexicanos y estadounidenses encabezados por los arqueólogos Carmen Rodríguez y Ponciano Ortiz, se produjo al desmontar unos peones una zona de la cantera -un antiguo sitio arqueológico- a fin de obtener piedras para pavimentar una carretera. En conexión con el bloque inscrito, de piedra serpentina, fueron halladas cerámicas, fragmentos de figuritas de barro y otros materiales rotos. Todos ellos han podido ser datados en la fase más antigua de la cultura olmeca -denominada de San Lorenzo, por el primer gran centro de esa civilización, cerca de Cascajal-, entre 1. 200 y 900 años antes de Cristo.

El bloque, de 36 por 21 centímetros, de 13 centímetros de grosor y con un peso de 12 kilos, contiene un texto inciso de 62 signos (glifos) -28 distintos-, algunos de los cuales se repiten más de cuatro veces. Esa frecuencia y su secuencialidad, recalcan los investigadores, indica claramente que se trata de algún tipo de escritura y señala la probable presencia de sintaxis. Algunas agrupaciones de signos apuntan a que el texto podría contener fórmulas poéticas.

Los expertos creen que el texto debe leerse horizontalmente. Entre los glifos se encuentran algunos que evidentemente tienen un origen icónico, como formas vegetales, el signo de un ojo, un trono, una mazorca de maíz, un pez o un perforador, acordes todos ellos con la imaginería olmeca. En la inscripción aparece también un insecto u hormiga.

Para los que llegados a este punto se hayan hecho muchas ilusiones, hay que decir que los investigadores señalan que la posibilidad de descifrar la escritura olmeca es "baja". El fragmento es corto, no consta en él ninguna correlación para explicar los signos y la escasa cantidad de éstos, aunque apuntan a un alfabeto, impide cualquier extrapolación estadística. Habrá que esperar a nuevos hallazgos o a una piedra Rosetta mesoamericana.

La superficie en la que aparece la inscripción había sido trabajada para la incisión del texto y los estudiosos creen que se trataba de un documento que podía ser borrado o revisado.

Anteriormente habían sido hallados otros indicios de escritura olmeca, aunque eran muy controvertidos. En todo caso, la inscripción del bloque de Cascajal antecede en 400 años la primera aparición de la escritura en el Nuevo Mundo. En general se consideraban los glifos de la cultura zapoteca hallados en Oaxaca los más antiguos de América. En cuanto al Viejo Mundo, la escritura se había desarrollado más de 3. 000 años antes, en Mesopotamia.

¿Por qué se ha tardado tanto en encontrar la escritura de una civilización como la olmeca? Stephen D. Houston señala que "hay dos respuestas: que se ha excavado poco o que mayoritariamente la escritura olmeca estuviera hecha sobre madera, y por tanto se hubiera perdido". El estudioso recordó a propósito la existencia de numerosas tallas olmecas, que sugieren la existencia de una rica tradición de trabajo con la madera.

Los olmecas (su nombre significa " la gente del país del caucho" y se lo dieron los mexicas) influenciaron a las posteriores culturas en su arquitectura, religión y simbolismo. Hasta ahora no estaba acreditada la escritura entre los olmecas, los sumerios de la América precolombina.

Fuente: Jacinto Antón / Science / EFE / El País. Es, 15 de septiembre de 2006
Enlace: http://www.elpais.es/articulo/cultura/inscripcion
/cambia/historia/elpporcul/20060915elpepicul_4/Tes/

*** Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana
http://www.uv.mx/invest/antropologia/


(2) Hallan en México sistema de escritura más antiguo de América

Un equipo de arqueólogos mexicanos ha identificado en una piedra hallada por indígenas en el sur de Veracruz símbolos que componen un sistema de escritura, hasta ahora desconocido, que podría ser el más antiguo de las Américas, informó la revista Science.

"Es una piedra que reúne, en un solo bloque, íconos y símbolos que aparecen como decoración en otras piezas de arte olmeca", explicó a Efe, en conversación telefónica, el arqueólogo Ponciano Ortiz, del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, en Veracruz, México.

Ortiz y su colega María del Carmen Rodríguez inspeccionaron en abril de 1999 en el municipio de Jáltipan, en el estado de Veracruz, varias piezas de cerámica, figurines y otros artefactos rotos hechos de piedra molida, y una piedra con inscripciones, halladas por indígenas en una cantera de la que sacaban material para un camino.

La piedra, que permanece bajo la jurisdicción del municipio de Jáltipan, pesa unos 12 kilogramos, y mide 21 centímetros de ancho, 36 centímetros de largo y tiene unos 13 centímetros de espesor.

Los científicos han denominado a esta piedra "el bloque de Cascajal" por el sitio de la cantera.

El arqueólogo indicó que varios de los símbolos tallados en la piedra se han encontrado en otras esculturas y monumentos de la cultura olmeca, pero "lo notable de esta piedra es que en este bloque los símbolos son lo más importantes".

Los investigadores han señalado la presencia de 28 símbolos diferentes, aunque la secuencia que repite algunos de los símbolos, incluye un total de 62 inscripciones.

"La primera, empezando desde arriba y a la izquierda, es una abejita a la que siguen dos flores", señaló Ortiz. También es notable la presencia de un símbolo que, aparentemente, representa la mazorca, y "la presencia repetida de la abejita y algunos recipientes sugieren que pueda estar vinculado con la producción de miel".

"No sabemos de qué se trata, es un sistema desconocido", agregó. "Puede ser una lista de productos o un registro para la recaudación de tributos. También pueden ser elementos vinculados con algún significado religioso".

Dado que se trata de una piedra, no puede datarse el objeto en sí mismo por el método de degradación del carbono 14, pero Ortiz señaló que las características del lugar donde se halló indican que data de hace 2. 600 a 2. 900 años.

Según los arqueólogos, la losa revela que esa civilización tenía un alto nivel cultural y un sistema desconocido de escritura que demuestra su alto grado de complejidad.

"Se trata de un descubrimiento seductor. Creo que es el comienzo de una nueva era de atención sobre la civilización olmeca", manifestó Stephen Houston, uno de los autores del estudio y experto del Departamento de Antropología en la Universidad Brown, de Rhode Island.

"Nos dice que estos documentos probablemente existen y que hay que encontrarlos. Si decodificamos su contenidos, las primeras voces de Mesoamérica nos hablarán", señaló.

Debido a sus elementos muy claros, la secuencia y su orden de lectura, "el texto cumple con todos los requisitos de una escritura", señalan los científicos en Science.

Según los arqueólogos, los objetos encontrados junto al bloque fueron una pista sobre la arqueología regional que ayudó a fijar la fecha del texto en la llamada Etapa de San Lorenzo, que concluyó unos 900 años antes de Cristo.

Eso significa unos cuatro siglos antes de que apareciera lo que se creía que era la primera escritura en América.

Fuente: EFE/Science / El Universal. Com, 15 de septiembre de 2006
Enlace: http://www.eluniversal.com/2006/09/15/ten_art_15458F. Shtml



 

 

Monte Alban Inscripción a la Entrada de la Ciudad Ceremonial:

Hubo tiempos en que los humanos fueron gigantes,
unos bellos gigantes llamados "binnigulaza.
Algunos de ellos procedían de las nubes,
de las que descendieron en formas de pájaros de armónico canto,
con plumajes en los que se ostentaba la policromía del arcoiris.
Otros gigantes brotaron de las raíces de los árboles, flexibles pero
indomables. Otros más, fuertes y valientes, que nacieron de peñascos y de
fieras. Y hubo quienes simplemente se aparecieron.
Adorables de Pitao, el gran dios gigante creador de todas las cosas,
construyeron en su honor un enorme túmulo del elemento ardiente;
lo llamaron Daniban -cerro sagrado- y en este cerro
quedó enterrado el cuerpo enorme de su legendario caudillo Xozijo.
Enclavada en el corazón mismo del gigante Xozijo,

(Códice Zapoteca)

http://www.iconntravel.com.mx/img/icon/thumb/Montealban3.JPG



A sí mismos, hoy los habitantes de la zona arqueológica de Monte Albán se llaman Gentes de las Nubes: Ben'Zaa en zapoteca, y Ñusabi en lengua mixteca. También los aztecas los designaban en náhuatl como los mixtecatl, "las gentes de las nubes". Los custodios de Monte Albán son el pueblo de Xoxo, que habita al pie del monte sagrado. Los de Xoxo (o chochos) son orgullosos de su estirpe, que viene de los constructores de Teotihuacán; y no solo por tradición sino por sus títulos escritos que datan de siglos conservados religiosamente. De este pueblo difícilmente se puede establecer la antigüedad, aunque se cree que se establecieron allí en el siglo VII, cuando Monte Albán comenzaba a declinar, convirtiéndose hacia el año 1000 en una ciudad abandonada, con los caseríos Xoxos dispersos a sus pies, como la encontramos actualmente.

Monte Albán encierra en sus nombres tradicionales su secreto: para los zapotecas es Danibéeje, o Danigalbeeje (cerro del tigre). En los títulos oficiales del pueblo de Xoxo se lee Jucu-oco-ñaña, que en romance significa "cerro de los veinte tigres". Entre estos documentos, unos del siglo XVIII, Monte Albán lleva la designación castellana de "cerro del tigre". Lo cierto es que muchas hipótesis existen para explicar el nombre, incluso se abordan comparaciones históricas entre Monte Albán y lugares de igual o semejante tradición en otras partes, como Albano del Lacio, en cuyas cercanías llevó su grandeza Alba Longa, la mítica rival de Roma. Es verdad que Monte Albán siempre fue considerado un lugar sagrado. Así es como la tradición más antigua nombra al sitio Tanibaana ("monte sagrado" en lengua arcaica zapoteca: el vocabulario de Córdoba designa la voz baana como palabra que nombra lo intocable, lo sagrado, y Tani como monte o cerro indistintamente). Otra voz azteca, acelotepec, también lo llamaba "cerro-tigre"; los aztecas llegaron a la zona cuando Monte Albán ya era una ciudad fantasma, inmediatamente antes de la Conquista.

La omisión que hacen de esta ciudadela antigua todos los cronistas contemporáneos de los conquistadores, que sí nombran otros asentamientos menos importantes de la zona, es debido a que en el siglo XVI Monte Albán ya había sido olvidada hacía unos trescientos años: envuelta en ese misterio de sus muros, se convirtió en un paraje hechizado objeto de profunda evocación por los descendientes mixtecos y zapotecos, las dos grandes culturas del valle con un mismo aparente origen dividido en ramas hace unos cuatro mil años, y de los que vienen los Xoxos. La arquitectura excepcional de Monte Albán recortada en lo alto ejercía tal sugestión y misterio que, hasta comienzos del siglo XX, fue considerado como una zona de encantamiento, donde viven los últimos númenes y divinidades antiguas.

Históricamente, esta zona arqueológica fue en su tiempo de esplendor un lugar de peregrinación muy venerado, ejerciendo influencia social y especialmente religiosa en toda Mesoamérica. Monte Albán está en la cumbre de un cerro artificialmente nivelado, con una altura de 400 metros sobre el nivel del valle de Oaxaca y a unos 2. 000 metros sobre el nivel del mar. La plaza central tiene un largo aproximado de 100 metros por 75 de ancho; alrededor aún no ha sido explorado y se calcula que solo la excavación de esta primera área no se terminará antes del año 2010. Es un trabajo de tal magnitud debido a que para crear la Gran Plaza la cumbre fue nivelada por sus constructores, como dijimos, de manera artificial pero incorporando a la construcción todas las formaciones rocosas naturales, lo que mejor se aprecia en las pirámides Norte y Sur del sitio, así como en los grupos de edificios centrales.

El arqueólogo Luis Guillermo Valdés, autor de "Monte Albán en el tiempo" y otras obras que hablan del sitio, señala que ha dedicado su vida nada más "a conocer estas piedras". En la zona misma conversó con él, y lo instantáneo es preguntarle cuál cree que es la principal característica de Monte Albán en relación con la geografía religiosa de América. Responde:

"-Hay una, y es notable. Aquí no hay donde abastecerse de agua, lo que insinúa que desde su levantamiento fue creada con fines ceremoniales no para ser habitada. Sin embargo, con el transcurso de los siglos sí fue un asentamiento humano, con un mercado comercial importante y en que para subsistir debían subir el agua desde el valle. Lo posible es que aquí solo viviera la casta sacerdotal, la gente del pueblo debe haber subido al monte solo en ocasiones especiales. En verdad la construcción de Monte Albán es incomprensible por la falta de agua del sitio elegido.

-Se dice que los valles de Oaxaca fueron en época lejana una especie de lechos de lagos, ¿Usted lo cree posible?

-Así se cree -sigue el arqueólogo Valdés-. Y no es dudoso que en la zona existiera un mar interior que se fue secando a través de los milenios. Esto se menciona en la historia tradicional, especialmente en las leyendas que se han conservado oralmente, pero mientras no se excave todo no lo podemos afirmar, y para esto faltan muchas décadas. No sería extraño que Monte Albán fuera como Teotihuacán: una ciudad construida en medio de las aguas, pero hay tan pocas muestras de estos tiempos que nadie sabe qué sucedió.

-De la ciudad en sí, ¿Cuándo comenzaron a construirla?

-Entre los años 800 y 300 antes de nuestra Era. Es esta una de las épocas más ricas de la humanidad, pues fue cuando se construyeron grandes centros civilizadores en todo el planeta; solo en América a ese mismo tiempo corresponde la arquitectura maya y la incásica.

- ¿Quienes construyeron Monte Albán?

-Aparentemente fueron descendientes de los Olmecas. Al menos a esta cultura antigua fabulosa de México pertenecen las primeras estructuras permanentes que se han excavado, como los edificios interiores de la plataforma norte y los bajo relieve de los Danzantes, así como varias de las tumbas más antiguas exploradas hasta ahora.

- ¿Por qué se dice que esta ciudad es una especie de crisol de las culturas antiguas de esta parte de América?

-Es debido a que en Monte Albán se aprecia el paso de muchas culturas precolombinas. Se encuentran en lo excavado hasta ahora influencias muy diversas, que tal vez llegaron al valle por medio del comercio, la conquista o las peregrinaciones religiosas a través de los siglos. Debes anotar que el sitio carece de fortificaciones; desde luego que cuenta con una ubicación defensiva, pero no cuenta con fortificaciones, y esto es debido a que fue la ciudad concebida como un riguroso centro ceremonial. Quizás esta sea la razón de las distintas influencias que recibió. Por ejemplo, alrededor del año Uno, según las pruebas de carbono, se detectan elementos nuevos en la ciudad, como grandes masas de piedra, columnas y decoraciones al fresco; son posteriores a esa época muestras de alfarería, como las vasijas con cuatro patas, no usuales entre los primeros constructores. Se puede decir que aquí se conservan influencias del culto que rindieron en el sitio habitantes de toda Mesoamérica".

El profesor Valdés asegura que es indudable que los restos humanos encontrados en las Tumbas de la ciudad, corresponden a reyes o sacerdotes, y esto lo confirma el hecho de que en Monte Albán se encontró la tumba funeraria más rica de América: la llamada "Tumba número siete". Su descubridor fue el ilustre Alfonso Caso Andrade, autor de unas 300 obras sobre divulgación arqueológica y uno de los maestros fundadores de la Escuela Nacional de Antropología de México. En sus memorias narra Alfonso Caso que el encuentro del tesoro de la Tumba número siete tuvo lugar a comienzos de 1932, con la ayuda de su equipo de arqueólogos formado por Martín Bazán, Juan Valenzuela y María de Caso, su propia mujer. Él narra que en un momento de su rutinario trabajo de excavación se encontraron encima del techo de un aparente cuarto: "nos habíamos guiado por el sonido hueco que producían los picos. Después de romper varias capas de estuco llegamos finalmente a una capa de piedras, y quitamos una. Había un caracol marino al que se había recortado la punta para formarle embocadura y convertirlo así en una trompeta; 36 cuentas de jade de dos colores diferentes y tres orejeras del mismo material; pero no había restos humanos junto a estos objetos. Como era sábado, día en que se pagaba a los trabajadores, había dejado al licenciado Valenzuela al frente de la exploración, para bajar a Oaxaca a recoger los fondos. Cuando subía acompañado de mi esposa, al llegar a donde estaba Valenzuela me dijo la palabra zapoteca ¡Guelaguetza! , que significa ofrenda o regalo, y me colgó el collar de jade y me mostró la trompeta de caracol... Continuamos entonces con la exploración, y a las cuatro de la tarde del día 9 de ese mes de enero pudimos levantar una de las piedras que formaban la bóveda de la segunda cámara de la tumba, y por la cerca de la puerta, iluminada, había una corona de oro y plumas sobre una calavera repujada con mosaicos de turquesa... En el centro de la segunda cámara iluminé una ánfora bellísima, intacta en sus trazos de siglos; es de una variedad de ónix conocida en México como tecali. Al entrar en el vestíbulo que separaba ambas cámaras, encontré una pila enorme de huesos rodeados de objetos de oro. Solo uno de los brazos esqueléticos portaba diez brazaletes: seis de oro y cuatro eran de plata. El piso estaba cubierto de una alfombra de cuentas de oro y pequeñas piezas de turquesa, que devolvían grandes destellos de luz... Al abandonar la tumba tomé conciencia de la incalculable riqueza de mi descubrimiento que no sólo era material, sino sobre todo artístico, científico e histórico. No tenía conocimiento de ningún descubrimiento anterior en América Latina que igualara o superara a este. "

El arqueólogo tenía 36 años, y la mitad de su vida venía estudiando las escrituras aztecas, mayas y zapotecas; justamente lo había llevado a Monte Albán el estudio de la escritura zapoteca. Alfonso Caso creía que la cultura de los zapotecas y mixtecos tenían logros culturales al nivel de los mayas, y buscaba en la otrora cosmópolis nuevos registros de su historia, y vaya que sí los encontró.

En la Tumba número siete lo esperaba la joyería antigua más fina encontrada en América, denunciando un alto logro orfebre, solo comparable al alcanzado en ciertas civilizaciones de entre las que crecieron a orillas del Nilo, en Egipto. Pero no se crea que solo el trabajo en oro alcanzó su mayor rigor en Monte Albán, también otros metales y varias piedras preciosas era la materia de sus orfebres. Escribió Caso:

En la Tumba siete encontramos los restos de nueve esqueletos. Estos eran más bien pilas de huesos debido a que solían enterrar a los muertos sentados, y por la humedad del terreno todos los materiales perecederos, como la tela y la madera, se habían desintegrado, pero rescatamos más de 500 objetos, lo que hizo de este el tesoro más rico de Mesoamérica. Había muchas piezas de joyería confeccionadas con jade, ámbar, azabache, alabastro, turquesa, ónix y cristal de roca. También se encontraron las vasijas de tecali, alto relieves detallados, escritura innumerable grabada en la piedra, huesos de jaguar y de venado y cuchillos ceremoniales de obsidiana de elaborado diseño. Al estudiar los huesos humanos que estaban junto al tesoro, se dedujo que sólo uno de los nueve cuerpos correspondió a un joven de sexo masculino, que tenía entre 16 y 20 años cuando murió; el resto tenía entre 45 y 55 años de edad. El esqueleto principal, por las ofrendas más ricas encontradas a su alrededor, correspondía al hombre mayor del grupo, de unos 60 años, que presentaba una deformación craneana y excoriación de origen tuberculoso en el cráneo, lo que es común a las personas con enfermedades de origen mental".

Este detalle es citado por otros investigadores como prueba que en las culturas antiguas de Mesoamérica -y al parecer en todo nuestro continente- a los ojos del pueblo, los locos y otros dementes exaltados eran considerados seres sagrados por estar en contacto con fuerzas desconocidas. Este rey-loco de la Tumba número siete, de acuerdo a la descripción de Caso, parece que fue un individuo musculoso, lo que denotaba el ancho de sus pectorales, pulseras y abrazaderas; también el hueso del esternón demuestra por su tamaño que debió tener músculos poderosos. Todos los objetos que lo rodeaban fueron hechos en materiales considerados entonces preciosos: el oro, la plata y el cobre. Cristal de roca, jade, turquesa y obsidiana, perlas y dos materias que por primera vez se encuentran en Mesoamérica: el ámbar y el azabache. Huesos tallados de jaguar y de águila, coral y conchas nacaradas y rojas también formaron su tributo, encontrado gran parte de él en las más bellas vasijas de plata que se puedan apreciar.

En cuanto a la escritura encontrada en la piedra de Monte Albán, uno de los jeroglíficos descifrados por el mismo Caso, confirmó, como se sospechaba, que la civilización que floreció en la zona tenía un calendario similar al que usaron en su período clásico las más importantes culturas antiguas de América. En la piedra aparecen, de forma reiterada, los símbolos de los días y los años, así como toda una cosmogonía que les permitía prever fenómenos astrológicos, como los eclipses, que fueron anotando durante cientos de años. Su pasado mítico se encuentra en la representación de su dios ancestral, el gigante Xozijo, que se aprecia con las piernas cruzadas y con su colosal penacho de oro y plumas de aves del Paraíso (cualquiera que sea la idea que de éste se tenga).

María Castora nos dice que se cree hoy que cuando los descendientes de los gigantes abandonaron la ciudad, luego de varios cientos de años de ocupación, a su vez, sus propios descendientes comenzaron a enterrar allí sus muertos que comprendería un total cercano a los 40 kilómetros cuadrados de construcción urbana. Y todo fue hundiéndose en la tierra, haciendo el tiempo del sitio una ciudad olvidada, que la arqueología actual va revelando como uno de los grandes focos civilizadores del pasado americano: hasta ahora se han explorado unas sesenta cámaras sepulcrales construidas a lo largo de un período de unos 3000 años. Las estructuras más remotas eran simples, semejantes a un cajón, y datan de la época anterior al año 600 antes de nuestra Era; antecedieron estas primitivas construcciones a las complejas cámaras subterráneas labradas con escritura jeroglífica, algunas de construcción cruciforme, decoradas con espléndidos murales y fachadas totalmente talladas que fueron hechas en el apogeo de Monte Albán.

De estas cámaras subterráneas, hasta ahora, a trabajo continuo, se han explorado unas 150, encontrándose brazaletes, collares, pinzas, placas, anillos, campanas, pectorales, orejeras y diversos otros ornamentos de oro, así como la mayor vasija de plata hallada en toda América. Las tallas en piedras preciosas rescatadas son singulares, pues muchas de ellas traen tallada escrituras, la que, analizada entre otros por el mismo Alfonso Caso, emparienta a los constructores de Monte Albán con los mayas, algo sobre lo cual se ha escrito mucho, por lo que sólo diré que también el colapso de la civilización Maya, acaecido por causas desconocidas, corresponde a la época en que Monte Albán es abandonada.

Con el transcurso de los siglos, este centro ceremonial sufrió ocupación de varios núcleos humanos, en especial zapotecas y mixtecas, que, en su momento, hacían florecer de nuevo la ciudad, para luego olvidarla nuevamente, aunque, debe decirse, Monte Albán nunca volvió a recuperar el predominio religioso y cultural que tuvo primitivamente.

La tradición cuenta que luego de la extinción de los gigantes que poblaron la Tierra un día, al ser enterrado el último de sus héroes, los que quedaron construyeron en su honor Monte Albán. Luego del Diluvio universal, cuando pasó un tiempo sin registro histórico, al emerger las primeras tierras del agua, el monumento al gigante Xozijo fue el primero en verse, aún así, nunca alguien lo volvió a ver entero, debiendo, para ello, excavarse grandes profundidades en el sitio, algo para lo cual aún la ciencia arqueológica no está preparada. Esta historia de que hubo gigantes antes que nosotros es dudosa pero no imposible. Hay quienes afirman francamente que es verdad, y para tratar el tema es necesario un texto aparte, pero podemos, al menos anotar que el ser humano, científicamente, es cada vez más chico, lo que se viene desarrollando en un proceso de milenios; esto, la ciencia del siglo XX lo apoyó probando que todo en la naturaleza tiende a lo atómico. La genética, al respecto, lo enuncia en la vida diaria: es cierto que el hombre anciano va perdiendo más y más su porte. Quizás en nuestra tendencia a lo atómico reside, justamente, el misterio mayor del hombre. Y a este enigma se levantó Monte Albán, que, como cualquiera puede leer en los Códices zapotecas y mixtecos, alcanzó status de ciudad sabia alrededor del año 550 antes de nosotros, cuando, históricamente, el sitio aglomeró a los númenes de Mesoamérica: de ese tiempo se han rescatado algunas de las estelas (piedras talladas) más singulares del mundo antiguo, como la serie de los Danzantes y de los Hombres de la Palabra; también corresponden a esta época las figuras encerradas dentro de lo que parece un huevo (que se asocian con "seres del aire en sus máquinas"), así como el Observatorio Astronómico de la Plataforma Sur.

El observatorio astronómico de Monte Albán no ha sido restaurado aún, pero es similar a los encontrados en Machu Pichu, Perú, así como a algunos excavados en el Petén, Guatemala, y que ha inducido a algunos investigadores, como el arqueólogo oaxaqueño Martínez Gracida, a enunciar un cierto origen común para las culturas más antiguas de América, lo que es muy probable, aunque inverificable ahora, pero lo puede ser cuando adelanten los rescates arqueológicos en nuestro continente. En Monte Albán, el rescate del sitio se inició en la década de 1930, pero el trabajo ha sido abandonado en tiempos sucesivos por falta de fondos; nunca una exploración en esta importante zona ha abarcado más de dos años de trabajo continuo. El Instituto Nacional de Arqueología e Historia de México, con sus magros recursos sólo ha logrado restaurar casi en su totalidad la Gran Plaza, y falta mucho por hacer. Es la razón de que esta zona arqueológica, incluida en la lista de Patrimonios Culturales de toda la humanidad, canalice a través del INAH ayuda para su salvamento. Ayuda que usted, amable lector, puede descontar de sus impuestos por acuerdos internacionales, pudiendo requerir información al respecto en la delegación de la UNESCO en su país, o directamente al INAH, México D.F.

Síntesis majestuosa de lo que fue el pasado prehispánico de América, Monte Albán se yergue aún para dar cuenta de la capacidad cultural de sus hacedores. Es aquí donde por primera vez en América la voluntad humana se expresa en escritura jeroglífica, hasta ahora con una datación de antigüedad que alcanza al año 800 antes de Jesucristo. Sobre la colina de quinientos metros de altura, cuatro cuerpos de piedra muestran su grandeza, en torno a una plaza rectangular de 700 y 250 metros por costado. Al centro se levantan el Edificio Central y el Observatorio Astronómico. Del lado donde se oculta el sol, hay tres construcciones en línea, a la última de las cuales se anexa la Galería de los Danzantes: las inscripciones, glifos o escritura en la piedra que acompañan a estos llamados Danzantes son de las más antiguas conocidas en América, y en Monte Albán se encuentran recubriendo grandes lápidas en los muros, talladas en bajorrelieves; entrelazando las posiciones de estas figuras humanas en que parecen estar representadas las diversas edades del hombre, con su propia simbología, en que el aliento poderoso de su dios Pitao muestra los cambios del ciclo vital cuando, por ejemplo, de los genitales emergen flores y signos curvilíneos que son a la vez el agua y el viento. Pertenecen a la etapa de construcción llamada Monte Albán I, que abarca los años 900 a 300 antes de nosotros. Cruzando la plaza, frente a estos edificios se levantan otros cinco cuerpos piramidales en los que sobresale la Pirámide de las Cuatro Puertas. Mirando al norte de la plaza, seis pirámides se emplazan ascendiendo, basadas en una plataforma en la que se hacen notar los restos de doce columnas circulares, de un medio brazo de grosor.

Del horizonte preclásico también brotan de la tierra fenomenales adoratorios tallados de una sola piedra, cubiertos de escritura, y esa particular cerámica gris, que recrea en las vasijas figuras humanas y animales. En el período Monte Albán II, hacia la época de Jesucristo, la ciudad se encontraría con una arquitectura que empleaba bóvedas de piedra salediza, techos angulares, templos de dos estancias, juegos de pelota, escalinatas y tumbas con nichos, y estelas monumentales plagadas de escritos. Nuevos bajorrelieves se agregan a los existentes y aparece un gusto por lo colosal, en el empleo de estas enormes piedras. Las vasijas se agrandan, ahora anaranjadas condecorados rojos; se abrillantan los muros con la decoración al fresco y las urnas testimonian su adoración a las divinidades. Pronto, la cerámica se estiliza más y la escritura adquiere una talla perfecta. Para el año 200 de nuestra época se inicia el período Monte Albán III-A, que es esplendoroso. Nace la cultura Zapoteca y en algunos tallados se habla de cierta influencia beneficiosa arquitectónica que ejerce entonces la cultura teotihuacana. Templos y tumbas más elaboradas, pintadas al fresco, nuevas y diferentes estelas en piedra y bajorrelieves con restos cerámicos sobrios, elegantes, técnicamente perfectos, en que aparece como símbolo insistente la serpiente. Monte Albán III-B obedece a las fechas que partes del año 600 de la era actual. Entonces la cultura zapoteca está en su apogeo; el trazo final de la ciudad ceremonial ha concluido, con su gran plaza central, así como los monumentos que la circundan; cada uno por sí solo una obra de arte colosal. La simetría adquiere las proporciones perfectas, en que nunca se pierde la sobriedad, en edificios ornados con escritura y figuras en cuanto espacio es posible, estableciéndose los estereotipos faciales, con una cerámica de prueba que desde Monte Albán se esparce a todas las ciudades sagradas de la antigua América. Es el pleno del horizonte clásico de la ciudad, que se mantiene como foco religioso hasta el año 1. 000 aproximadamente, cuando la cultura zapoteca es desplazada por los Mixtecos, y Monte Albán es misteriosamente abandonado, siendo tragada por la tierra durante mil años; tal cual estaba escrito desde antes.

Debo terminar diciendo que he visitado dos veces Monte Albán. En la primera ocasión, fui enviado a hacer un reportaje y allí estaba una comitiva que incluía a la misma María Castora: de ella oí cosas que ninguna publicación acerca del sitio enunciaba. Esta primera visita, además del impacto en sí que otorga el lugar, tuvo además el atractivo de contar con la sapiencia de una maestra mexicana. La segunda vez fue diferente: cierto amanecer, antes de despedirme de Oaxaca, para saborear otra perspectiva, fui a visitar Monte Albán, solo. Y, en mi ignorancia incentivada por el calor fresco que había, decidí simplemente, tenderme a descansar entre unas antiguas rocas talladas que vi al aire libre: el sitio me pareció el más propicio porque divisaba, además, una excavación inmediata que alguien había hecho recientemente, y por su ubicación me permitía divisar gran parte del valle de Oaxaca. María Castora me había indicado que subiera una ofrenda y llevé una candela blanca, que encendí entre dos rocas con jeroglíficos que la protegían del viento. Es cierto que de cuando en cuando me parecía ver pequeñas sierpes cruzando raudas cerca de mí, pero me parecían tan pequeñas que simplemente me sumí en el descanso, ignorándolas. El lugar estaba envuelto en una atmósfera fresca que se deja caer del cielo como una bendición. Así estaba, sumido en la contemplación, cuando virtualmente fui despertado a gritos por un grupo de trabajadores que me indicaban algo desde unas rocas cercanas... Al instante vi como se acercaban hasta donde yo estaba dos hombres que, protegidos con mallas y guantes duros, se mostraban horrorizados de verme donde había elegido para descansar: unos monolitos hacía poco rescatados de la tierra que cubrían un nido de la feroz "barba amarilla", una pequeña pero mortal sierpe que tiene la particularidad de saltar varios metros cuando decide atacar. En mi asombro vi como, rápidamente, uno de los guardias instalaba en "mi" sitio un cartel recién pintado, prohibiendo estrictamente el tránsito en lo que me pareció el paraje mejor protegido... Y debo decirlo, mientras estuve expuesto al peligro oculto que se desliza entre las rocas de Monte Albán, algo en el aire, o en mi espíritu, me indicaba que estuviera tranquilo, que podría reposar allí, que el enorme Xozijo protege a quien sea que llegue al sitio en cuyo corazón descansa desde la oscuridad de los tiempos, cuando aquí vivían los gigantes.
Autor: Waldemar Verdugo Fuentes

Las impresionantes ruinas de la gran ciudad de Teotihuacán se hallan casi a igual altitud que la otra gran ciudad del nuevo mundo, Machu Picchu en Perú. Pero aquí terminan las semejanzas, pues mientras que la última está inscrita entre escarpados precipicios. Teotihuacán se alza en medio de una amplia llanura en el valle de México.

Esta carte blanche topográfica permitió que los diseñadores de la ciudad dieran rienda suelta a sus ideas acerca de las relaciones masa superficie y luz/sombra. Teotihuacán da la impresión de un enorme experimento de organización y control de una gran población, basado en el temor y la autoridad.

Las pirámides del Sol y de la Luna

Teotihuacán abarca una superficie de 23,5 km2; está dominada por la gigantesca pirámide del Sol, construida en el siglo I dC sobre las ruinas de una estructura anterior. Cada lado de la base mide 225 m de longitud, dimensiones similares a las de su equivalente en el viejo mundo, la Gran Pirámide de Keops, aun cuando su altura -70 m-- sea menor que la mitad. Esto no empequeñece la organización necesaria para montar los casi dos millones y medio de toneladas de ladrillos cocidos al sol que configuran su estructura.

Los arqueólogos descubrieron por azar, en 1971, que a unos 6 m debajo de la pirámide existe una caverna natural de casi 100 m. Usada como centro sagrado antes y después de la construcción de la pirámide. Con anterioridad a la conquista española, los mexicanos consideraban este tipo de cavernas como senos maternos en los que habían sido engendrados el Sol y la Luna y los antepasados de la especie humana, en un pasado remoto. La pirámide de la Luna, restaurada recientemente, es un edificio similar, construido en la segunda mitad del siglo II, pero de menor tamaño, con una base de 145 m de lado. La diferencia de tamaños entre los monumentos solar o masculino, y lunar o femenino no es exclusiva del nuevo mundo. Muestra de ello es la catedral de Chartres, donde la aguja rematada por un sol es bastante más alta que la rematada por una luna.

A partir de la pirámide de la Luna en dirección sur se extiende la avenida de los Muertos, de más de 3 km de longitud. En realidad, se trata de un conjunto de patios abiertos, de 145 m de anchura cada uno y con pequeñas plataformas que los aztecas identificaban como tumbas. Tal afirmación es errónea, pues los habitantes de Teotihuacán cremaban a sus difuntos y envolvían los restos en una mortaja, enterrándolos después bajo el suelo de sus casas.

La avenida atraviesa la Ciudadela, un gran recinto cuadrado de 640 m de lado. En el lado oriental se alza el Templo de Quetzalcóatl, una pirámide escalonada de seis plantas, construida en la forma típica de «talud tablero», con filas de paneles rectangulares superpuestos en las paredes inclinadas. En ella hay tallas extraordinariamente vistosas de la Serpiente de Fuego, que conduce al sol en su trayecto diario, y la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl, que representa la unión de Aire y Tierra, o de Cielo y Tierra.

Las excavaciones más recientes han comprobado que la avenida de los Muertos continúa durante otros 3,2 km más allá de la Ciudadela, donde se cruzaba con otra de igual longitud en dirección este-oeste. Así pues, la ciudad estaba dividida en cuatro sectores, como la capital azteca de Tenochtitlan, que se construyó mucho después en lo que hoy es el corazón de Ciudad México.

Los constructores de Teotihuacán

Se desconoce quiénes fueron los autores de la construcción de la mayor ciudad de la América precolombina. En otro tiempo se creyó en la autoría de los aztecas, pero ocurre que cuando éstos descubrieron la ciudad, la misma llevaba ya siete siglos en ruinas. De hecho, estas ruinas impresionaron de tal modo a los aztecas que les impusieron de nombre Teotihuacán, que en su idioma náhuatl significaba «El lugar de los que siguen el camino de los dioses».

Quienesquiera que fueren los constructores de tan magnífica ciudad, es indudable su maestría en las artes de la arquitectura y la administración. Las muestras más imponentes de su escultura están representadas por austeras máscaras de piedra, realizadas en basalto negro o verde y en jade, con ojos de concha de mejillón o de obsidiana. Sus cerámicas características eran vasijas cilíndricas o en forma de jarrón, con tres pies y motivos decorados que recuerdan los de los bronces chinos.

La obsidiana, que se obtenía de los volcanes que rodean la llanura, era muy apreciada en la antigüedad debido a la posibilidad de que de ella se obtuviesen bordes muy afilados. En Teotihuacán había por los menos 350 sitios en los que se elaboraba la obsidiana, quizá base de la riqueza mercantil de la ciudad. Teotihuacán comerciaba con las tierras altas del centro de México, y probablemente con gran parte de América Central, siendo posible incluso que ejerciera dominio sobre estas tierras. Se han encontrado elegantes jarrones, fabricados en esta misteriosa ciudad, en las tumbas de personajes importantes de todo México del periodo que va del 150 al 600 dC, cuando Teotihuacán se hallaba en el cenit de su poder. En aquella época, la población debería sumar 200. 000 personas, lo que la convertía en la sexta ciudad más populosa del mundo.

Las agujas y punzones de hueso hallados demuestran la fabricación de ropas y cestería. Aunque no se ha descubierto ninguno, también debieron existir libros, pues los habitantes de Teotihuacán conocían la escritura. Esta no ha sido descifrada, pero es sabido que este pueblo se valía de rayas y puntos para los números, al igual que sus predecesores, los olmecas. Y su dieta alimenticia resulta exquisita incluso para nuestros tiempos: corzos, conejos, pavos, patos, gansos, pescado, maíz, judías, calabazas, tomates y aguacates.

¿Qué ocurrió con esta magnífica metrópoli?

El final de Teotihuacán está tan rodeado de misterio como sus orígenes. Es probable que su ruina comenzara a gestarse a medida que el clima fue haciéndose más árido, con la consecuente disminución de las cosechas. Pero el estallido definitivo ocurrió hacia el 700, al ser incendiado el centro de la ciudad por invasores bárbaros del norte, que posteriormente optaron por vivir en la ciudad durante 200 años más.

Así terminó una de las más brillantes civilizaciones del nuevo mundo. Sus ruinas siguen siendo espectaculares, pero el sitio debió ser mucho más impresionante cuando el basalto negro estaba estucado y pintado con todos los colores del arco iris. En una época en la que la grandeza de Roma no era sino polvo, y Europa sufría el asalto de las hordas bárbaras, México contó con una civilización que combinaba en grado elevadísimo la cohesión social y la sensibilidad artística. Pero faltan todavía años de laboriosa investigación antes de que las arenas del valle de México revelen los misterios de Teotihuacán.


Las impresionantes ruinas de la gran ciudad de Teotihuacán se hallan casi a igual altitud que la otra gran ciudad del nuevo mundo, Machu Picchu en Perú. Pero aquí terminan las semejanzas, pues mientras que la última está inscrita entre escarpados precipicios. Teotihuacán se alza en medio de una amplia llanura en el valle de México.

Esta carte blanche topográfica permitió que los diseñadores de la ciudad dieran rienda suelta a sus ideas acerca de las relaciones masa superficie y luz/sombra. Teotihuacán da la impresión de un enorme experimento de organización y control de una gran población, basado en el temor y la autoridad.

Las pirámides del Sol y de la Luna

Teotihuacán abarca una superficie de 23,5 km2; está dominada por la gigantesca pirámide del Sol, construida en el siglo I dC sobre las ruinas de una estructura anterior. Cada lado de la base mide 225 m de longitud, dimensiones similares a las de su equivalente en el viejo mundo, la Gran Pirámide de Keops, aun cuando su altura -70 m-- sea menor que la mitad. Esto no empequeñece la organización necesaria para montar los casi dos millones y medio de toneladas de ladrillos cocidos al sol que configuran su estructura.

Los arqueólogos descubrieron por azar, en 1971, que a unos 6 m debajo de la pirámide existe una caverna natural de casi 100 m. Usada como centro sagrado antes y después de la construcción de la pirámide. Con anterioridad a la conquista española, los mexicanos consideraban este tipo de cavernas como senos maternos en los que habían sido engendrados el Sol y la Luna y los antepasados de la especie humana, en un pasado remoto. La pirámide de la Luna, restaurada recientemente, es un edificio similar, construido en la segunda mitad del siglo II, pero de menor tamaño, con una base de 145 m de lado. La diferencia de tamaños entre los monumentos solar o masculino, y lunar o femenino no es exclusiva del nuevo mundo. Muestra de ello es la catedral de Chartres, donde la aguja rematada por un sol es bastante más alta que la rematada por una luna.

A partir de la pirámide de la Luna en dirección sur se extiende la avenida de los Muertos, de más de 3 km de longitud. En realidad, se trata de un conjunto de patios abiertos, de 145 m de anchura cada uno y con pequeñas plataformas que los aztecas identificaban como tumbas. Tal afirmación es errónea, pues los habitantes de Teotihuacán cremaban a sus difuntos y envolvían los restos en una mortaja, enterrándolos después bajo el suelo de sus casas.

La avenida atraviesa la Ciudadela, un gran recinto cuadrado de 640 m de lado. En el lado oriental se alza el Templo de Quetzalcóatl, una pirámide escalonada de seis plantas, construida en la forma típica de «talud tablero», con filas de paneles rectangulares superpuestos en las paredes inclinadas. En ella hay tallas extraordinariamente vistosas de la Serpiente de Fuego, que conduce al sol en su trayecto diario, y la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl, que representa la unión de Aire y Tierra, o de Cielo y Tierra.

Las excavaciones más recientes han comprobado que la avenida de los Muertos continúa durante otros 3,2 km más allá de la Ciudadela, donde se cruzaba con otra de igual longitud en dirección este-oeste. Así pues, la ciudad estaba dividida en cuatro sectores, como la capital azteca de Tenochtitlan, que se construyó mucho después en lo que hoy es el corazón de Ciudad México.

Los constructores de Teotihuacán

Se desconoce quiénes fueron los autores de la construcción de la mayor ciudad de la América precolombina. En otro tiempo se creyó en la autoría de los aztecas, pero ocurre que cuando éstos descubrieron la ciudad, la misma llevaba ya siete siglos en ruinas. De hecho, estas ruinas impresionaron de tal modo a los aztecas que les impusieron de nombre Teotihuacán, que en su idioma náhuatl significaba «El lugar de los que siguen el camino de los dioses».

Quienesquiera que fueren los constructores de tan magnífica ciudad, es indudable su maestría en las artes de la arquitectura y la administración. Las muestras más imponentes de su escultura están representadas por austeras máscaras de piedra, realizadas en basalto negro o verde y en jade, con ojos de concha de mejillón o de obsidiana. Sus cerámicas características eran vasijas cilíndricas o en forma de jarrón, con tres pies y motivos decorados que recuerdan los de los bronces chinos.

La obsidiana, que se obtenía de los volcanes que rodean la llanura, era muy apreciada en la antigüedad debido a la posibilidad de que de ella se obtuviesen bordes muy afilados. En Teotihuacán había por los menos 350 sitios en los que se elaboraba la obsidiana, quizá base de la riqueza mercantil de la ciudad. Teotihuacán comerciaba con las tierras altas del centro de México, y probablemente con gran parte de América Central, siendo posible incluso que ejerciera dominio sobre estas tierras. Se han encontrado elegantes jarrones, fabricados en esta misteriosa ciudad, en las tumbas de personajes importantes de todo México del periodo que va del 150 al 600 dC, cuando Teotihuacán se hallaba en el cenit de su poder. En aquella época, la población debería sumar 200. 000 personas, lo que la convertía en la sexta ciudad más populosa del mundo.

Las agujas y punzones de hueso hallados demuestran la fabricación de ropas y cestería. Aunque no se ha descubierto ninguno, también debieron existir libros, pues los habitantes de Teotihuacán conocían la escritura. Esta no ha sido descifrada, pero es sabido que este pueblo se valía de rayas y puntos para los números, al igual que sus predecesores, los olmecas. Y su dieta alimenticia resulta exquisita incluso para nuestros tiempos: corzos, conejos, pavos, patos, gansos, pescado, maíz, judías, calabazas, tomates y aguacates.

¿Qué ocurrió con esta magnífica metrópoli?

El final de Teotihuacán está tan rodeado de misterio como sus orígenes. Es probable que su ruina comenzara a gestarse a medida que el clima fue haciéndose más árido, con la consecuente disminución de las cosechas. Pero el estallido definitivo ocurrió hacia el 700, al ser incendiado el centro de la ciudad por invasores bárbaros del norte, que posteriormente optaron por vivir en la ciudad durante 200 años más.

Así terminó una de las más brillantes civilizaciones del nuevo mundo. Sus ruinas siguen siendo espectaculares, pero el sitio debió ser mucho más impresionante cuando el basalto negro estaba estucado y pintado con todos los colores del arco iris. En una época en la que la grandeza de Roma no era sino polvo, y Europa sufría el asalto de las hordas bárbaras, México contó con una civilización que combinaba en grado elevadísimo la cohesión social y la sensibilidad artística. Pero faltan todavía años de laboriosa investigación antes de que las arenas del valle de México revelen los misterios de Teotihuacán.


Noósfera nosotros: historia del despertar colectivo del cerebro de la Tierra

¿Avanza la evolución hacia el despertar de la mente planetaria? ¿Después de la biósfera, surge la noósfera? Teilhard de Chardin, Vladimir Vernadsky, José Argüelles y Terence Mckenna conspiran con la mente de Gaia para activar una consciencia global que incluya a cada ser vivo como un nodo dentro de un todo interconectado autorreflexivo.
La noósfera es la más grande utopía en la historia de nuestro planeta. Y aunque esta dimensión prometida por la evolución material, mental y espiritual no pueda existir en el espacio físico como lo conocemos, el éter (o el hiperespacio) con sus jardines dorados de información, sus ríos de luz y su total e instantánea interconexión es suficiente para mantener vivo este sueño de lucidez colectiva.

La palabra noósfera, proviene del greigo nous (mente) y sphaira (esfera). El divino Platón utiliza la palabra nous en el diálogo de Fileb, Sócrates dice: "Todos los filósofos concuerdan – y así se exaltan a sí mismos- que la mente (nous) reina sobre el cielo y la tierra".

En la filosofía gnóstica, el nous, será visto en ocasiones como el padre del Logos, como el primer Eon, cuyo linaje da a luz a Cristo y a Sofía; en otras ocasiones el nous se identificará con Cristo mismo, algo que será retomado por Pierre Teilhard de Chardin, el sacerdote jesuíta que crea el concepto, junto con el geoquímico Vladimir Vernadsky, de la noósfera.

"Debemos engrandecer nuestro acercamiento para englobar la formación que está ocurriendo ante nuestros ojos… de una entidad biológica particular que nunca ha existido en la Tierra –el crecimiento, afuera y arriba de la biósfera de una nueva capa planetaria, una envoltura de la sustancia pensante, a la cual, por conveniencia y simetría, he dado el nombre del a Noósfera". .–Pierre Teilhard de Chardin, The Future of Man.

La evolución de una idea mística -la mente como algo que existe más allá del cerebro, que permea el universo y que lo fertiliza con la imaginación, atributo central de la divinidad- se desdobla a través de la biología y se refuerza, al incluir los procesos de la materia.

La mayor influencia en el pensamiento noosférico de Teilhard fue Henry Bergson y su concepto de la evolución creativa, el cual se opone al dualismo de Descartes y concibe a la evolución como una fuerza vital (elan vital) constante que anima a la materia y conecta fundamentalmente al cuerpo y a la mente (el papel esencial del universo es "ser una máquina de crear dioses", decía Bergson).

El otro padre de la noósfera, quien también fuera padre de la geoquímica, Vladimir Vernadsky, concibe a la noósfera como la tercera etapa en el desarrollo de la Tierra, después de la geósfera (la materia inanimada) y la biósfera.

Vernadsky ve el surgimiento de la conciencia como algo que debió de haber estado implícito desde el principio en la evolución de la Tierra.

Una corriente que va más allá de nuestra voluntad individual: "En la gran tragedia histórica en la que vivimos, hemos escogido elementalmente el camino correcto hacia la noósfera.

Digo elementalmente, ya que toda la historia de la humanidad procede en esta dirección… la humanidad como un todo se está convirtiendo en una poderosa fuerza geológica. La mente de la humanidad y su trabajo se enfrentan al problema de reconstruir la biósfera bajo el interés de pensar la humanidad libremente como un solo ente".

La clave aquí es la concepción de la humanidad como una fuerza geológica, una fuerza de la tierra, incrustada en el río evolutivo del planeta.

Es decir la posibilidad de estar siendo usados por la Tierra para lograr conciencia de sí misma.

Un proyecto de la mente planetaria, de lo que James Lovelock llamara Gaia, el supraorganismo que compone a la biósfera y trasciende a la suma de sus partes, para sublimarse y quizás convertirse, como un alquimista superno, en una gigantesca piedra filosofal en donde la materia y el espíritu sean indiferenciados, y no exista la dualidad.

Quizás un proyecto que podría abortar en el caso de que no la llevemos al punto crítico cósmico de despertar masivamente.

"El planeta es un tipo de inteligencia organizada. Es muy diferente a nosotros. Ha tenido unos 5 mil millones de años para crear una mente que se mueve lentamente y que está hecha de oceános, ríos, bosques y glaciares. Se está volviendo consciente de nosotros y nosotros nos estamos volviendo consciente de ella, extrañamente.

Dos miembros más improbables de una relación difícilmente pueden ser imaginados, el simio tecnológico y el planeta que ensueña", Terence Mckenna.

Iniciamos este artículo diciendo que la noósfera es una utopia, porque es la idea-semiilla de una colectividad idílica que busca funda-mentalemente materializar un sueño, en realidad, eterrealizar todas la mentes en una mente, una gran capa radiante de consciencia interpenetrante y como tal va más alla de nuestra concepción del espacio material…

Se conecta con la concepción de un espacio espiritual o un espacio de información similar a lo que en sánscrito se conoce como Akasha, palabra que significa éter, pero que también ha sido entendida por la teosofía como una biblioteca inmaterial o un banco de memoria universal: los registros akashicos.

En esta cosmovisión, todo el espacio –el éter- en sí mismo es una plétora holográfica de información, en cada partícula de éter, tenemos toda la información del universo, como si en cada bit estuviera todo el internet (la teoría cuántica ha llamado esto el q-bit y la teoría de sistemas el holón).

La noósfera es un avatar de Akasha, en el que amanece la posibilidad de conectarnos telepáticamente a toda la información del planeta y de cada uno de los organismos que lo componen, recibiendo en el plano místico la la galvanización "de la verdad que os hará libres".

Es una utopia porque las personas que han encarnado la movilización de la noósfera son grandes optimistas que ven en la evolución un vehículo de la inteligencia que no puede cejar, una arrolladora máquina orgánica que se magnetiza con el fin de la historia.

Tanto Teilhard, como Vernadsky, como los continuadores de esta idea (Mckenna, José Arguelles, Ken Wilber) son en el fondo utopistas, que acaso por su luminosa capacidad de penetrar en la noósfera misma y obtener la epifanía de su conciencia tienen una enorme confianza en su ineluctable sendero.

Pero tenemos el caso de James Lovelock, quien popularizará la noción de que la Tierra es un ser vivo que se autorregula con su teoría de Gaia, y que en su trabajo más reciente considera que debido a la faltalidad de nuestras acciones, y su efecto en el cambio climático, para el fin de este siglo solo existirán 150 millones de seres humanos sobre la faz del planeta

¿Será la noósfera solamente de ellos, los elegidos, concretizando el paraíso de la mente pero destruyendo el espíritu democrático de su origen? ¿O tendrán que reiniciar el sistema y atravesar un nuevo proceso evolutivo para congraciarse con la inteligencia nativa del planeta?

Pero sigamos por el sendero óptimo de la utopia, encausando la cristalización, tal vez participando en el tejido inalámbrico de este gran mandala planetario, esta collar de perlas de Indra en el que cada perla refleja no solo a todas las otras perlas sino todos los reflejos que se dan entre sí (donde las perlas son los pensamientos).

Erik Davis en su libro Techgnosis, postula la tesis de que la tecnología esconde dentro de su hardware, en su inconsciente, el deseo de materializar el espíritu. Davis dice sobre la noósfera de Teilhard:

"Teilhard no tenía dudas que esta transferencia (el mecanismo de evolución transferido hacia el nivel social y consciente) era por el bien, porque a la larga la actividad humana habría de despertar al planeta mismo.

Desde sus inicios, el jesuíta creía, la mente humana se tejió a sí misma en una matriz colectiva de comunicación e interacción, una red etérea de consciencia que no solo vinculaba a la individuos humanos sino que estaba destinada a cubrir a toda la biósfera como la piel de una cebolla.

Teilhard llamaba a esta corona cerebral de la creación la "noósfera", una entidad psíquica colectiva que surgió del mismo impulso orgánico y simbiótico hacia la unidad y a la compleijidad que inicialmente llevó a los elementos químicos libres a unirse en moléculas y células".

En la noósfera, estas unidades que se alían, son bits culturales, memes, lenguaje, imaginación, pensamaientos y posiblemente vidas humanas en un crisol holográfico de sueños y emociones cuánticamente entrelazadas.

La influencia de la noósfera de Teilhard fue fundamental en los inicios del internet.

Los fundadores y editores de la revista Wired, Kevin Kelley, Louis Rosseto y John Perry Barlow, tomaron las ideas de Teilhard y las reprocesaron dentro de las tecnologías de la información, haciendo del la vision prístina del internet un espacio neo- neurobiológico, donde la Red es la materialización –más allá de la metáfora- de las conexiones neuronales (y la información es el espíritu que se transmite electrofantasmagóricamente, anunciado, como el arcángel, la llegada de una nueva era).

Perry Barlow escribió en Wired: "El punto de toda la evolución hasta este momento es la creación de una organización colectiva de la Mente".

Rosetto dijo en una entrevista (citado por Erik Davis): "Lo que parece estar evolucionando es una conciencia global formada de las discusiones y negociaciones y sentimientos que están siendo compartidos por individios conectados a las redes a través de aplicaciones cerebrales como las computadoras.

Entre más mentes se conectan, más poderosa la conciencia sera.

Para mi, esta es la verdadera revolución digital –no computadoras, no redes, sino cerebros conectándose a cerebros".

El ver reflejadas en la tecnología las ideas de Teilhard de Chardin y el optimismo generalizado de que la inteligencia (como en el caso de Tim Leary) conquista el espacio y nos hace emerger del polvo como creadores y controladores de nuestra realidad, da pie al transhumanismo y extropianismo, que postulan la posibilidad de escapar de la prisión del cuerpo y la muerte hacia una especie de noósfera puramente digital en la que nuestras conciencias inmortales, aumentadas por la interacción con las máquinas, estén totalmente conectadas y puedan acceder a paraísos artificiales de diseño.

Este es el sendero donde la tecnología reemplaza a la magia, y las máquinas a los cuerpos como vehículos del espítritu (que se vuelve información y luz eléctrica).

Pero por otra parte tenemos a Ken Wilber quien concibe la nueva etapa en nuestra historia como el "nooceno", una epoca donde la inteligencia toma control de la sociedad, cuyo éxito estará determindado por "como logremos manejar y adaptarnos a la inmensa capacidad de conocimientos que hemos creado".

El refinado proyecto de la Universidad de Princeton, Gobal Consciousness Project (GCP), mide los momentos en los que la consciencia humana se sincroniza y se vueleve coherente afectando el comportamiento de sistemas aleatorios.

Es decir, momentos en los que la consciencia global afecta la materia. Midiendo eventos como el ataque de las Torres Gemelas, las elección de Obama o meditaciones colectivas, los científicos de Princeton (liderados por el maverick Roger Nelson) han notado que la sincronización de millones de personas afecta estos sistemas generadores de números aleatorios de forma que habría 1 en mil millones de posibilidades que esto se debiera al azar.

Estos "electrogaiagramas" o EGGs (electroencefalogramas de la mente de Gaia) sugieren que existe "una noósfera emergente o el campo unificado de la conciencia descrito por los sabios de todas las culturas."

Tanto Terence Mckenna como José Argüelles veían en la ominosa fecha del 2012 la cita planetaria con la noósfera.

Mckenna concibió la historia como un fractal que se aceleraba hacia su concreción en diciembre del 2012; un punto en el que todos los ciclos de la historia se comprimieran en un sólo instante, en el que todo sucedería a la vez, una especie de Big Bang en reversa.

Un punto similar a lo que Ray Kurzweill llama la Singularidad, en el que la cantidad de información apilada y su hiperfluida circulación por una especie de reacción en cadena –o efecto 100 monos- iluminaría al mundo (la pregunta es si ¿a las máquinas o a los hombres?).

Argüelles, quien falleció hace unas semanas, poco más de un año antes del 21 de diciembre del 2012, la fecha culmen a la cual le dedicó todo su trabajo, dejó un libro póstumo: The Manifesto for the Noosphere: Next Stage in the Evolution of Human Consciousnes.

Reality Sandwich ha publicado un extracto de este libro que viene a colación como un ouroboros en el dedo.

En el libro Argüelles traza su entrañable relación con la idea de la noósfera y nos remite a la evolución de este concepto dentro del marco de la esperanza onírica del 2012.

Es interesante notar que fue el genio mulifacético R. Buckminister Fuller quien introdujo a Argüelles a la vision noósferica, fue él quien "primero me sugirió la presencia de un sistema de almacenamiento y recolección existiendo como un campo psíquico o cinturón de pensamientos alrededor del planeta.

Fue a través de este medio, me escribió Bucky, que podia conversar con los filósofos pre-socráticos mientras caminaba por la playa".

En su libro In Earth Ascending (1984), Argüelles postula la existencia de un banco psíquico: " el sistema de recolección y almacenamiento de información codificada de la noósfera y programa de cronometraje de ADN, localizado entre y en resonancia con los dos cinturones de radiación del campo electromagnético de la Tierra".

Argüelles retoma la noción evolutiva de Teilhard y su punto Omega y, en buena medida, la transforma dando a luz al movimiento new age con el 2012 como punto focal. Entre la destrucción y la iluminación; Argüelles, como Teilhard, gusta de voltear sus huevos al sol:

"Porque nosotros como especie, el agregado de las células que llevan la conciencia de la Tierra en evolución, no estamos aún despiertos a nuestro papel como un organismo planetario, así también la noósfera no está aún del todo consciente… encontraremos la resolución y la voluntad para reconstruir la noósfera… hacia un nuevo orden armónico de realidad superorgánica basado en un estado de conciencia distinto al que ha existido antes en la Tierra".

Argüelles considera que estamos al borde de la posibilidad de convertir nuestra existencia en un obra de arte, sublimándonos en la "nave Tierra".

"Una plétora de estructuras arquetípicas, reprimidas hasta ahora, se liberarán a través de los canales hasta ahora inimaginados de posibilidad artística, dando forma a una simbiosis entre la imaginación humana y el orden natural".
Teilhard de Chardin veía el desenlace del proceso noósferico en la convergencia de materia y mente, donde según él seremos magnéticamente autodevorados por el Punto Omega, la conciencia crística al final del tiempo.

Cristo "destellará como un relámpago" y la materia colapsará en espíritu absoluto".

Parfraseando el poema de T.S. Elliiot, el universo no terminará ni con un gemido (whimper) ni con una explosion (bang), terminará con el flash eterno del Espíritu.

Mckenna, en éxtasis psicodélico, veía así este paso al Punto Omega:

"Debemos de lograr exteriorizar el alma humana al fin del tiempo, invocarla a su existencia como un OVNI y abrir el umbral violeta hacia el hiperespacio, atravesarlo, afuera de la historia profana y hacia un mundo más allá de la tumba, más allá del chamanismo, más allá del fin de la historia, hacia el milenio galactico que nos ha llamado por millones de años a través del tiempo y el espacio"

Argüelles continua con esta euforia:

"La humanidad está atravesando la última etapa preparatoria para entrar, como un colectivo armonizado, a este tiempo de sueño consciente… Una vez que nos aliniemos con la noósfera percibiriemos y sabremos radialmente.

Experimentaremos todo como múltiples correspondencias que vinculan a todo con todo lo demás en una universo multidimensional armónicamente sincronizado… nos convertiremos en una nueva especie — Homo noosphericus".
En su libro "El Futuro del Hombre", Teilhard de Chardin argumentó que las experiencias místicas descritas por santos o yoguis eran en realidad emanaciones del Punto Omega.

Algo similar ha dicho el físico David Bohm: las experiencias de interconexión total, el misticismo, la telepatía, provienen del mar de energía subcuántica que llama la Totalidad Implicada; el Mundo de la Voluntad en palabras de Schopenhauer.

Es posible que este tipo de epifanías provengan de una conexión con el código fuente de nuestra realidad que podemos llamar Akasha.

Argüelles a lo largo de su trabajo desarrollando una nueva versión del calendario maya, la frecuencia 13:20, dijo haberse conectado con el espírirtu de Pakal Votan; Teilhard de Chardin tuvo un momento místico en el desierto de Gobi en China que fue fundamental a su fusión del cristianismo con la teoría de la evolución, creando un cristianismo cósmico; Mckenna vislumbró su Onda del Tiempo Cero, de la cual dedujo que el 2012 sería el fin del fractal de la historia, en un viaje de hongos.

¿Es posible que estos hombres se hayan conectado con la misma noósfera que describen, por un momento deslumbrante descargando datos de la matriz arquetípica que resguarda en su biblioteca etérea la gnosis de la mente divina?

Es difícil decir si la noósfera sólo es uno de nuestros mejores sueños, cultivado en mentes brillantes pero con un dejo de delirio religioso y mesiánico, o es inmanente a la evolución misma, una inevitabilidad de vivir en un universo creado por la Mente misma, un enorme espejo del plan de la creación, el final es el principio, un mismo instante que la evolución hace río, que proyecta la eternidad en tiempo.

Lo cierto es que construimos la realidad a través de modelos y el modelo de la noósfera es el mejor que tenemos para incluir la interconexión, la telepatía, la sincronicidad, la capacidad de crear con la palabra, de fundir el mundo de la ideas con nuestra realidad experiencial…

El modelo que postula la posibilidad de despertar colectivamente a un sueño lúcido.


Meditación, la Pineal y la Energía Psíquica Supra-mental, relación con el sueño, la ansiedad, los v
Meditación, la Pineal y la Energía Psíquica Supra-mental, relación con el sueño, la ansiedad, los v

por Clement Hajian - clement.hajian@gmail.com

Traducción de Teresa - teresa_0001@hotmail.com

Los sonidos sagrados ayudan a anular las vibraciones indeseadas y activan la glándula pineal. Durante siglos la glándula pineal ha sido asociada a los fenómenos paranormales. Las filosofías orientales tienden a contemplar la pineal como un importante "chakra" o vórtice de energía, que, si activado, hace que el individuo se abra a experiencias psíquicas y visión cósmica. Un estudio sobre el tabaquismo, del Instituto Nacional del Cáncer, revela que hay diferencias espirituales entre las personas: las que están más orientadas hacia lo espiritual tienen un aumento de actividad en su gen transportador vesicular de la monoamina conocido como VMAT2.

Se puede activar conscientemente el VMAT2 mediante la oración, repitiendo un mantra y/o practicando una meditación.

Las vibraciones energéticas contenidas en el sonido pueden romper un cristal. El sonido también genera efectos electromagnéticos de energía en tu cuerpo. Las vibraciones sonoras producidas por personas que hablan, músicas habituales, anuncios comerciales, vehículos, aparatos, etc. no activan el gen VMAT 2, relacionado con la glándula pineal.

Pero ciertas frecuencias de sonido, como los bij mantras pueden estimular la producción de sustancias psicoactivas en la glándula pineal, sin el empleo de drogas. Las personas que tienen su glándula pineal altamente activa parece que son capaces de recordar sus sueños de manera más vívida que los demás.

Las vibraciones de ondas del Sol también causan la secreción de las aminas "de sentirse bien", como la serotonina, las beta-endorfinas y la dopamina. Es cierto que las glándulas endocrinas secretan otras hormonas durante la contemplación del Sol, y no crean únicamente una muy alta, sino la mayor energía, longevidad y experiencias de "samadhi" o conciencia superior, pero es preciso cuidar la salud en general, la salud energética, con hábitos correctos para obtener este efecto alineador.

En caso contrario pueden surgir vicios y efectos adversos, incluso depresión, estrés y ansiedad. Innumerables evidencias indican que episodios como infarto y derrames (AVC) se producen también por esta pérdida de alineación entre la pineal y la hipófisis.

Considerada como la más poderosa fuente de la energía más alta y etérea disponible para los seres humanos, el tercer ojo (glándula pineal) siempre ha sido importante en la iniciación de los poderes psíquicos (por ejemplo, la clarividencia). Para activar el "tercer ojo" y percibir dimensiones superiores, la pineal y la pituitaria deben vibrar al unísono, lo cual se logra por medio de la meditación, el canto, el alineamiento energético y/o la contemplación del Sol.

Cuando en la persona se establece una relación correcta, operando a través de la hipófisis y del alma, por medio de la pineal, un campo magnético llega a crearse. La pineal puede generar su propio campo magnético, pues contiene magnetita. Este campo puede interactuar con el campo magnético de la Tierra. El viento solar al amanecer, cubriendo el campo magnético de la Tierra, estimula la glándula pineal. Por eso, el período entre las cuatro y las seis de la mañana es la mejor hora para meditar, y el nacimiento del sol es el mejor momento para su contemplación. En estas ocasiones, la pineal estimula la hipófisis a secretar la hormona del crecimiento humano (GH), produciéndose un rápido crecimiento de las uñas y la cabellera, la restauración del color del cabello, y un rejuvenecimiento general. (A propósito, el zumo de hierba de trigo en parte es como luz solar líquida).

Al amanecer, la pineal cargada negativamente y la hipófisis cargada positivamente combinan sus esencias para crear una "luz en la cabeza" mientras meditamos. Esa luz ha sido vista por místicos, iniciados, profetas y chamanes a lo largo de los tiempos. Ellos se refieren a esto como la experiencia de Dios o de una inteligencia universal.

Si tú eres una persona crítica, ansiosa, es bastante probable que tu Glándula Pineal no esté funcionando correctamente. He aquí el por qué:

El flúor y otros productos químicos atacan la glándula Pineal, intoxicándola. Los metales tóxicos, como el plomo, el mercurio y el aluminio hacen lo mismo. Todos están en nuestro aire, en el agua y en la comida. La bío-acumulación impide al cuerpo expulsarlos… entonces ellos permanecen constantemente depositados en tus tejidos, huesos y músculos, mientras continúes expuesto a ellos.

Al cepillar los dientes se absorben las toxinas a través de las encías y la boca, principalmente el flúor, que hace absorber metales tóxicos.

Lavar el cabello hace absorber productos químicos a través de tu cuero cabelludo.
Los productos químicos del agua de secado de la ropa y los platos pueden ser absorbidos por el cuerpo humano.
Además, el calcio en exceso sin la correspondiente cantidad de magnesio se liga a las toxinas. Sin el magnesio adecuado para expulsar las toxinas, esos invasores nunca son expulsados de tu cuerpo, y pueden alojarse en tu cerebro. Este calcio no saludable va para tu pineal intoxicándola. Ella deja de producir cantidades adecuadas de melatonina y entonces tú no puedes dormir. Sin sueño, tu sanidad mental está en grave riesgo. El ritmo circadiano queda entonces perjudicado, lo mismo que tu sistema nervioso y humores.

Mediante el sistema EIS, ya incluso en la primera consulta podemos contemplar el grado de acometida específica y general y comprobar con la bio-resonancia también la correspondiente orientación ortomolecular, con la alimentación, hierbas, acupuntura sin agujas, con emisión de frecuencias u homeopatía como tratamientos.